La discusión del Presupuesto de la Nación está en su recta final. Como Hogar de Cristo, hemos estudiado a fondo la propuesta para ver cómo afectará nuestro trabajo con las 43 mil personas que participan cada año en nuestros programas. ¿Conclusión? Estamos preocupados.
Observamos los aumentos en el Ministerio de Desarrollo Social, especialmente los más de 36 mil millones de pesos destinados al Sistema Nacional de Cuidados. Este avance, aunque responde a una deuda con miles, mayormente mujeres, requiere garantizar que los fondos adicionales no solo expandan la cobertura, sino que también mejoren la calidad de la atención. La calidad, hoy por hoy, es tan crucial como la cobertura para asegurar servicios de cuidados que realmente sean universales, integrales y continuos.
En relación a las Personas en Situación de Calle, que suman más de 40 mil, el presupuesto propone aumentar más de 5 mil millones de pesos al programa “Noche Digna”. Este incremento igualaría el presupuesto del 2024, manteniendo la oferta de servicios para el próximo año, aunque la cantidad de personas sin hogar continúa en aumento. La premisa es clara: si el problema crece, los recursos destinados a mitigarlo también deben incrementarse.
El mismo criterio debemos utilizar cuando algo bueno sucede. Llama la atención que el presupuesto 2025 para el programa Vivienda Primero, a pesar de sus probados éxitos en superar la situación de calle, no contemple mejoras sustanciales. Actualmente activo en solo seis regiones, necesitamos un impulso de mil 400 millones de pesos para que su presencia sea nacional.
Más alarmantes aún son las cifras en Educación. El presupuesto de JUNJI para la primera infancia sufre un corte de casi 56 mil millones de pesos, un 7.6%, y las transferencias para infraestructura de jardines infantiles apenas superan los dos mil millones. Esto no alcanza para nada. Apenas para reponer la infraestructura de un solo jardín infantil.
Igualmente, los fondos para programas de reingreso escolar menguan. Es preocupante la reducción de más de 3 mil millones en el Plan de Reactivación Educativa, línea que financia, entre otras iniciativas, las aulas de reingreso. Hoy, es fundamental velar por la mantención de recursos en líneas relevantes para los jóvenes en riesgo de exclusión escolar, las que deberían contar con un financiamiento estable para proyectar su funcionamiento.
Como Hogar de Cristo estamos atentos a la tramitación de esta ley y disponibles para que nuestra experiencia de 80 años de trabajo implementando programas sociales permita perfeccionar los esfuerzos propuestos. Las próximas semanas son cruciales para ello.
Por Liliana Cortés, directora social del Hogar de Cristo