¿Qué empuja a un estudiante a elegir la calle y dejar la escuela?

Publicado el 24/10/2023

Los especialistas de fundación Súmate lo tienen más que claro, al punto que han elaborado un decálogo de las razones que explican la mal llamada “deserción educativa”. Pero esas causas agarran otro calibre cuando quienes las exponen son los propios excluidos –no los desertores escolares–. Los niños y jóvenes que han padecido el estar fuera del colegio.

Por Matías Concha P.

Resulta difícil para aquellos que no lo viven directamente visualizar con claridad las razones detrás del abandono escolar. Por esta razón, con el propósito de contribuir a la comprensión de esta realidad que afecta a casi 227 mil niños, niñas y jóvenes, hemos recogido aquí testimonios de quienes han vivido la exclusión escolar. Aquí las razones del abandono escolar contadas por sus protagonistas.

PATERNIDAD Y MATERNIDAD ADOLESCENTES

El 63% de jóvenes en edad escolar que son padres precoces terminan abandonando la escuela. Y también se evidencian altas tasas de repitencia y aprendizajes frustrados.

Jonathan de la escuela Padre Álvaro Lavín de Fundación Súmate en Maipú. AGENCIA BLACKOUT.

Esta realidad es descrita por Jonathan (23), estudiante del taller de gastronomía del Colegio Padre Álvaro Lavín de Maipú, que cuenta con una modalidad de 2 años en uno, facilitando la reintegración de jóvenes al sistema educativo.

–Llevo poco tiempo en este colegio, que me ha dado la oportunidad de salir adelante, porque desde que fui papá a los 16 años, me puse a trabajar como cocinero en un sushi. A eso hay que sumarle que en la básica ya había repetido 3 veces por problemas familiares, como la separación de mis viejos, vivir hacinados con mis abuelos y la pareja de uno de mis dos hermanos. Además, yo era hiperkinético y no podía parar, vivía tenso.

¿Cómo lograste saliste adelante?

–Los doctores me daban pastillas. En verdad, me llenaron de pastillas que me hacían estar como drogado o durmiendo todo el día: iba a clases a dormir. Al final, las dejé y seguí repitiendo cursos, hasta que me convertí en padre y tuve que abandonar el liceo para trabajar. Fue más por mi hijo que por mí. Hoy, trabajo desde las 5 de la tarde hasta las 11 de la noche todos los días, pero no me importa porque no me falta mucho para terminar el cuarto medio. Estoy contento, ahora siento que todo depende de mí y quiero ser un papá presente.

EL GÉNERO

Aunque existe un mayor abandono del sistema educativo por parte de los hombres, cuando las mujeres salen, no regresan. Aquí influyen diversos factores, pero el más común es “el cuidado” de otros: hermanos, abuelos, hijos propios.

Amanda también es de la escuela Padre Álvaro Lavín de Fundación Súmate en Maipú. AGENCIA BLACKOUT

Amanda es otra estudiante del taller del gastronomía del Colegio Padre Álvaro Lavín de Maipú, que dejó los estudios por el “cuidado” de otros: como su hijo, y una pareja abusiva que la obligó a vivir en situación de calle.

–El papá de mi guagüita estaba metido en drogas y en cosas peligrosas, y cuando quedé embarazada desapareció, como siempre hacen los hombres. Así es que me tocó hacerme cargo. Pero para qué te voy a mentir, antes de eso yo ya me escapaba de mi casa por semanas. No te imaginas lo que viví, al final dejé el colegio por 3 años.

¿Por qué te ibas de tu casa?

–A mí la violencia me paraliza, me asusta y, en mi casa, lo único que había eran gritos y peleas- Por eso, quería evadir.

¿Cómo llegaste a Súmate?

–Costó mucho. Mi mamá salía a buscarme en la calle, iba a la morgue, a los hospitales, debajo de los puentes, todo para encontrarme. Pero, después de quedar embarazada, me di cuenta de que si seguía en la calle, podía morir con mi bebé. Entonces tomé la decisión de retomar los estudios, era eso o quién sabe qué. Llevo un año sin consumir nada de nada. En este colegio me han apoyado como nunca, incluso, puedo decir que me quiero a mí misma.

La Región Metropolitana concentra el mayor porcentaje de abandono del sistema escolar con un 48,7 de todo el sistema. La pregunta de dónde están esos estudiantes “desertores” fue contestada por el ministro de Educación. Según las cifras oficiales, un 25% se encuentra inscrito en exámenes libres y un 16% está vinculado al masivo fenómeno migratorio, como Jack (19), peruano, de la escuela Padre Hurtado de Renca.

BULLYING

El hostigamiento escolar contribuye a la pérdida de motivación y confianza en las propias capacidades de los estudiantes. La aversión o rechazo al sistema generalmente tiene que ver con situaciones de bullying o de ambiente violento en la escuela.

A Jack lo hostigaron por ser peruano. Y además no le querían validar sus estudios en Perú. Ahora es parte de «Protagonistas» en la escuela Padre Hurtado de Renca. AGENCIA BLACKOUT

–Cuando llegué, tenía 16 años. Me costó el tema del clima y, principalmente, el bullying de los compañeros chilenos, que me decían el “pe”, “peruanito”, “come palomas”, y me enfurecía, porque no entendía de dónde tanto odio. A eso se sumó que no me reconocían mis papeles de estudio en el Perú, así fue que terminé trabajando en un local de chocolates en el centro de Santiago –cuenta Jack.

¿Cómo te han tratado acá?

–Bien, acá no es tema ser extranjero, eso hace una gran diferencia Además, está el tema de los talleres que a uno le hacen para prepararlo para después, ya voy en cuarto medio y me tengo que preparar.

¿En qué talleres participas?

–En el de gastronomía. Hace poco nos llevaron al Parque del Recuerdo, para entender las oportunidades de trabajo que ahí tenían. Fue bonito, nos mostraron lo que hacen, desde el crematorio hasta las oficinas. Uno no sabe que detrás de un lugar que puede ser triste hay toda una gestión de personas que hacen una pega bonita para que los demás se despidan de sus familias.

ESTIGMATIZACIÓN Y EXPECTATIVAS

Los docentes y los alumnos con dificultades de aprendizaje, conducta y otras desarrollan entre sí relaciones tensas y de poca confianza, lo que contribuye a la pérdida de motivación y confianza en las propias capacidades de los estudiantes. Un profesor o profesora que cree en sus alumnos y lo expresa es un importante factor de retención.

Luna (18) es otra estudiante de Súmate. Va en cuarto medio y también participó en la sesión de mentoría llevada a cabo por los voluntarios del “Parque del Recuerdo” en el Colegio Padre Hurtado de Renca. Hace dos años, vivió un difícil momento con un docente de su antigua escuela que la obligó a abandonar sus estudios.

Luna también forma parte de «Protagonistas» en la escuela Padre Hurtado de Fundación Súmate. 
AGENCIA BLACKOUT

–Yo estaba en un liceo y un profesor me hizo la vida imposible, me echaba de las actividades y se sumaba a mis otras compañeras que tampoco me querían, asi que me sentí súper acosada y terminé dejando la escuela.

¿Cómo te sientes ahora?

–Antes no tenía ganas de levantarme de la cama. No me arreglaba, no me cuidaba, apenas me bañaba, asi es que repetí un año por inasistencia. Los profes no creían en mí, mis compañeras me odiaban por problemas de pololos y otras tonteras. Opté por cambiarme acá y desde que llegué me he sentido bien. Acá sí me quieren y a nadie le importa de dónde vengo.

EL PASO DE BÁSICA A MEDIA

Este es un hito complejo y difícil de procesar y superar por los estudiantes más vulnerables. Más que una continuidad natural, se vive como un quiebre radical en la trayectoria escolar de los estudiantes, porque coincide con un cambio de cultura, ambiente, establecimiento, compañeros, profesores, entre otros.

Kevin descubrió a su mamá cuando estuvo arrestado en su domicilio por protagonizar un accidente en auto. Eso lo hizo cambiar. Hoy es feliz Protagonista en el Colegio Padre Hurtado de Renca. AGENCIA BLACKOUT

Esa transición le costó caro a Kevin (20) del Colegio Padre Hurtado de Renca, quien sufrió una profunda depresión que lo llevó  conducir y chocar en estado de ebriedad y terminar con arresto domiciliario cuando apenas tenía 14 años. “No entendía quién era o qué quería de la vida, no tenía nada, como ropa o cualquier cuestión y a eso se suma que recién había terminado con una polola que fue como mi familia. Sé que era chico y suena coloriento pero me costó y me di al trago y otras cosas”.

¿Qué te produjo el encierro?

–Me hizo ver el día a día de mi mamá, cachar cómo se sacaba la cresta para darnos comida, ir de un trabajo a otro para que no nos faltara nada. Eso me hizo el encierro: entender el esfuerzo de mi mamá. También me hizo parar, dejar la calle, entender que quería ser una persona normal y tener estudios y hacer lo que me gusta, como practicar deportes. Quizás al que lee esto, le suene ridículo o engrupido, pero yo llegué a la calle porque nací ahí, mi entorno era eso. Hecho de robo, de violencia.

CONSUMO DE DROGAS Y ALCOHOL

La frecuencia de consumo de drogas entre los estudiantes que abandonan el sistema escolar es cuatro veces mayor a la que presentan los jóvenes insertos en el sistema educativo. Y el doble en relación al consumo de alcohol.

Dayana es alumna de la escuela Padre Álvaro Lavín de Fundación Súmate en Maipú. AGENCIA BLACKOUT

Existen decenas de miles de niños fuera del sistema escolar. Sin laureles y sin futuro. “Yo soy colombiana y me vine a Chile con mi mamá, mi papá es adicto, él es alcohólico y se quedó allá. Mi hermano también tiene problemas de alcohol y no sacó los estudios y lo único que hace es darle problemas a mi mamá, que tiene dos trabajos y se desvive por encontrar y ayudar a mi hermano”, relata Dayana (19), estudiante del Colegio Padre Álvaro Lavín.

–Ahora estoy en cuarto medio. Hay días en los que siento que no puedo dejar la casa sola y que debo faltar al colegio para ayudar a mi mamá, pero los profesores me han respaldado. Gracias a ellos, sigo adelante. Ver cómo mi hermano lo dejó todo por las drogas y el alcohol es triste. No solo afecta a quienes consumen.

NIVEL SOCIOECONÓMICO DE LA FAMILIA

Es el principal factor que priva niños, niñas y jóvenes de su derecho a la educación y que, en algunos casos, los obliga a trabajar. La probabilidad de abandono es mucho mayor en estudiantes de los primeros dos quintiles de ingreso en todos los países. En Chile, un 62,5% de quienes tienen entre 5 y 21 años y se encuentran fuera del sistema escolar pertenecen al 40% de menores ingresos.

La mamá de Francisco, un ex alumno de Súmate, no sabe leer ni escribir. Como trabajaba todo el día en la feria del barrio, dice que ella no pudo exigir nada de él. Su padre, que arreglaba bicicletas esporádicamente, desaparecía de tanto en tanto. “Me costaba caleta entender la materia, se me olvidaba todo. Así es como terminé saliéndome del colegio y empecé a vagar por las calles”, comenta Francisco.

¿Cómo terminaste el colegio?

–Terminé en una escuela especial, mis clases las tenía con cabros con discapacidad que daban susto, eran violentos. Ahí estuve durante años. Al final, un amigo me dijo que existía el Colegio Betania de La Granja y me vine a probar suerte. Fue lindo, en un par de años, me nivelaron y saqué mis estudios.

La invitación es a valorar sus experiencias de vida y dejar a un lado los discursos moralistas y cuestionadores.

Hablamos de jóvenes que han crecido en barrios problemáticos, muchos de ellos controlados por el narcotráfico o la delincuencia. Su realidad –la única vida que conocen– es la de la disfuncionalidad familiar, el embarazo precoz, el consumo de drogas. Todo eso los aleja de las escuelas tradicionales y los convierte en “casos complejos”. Empiezan a ser apuntados por los profesores, por sus pares, por los padres de sus pares.

Así, ¿quién querría ir al colegio?

Si te conmovieron las razones de estos niños y jóvenes, súmate a Súmate. 

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