Treinta años luchando contra la exclusión educativa de niños, niñas y jóvenes en situación de pobreza cumple en mayo de 2023 Fundación Súmate del Hogar de Cristo. Con presencia en las regiones Metropolitana, Valparaíso, Coquimbo, Biobío y Antofagasta, aquí te contamos cómo funciona la escuela Nuevo Futuro, en Concepción, que acoge a más de 120 estudiantes.
Por Matías Concha P.
En la escuela Nuevo Futuro, ubicada en pleno centro de Concepción, Región del Biobío, la directora del colegio, Mónica Chacón, reconstruye las tres décadas de vida de Súmate.
“En nuestro caso, comenzamos hace 13 años, en Lota, pero los niños siguen llegando de lugares tan lejanos como Hualqui, Chiguayante, Hualpén, Talcahuano, Penco, Tomé. No sabíamos hasta dónde llegaríamos, pero ese viaje se convirtió luego y hasta ahora en un lugar de luz, esperanza y pertenencia para muchos niños, niñas y jóvenes y, también, para muchas personas que hoy formamos parte de esta comunidad”.
En Santiago, Súmate dio sus primeros pasos en mayo de 1989, cuando surgieron los primeros talleres pre vocacionales, que funcionaron como una escuela de oficios y nivelación de estudios para personas que nunca habían asistido a una sala de clases. La sede inicial estuvo en Estación Central y luego se trasladó a La Granja, convirtiéndose en lo que hoy se conoce como Colegio Betania. La iniciativa se extendió a La Pintana, Renca, hoy escuela Padre Hurtado, y, años después, a Maipú, donde está el actual colegio Padre Álvaro Lavín.
El año 2010, después del terremoto y tsunami, nació en Lota la Escuela Nuevo Futuro, cuyas instalaciones se trasladaron a Concepción, el año pasado.
La idea de cambiarse a otra comuna que les permitiera contar con un mayor número de estudiantes volvió a imponerse. “Desde que asumí el cargo en 2014, cada año nos costaba más captar alumnos y llegar a los chicos que no estaban estudiando, era realmente un parto. Me siento interpelada cuando un joven busca en la delincuencia sobrevivencia, cuando cree que no tiene más alternativas y no le encuentra sentido a su vida. A los chicos y chicas excluidas, la escuela les falló, los trató mal, los ignoró, los castigó, los descartó, los hizo sentirse tontos, mal comportados, complejos y sin futuro”, dice la directora.
Las salas de clases de la escuela Nuevo Futuro no son como las típicas salas grises de clases. Tienen mesas redondas con colores fuertes con la forma del yin y el yang. Esto es para facilitar el trabajo en equipo y reconocer que cada uno tiene su singularidad y que se complementa con el equipo. Para Belén (20), una joven uruguaya que llegó a Chile en noviembre de 2021, Nuevo Futuro ha significado mucho:
–Si vienen a este colegio, el apoyo les va a sobrar, a diferencia de lo que viví en mi país que fue muy feo. Acá una puede enfocarse no sólo en el estudio, sino también en su salud mental, porque es muy importante. Si pueden buscar apoyo en los profesores, búsquelo; si el colegio tiene psicólogo, vayan al psicólogo. Es súper importante y es algo que uno no le da la importancia que tiene, y en este colegio esa preocupación existe.
Actualmente, hay más de 15 mil niños, niñas y jóvenes de 5 a 21 años que se encuentran excluidos del sistema educativo, en Biobío. Eso, hasta antes de la pandemia. No se sabe aún cuántos más habrán abandonado sus estudios, pero en 2020 el Ministerio habló de 50 mil más. Y si bien estas cifras son leves en comparación al Chile de hace diez o más años, aún son muchos. Además, porque no son sólo números, son nombres, son personas que ven truncado su futuro.
Reiníciate es una iniciativa comunicacional que apela a las radios comunales de esos territorios, a las juntas de vecinos, a las organizaciones comunales, a los municipios, para lograr que quienes han dejado el sistema escolar regresen a él. Sepan de los programas de Súmate y recuperen así su derecho a la educación. Esto es clave para que los niños, niñas y jóvenes en situación de pobreza y vulnerabilidad no se conviertan en “soldados” del narco, el crimen organizado y la delincuencia común.
“La campaña les habla directamente a los excluidos, pero también apela a las madres, hermanas, tías, abuelas, vecinas, porque suelen ser las mujeres las más sensibles cuando ven que un chico o una chica, apremiado por un sinfín de razones, ha dejado de ir a clases. Y para ello, la colaboración de los medios de comunicación y las organizaciones comunales es crucial”, explica Daniela Sánchez, jefa social territorial de Hogar de Cristo, en Biobío.
Uno de sus ex alumnos, Fabian Poblete, de 24 años, hace un llamado a las personas.
“Hoy tengo una certificación en gastronomía como ayudante de cocina. Actualmente trabajo en el Hotel Pedro del Valdivia, frente al Mall del Trébol y pronto voy a empezar mis clases en Gastronomía Internacional y Chilena, en el Instituto Santo Tomás. Nada de eso sería posible si no hubiera terminado mi escuela. En la Nuevo Futuro, aprendí valores, una sensación de familia, que para muchos jóvenes como yo, es un privilegio. ¿Qué sería de mí o de mis compañeros si no hubiéramos terminado los estudios?”.
El llamado es a que todos seamos reclutadores de Súmate y logremos juntos que esos los 227 mil mil niños, niñas y jóvenes que están excluidos de la educación, recuperen ese derecho fundamental. A ellos les decimos Reiníciate.