María Eugenia Ganga
Por María Teresa Villafrade
Todos le dicen "Kena" y es usuaria del Padam de Estación Central. Se crió con su abuelita y nunca conoció a su mamá "ni en foto". Sus navidades siempre consistían en una cena navideña a las 21:30 horas y después se iba sagradamente a la Misa del Gallo. "Mi abuela preparaba un pato con manzanas que le quedaba exquisito. Los regalos se entregaban al día siguiente, y despertábamos con ellos al pie de la cama", recuerda de su infancia. A su abuelita le dio trombosis cerebral cuando ella tenía 12 años. "Mi papá me odiaba y me culpaba de la muerte de su madre, pero ella estuvo una década postrada y yo la cuidé todo el tiempo: la mudaba, la bañaba, ¿cómo iba a querer que se muriera? ella era el apoyo más grande que yo tenía en la vida", recuerda. A la Kena le encanta decorar la casa más que preparar la cena navideña. Todo se arma el 8 de diciembre y se desarma el 8 de enero. "Yo pongo luces y adornos hasta arriba del techo".