El pasado 14 de agosto, el Centro Gabriela Mistral (GAM) fue el epicentro de un evento crucial para la educación en Chile: el seminario “Sillas Vacías en la Escuela”, organizado por Fundación Súmate del Hogar de Cristo. El encuentro, que reunió a expertos de diferentes casas de estudio, profundizó en las experiencias y percepciones de los jóvenes sobre su exclusión del sistema educativo, las estrategias de formación para docentes y profesionales de la educación de reingreso, y las innovaciones pedagógicas aplicadas por Súmate en sus escuelas y programas socioeducativos.
Paula Montes, directora ejecutiva de Súmate, subrayó la importancia de adaptar la educación a las necesidades específicas de los niños, niñas y jóvenes (NNJ). “Los hemos invitado hoy para conocer ocho investigaciones que han estudiado la exclusión educativa desde distintos ángulos, otorgándonos así una mirada integral de este fenómeno, ya sea desde lo cuantitativo, la experiencia en terreno, la experiencia de los jóvenes, así como la de los educadores”. Además, destacó que “entender la exclusión educativa es, a nuestro juicio, un paso esencial para diseñar mejores soluciones, adecuadas a los jóvenes y que les ofrezcan reales oportunidades de desarrollo y crecimiento”.
El seminario se estructuró en tres mesas de trabajo, cada una dedicada a explorar un aspecto clave de la exclusión educativa y las oportunidades de reinserción. Estas mesas no solo permitieron un análisis exhaustivo desde diferentes perspectivas, sino que también pusieron en el centro a los propios jóvenes y sus experiencias, subrayando la urgencia de diseñar soluciones educativas que respondan a sus realidades.
PRIMERA MESA: DESDE LOS JÓVENES
La primera mesa ofreció una visión directa desde las experiencias de exclusión de los propios estudiantes. Daniela Barrera, jefa de estudios, evaluación e incidencia de Súmate, junto con Natalia Stipo, Fundadora y Directora de Trama, presentaron el estudio “Voces de los Jóvenes de Fundación Súmate”. Este análisis reveló cómo muchos estudiantes se sienten expulsados por un sistema que no reconoce ni se adapta a sus necesidades. La investigación destacó la escuela como un espacio rígido y poco acogedor para estos jóvenes, quienes a menudo enfrentan una jornada escolar completa que no se ajusta a sus contextos individuales.
Los testimonios de los jóvenes fueron contundentes, describiendo la escuela tradicional como una institución que no solo no los apoya, sino que en muchos casos agrava su sensación de exclusión y desamparo. Las palabras que más se repitieron fueron “soledad”, “bullying”, “rabia”, “el tren que se me va”, “violencia”, “no cambiar por encajar”, “confusión” y “cárcel”.
En contraste, aquellos que han logrado retomar su derecho a la educación en las escuelas de Súmate expresaron una percepción muy diferente. Sus experiencias en estos espacios educativos se caracterizaron por “más libertad de elección”, “menos discriminación”, “más diversidad”, “buses de acercamiento”, “más arte y más deporte” y “fin a la homofobia”, entre otras mejoras que han contribuido a un ambiente más inclusivo y acogedor.
¿UN FRACASO DEL SISTEMA EDUCATIVO?
Gastón Conejeros, investigador de EduLab UC, complementó esta discusión con un análisis de casos específicos que ilustran la profunda desconexión entre estos jóvenes y el sistema educativo tradicional. Conejeros subrayó que los estudiantes excluidos no solo enfrentan barreras académicas, sino también sociales y emocionales, que dificultan su reintegración. “Lo que vemos aquí no es solo un fracaso del sistema educativo, sino también un fracaso social. Estos jóvenes han sido abandonados en múltiples niveles”, afirmó Conejeros.
Patricio Rodríguez, investigador del CIAE de la Universidad de Chile, proporcionó un análisis cuantitativo que subraya la magnitud del problema, señalando información acerca de las últimas tendencias en desvinculación y reingreso. Con respecto al fenómeno de la desvinculación indica que “Ha ido aumentando estos últimos años después de la pandemia (…) Es un fenómeno que se está adelantando. Antes ocurría en segundo y tercero medio y ahora en más en la transición entre la básica y media”. A su vez, menciona respecto al reingreso que “hay un esfuerzo de niños, niñas y jóvenes importante en revincularse al sistema educativo con posterioridad al abandono. Al tercer año un 30% volvió a revincularse en alguna modalidad y es necesario apoyarles para que no vuelvan a excluirse”.
SEGUNDA MESA: FORMACIÓN DE DOCENTES PARA EL REINGRESO.
La mesa centró su exposición en el papel crucial que juegan los educadores en la reinserción. Sylvia Contreras, investigadora de la Universidad de Santiago de Chile, discutió la necesidad de desarrollar pedagogías culturalmente sostenibles que promuevan la justicia social en los programas de reingreso y reinserción educativa. Destacó que muchos docentes no están preparados para abordar las complejidades que enfrentan los estudiantes en situación de exclusión. “Es fundamental que la formación docente incluya un enfoque crítico que reconozca y valore las prácticas culturales de los jóvenes, en lugar de perpetuar modelos homogéneos que no reflejan sus realidades,” señaló Contreras.
Cristóbal Castro, de la Universidad Alberto Hurtado, presentó un estudio sobre la identidad profesional de los docentes que trabajan en estas escuelas de segunda oportunidad. Según Castro, educar en este contexto no solo implica transmitir conocimientos, sino también forjar relaciones humanas sólidas que permitan a los jóvenes recuperar sus trayectorias educativas interrumpidas. Los resultados de su investigación revelaron que los docentes en estos entornos desarrollan una conexión emocional y un compromiso profundo con sus estudiantes, lo que es esencial para su éxito.
“Siempre dije que cuando trabajaba tenía que hacerlo en un lugar donde no solo enseñaba contenidos, sino que también educaba para la vida. Quiero que mis alumnos sean buenas personas, buenos seres humanos,” reflexionó un docente entrevistado en el estudio de Castro, destacando la dimensión emocional y afectiva que es central en este tipo de educación.
TERCERA MESA: INNOVACIÓN PEDAGÓGICA
Por último, se evaluó el impacto de la formación en oficios dentro de las escuelas de reingreso, destacando la necesidad de ofrecer una educación práctica y conectada con el mundo laboral. Según el estudio, no basta con reinsertar a los jóvenes en el sistema educativo, se necesita ofrecerles herramientas concretas que les permitan desarrollarse y ser autosuficientes en el futuro, subrayando la importancia de una educación que prepare a los jóvenes para la vida real.
Por su parte, Tamara Reyes, asesora de la Fundación Súmate, compartió buenas prácticas de promoción de justicia educativa que han sido transferidas con éxito desde las aulas de reingreso a otras instituciones educativas, como el CEIA Erasmo Escala. Reyes destacó que la clave del éxito en estos programas radica en la personalización de la enseñanza y en la creación de vínculos significativos entre docentes y estudiantes. “Lo que hemos aprendido es que cada estudiante tiene una historia única, y nuestras metodologías deben reflejar y respetar esa singularidad,” afirmó Reyes.
Héctor Opazo, de la Universidad Católica Silva Henríquez, presentó el modelo de “Co-laboratorios”, una estrategia pedagógica que integra aprendizaje y servicio, demostrando cómo estas prácticas pueden ser replicadas en diferentes contextos educativos. Opazo destacó que estos co-laboratorios no solo benefician a los estudiantes, sino que también fortalecen las comunidades donde se implementan, generando un impacto positivo que trasciende el ámbito educativo. “Por ejemplo, cuando iniciamos el estudio, las personas del barrio se referían a los jóvenes de Súmate como ‘los cabros del 2×1’, pero con el tiempo, al conocerlos y compartir con ellos, empezaron a llamarlos ‘los estudiantes de Súmate’”, concluyó Opazo.
30 AÑOS DE FUNDACIÓN SÚMATE
Este encuentro marca el cierre de la celebración por los 30 años de Fundación Súmate y se enmarca en los continuos esfuerzos de la organización por visibilizar la causa del reingreso educativo. En las últimas semanas, Súmate ha impulsado activamente la tramitación del proyecto de ley que busca garantizar el financiamiento de esta modalidad. Hace pocos días, se logró un avance significativo en la Comisión de Hacienda del Senado, donde se aprobó en general el texto presentado, que ahora pasará a discusión en sala. No obstante, el camino por recorrer sigue siendo largo.
El senador UDI Gustavo Sanhueza, quien estuvo presente en el seminario, expresó su satisfacción por este avance, destacando la importancia del proyecto: “Estamos muy contentos porque se nos escuchó. Este proyecto es vital porque establece una modalidad educativa especializada en reingreso escolar, destinado a aquellos niños y niñas que, por diversas razones, dejaron el sistema educativo por uno o más años. Estas aulas de reingreso no solo los reciben de vuelta, sino que trabajan intensamente para recuperar el tiempo perdido y reincorporarlos con éxito al sistema escolar regular”.
Sanhueza también elogió la labor de Fundación Súmate y su papel fundamental en la lucha contra el ausentismo y la deserción escolar: “Su trabajo ha sido y sigue siendo esencial para visibilizar el fenómeno del ausentismo escolar, y sobre todo, para actuar con efectividad y compromiso en su solución. Como senador, seguiré firmemente comprometido en sacar adelante todos los sistemas educativos necesarios para garantizar que ningún niño o joven en Chile se quede atrás”.