Para visibilizar la cara menos conocida de la dura realidad que significa vivir en situación de calle, siendo además parte de una minoría, de un pueblo originario, este año el 21 de junio tiene dos sentidos para el Hogar de Cristo. Sensibilizar sobre la cara más dura que tiene la pobreza y la exclusión: la vida en calle, en la noche más larga y habitualmente más fría con que se inicia el invierno en nuestro hemisferio. Y sumarnos a la conmemoración de los pueblos originarios, que determinó el año pasado que los 21 de junio sean feriado legal en Chile. Porque lo que mata no es el frío, es la indiferencia.