Soltemos la Pluma nace durante la pandemia, cuando el periodista y diplomado en Pensamiento Contemporáneo, Rafael Martínez, con cuatro años de experiencia como profesor en el área de las comunicaciones, se preguntó: ¿Qué puedo hacer por los demás?
“Lo único que quería era unir mi pasión por la escritura y el periodismo con el deseo de hacer un bien social. Sentía que podía crear un espacio donde cada persona pudiera contar su historia de manera auténtica. Es increíble ver cómo, con un pequeño impulso, alguien puede tomar control de su narrativa, plasmar su historia y conocimientos en una hoja en blanco”, comenta Rafael.
Cuatro años después
Y con más de 150 clases impartidas, Rafael ha consolidado Soltemos la Pluma como un taller que, a través de preguntas constantes, guía a los participantes a descubrir su propio estilo de escritura y a desarrollar textos profundos. Combinando herramientas periodísticas, filosóficas y literarias, que ayudan a superar el miedo a la hoja en blanco, convirtiendo ideas en textos coherentes.
“Un día, estaba buscando organizaciones que compartieran mi enfoque y donde la metodología de Soltemos la Pluma pudiera aplicarse. Así fue como descubrí la Fundación Súmate de Hogar de Cristo, que trabaja en la reinserción de jóvenes fuera del sistema educativo. Escribí un correo presentando la idea, y desde ahí todo se desarrolló de forma espectacular”, continua Rafael.
–¿Cómo fue trabajar con ellos?
–Ha sido una experiencia única, de un enriquecimiento personal enorme. Soy un agradecido de que hayan confiado en mis conocimientos, pero en realidad, siento que el estudiante fui yo. Este grupo de jóvenes, a través de sus textos, me demostró que son capaces de comerse el mundo.
Una de esos jóvenes fue Lisseth Inga (25), exalumna de la escuela de reingreso Betania y protagonista de la campaña que conmemora los 80 años de Hogar de Cristo. Lisseth llegó a Chile desde Perú en busca de mejores oportunidades. Al intentar convalidar sus notas para ingresar a la educación superior, recibió información errónea que la desorientó, indicándole que no podía matricularse con esos documentos y que le faltaban certificados. Esta equivocación la dejó fuera del sistema educativo durante 2019. Posteriormente, encontró en Súmate el apoyo necesario para validar su educación y avanzar hacia sus metas.
Tiempos de ausencia, encuentros en el silencio
Su cuento “Tiempos de ausencia, encuentros en el silencio”, refleja profundamente su experiencia personal y emocional. En este relato, Lisseth nos sumerge en la historia de Thaylor, una mujer que enfrenta la dolorosa desaparición de su amor, Raphael. A través de una narrativa introspectiva y cargada de emociones, el cuento explora temas como la pérdida, la ausencia y la resiliencia.
“Para mí fue una hermosa experiencia”, dice Lisseth. “Mi historia no tiene mucho que ver con lo que viví al llegar desde Perú, pero sí evoca eso que muchos migrantes sufrimos a diario, que es la nostalgia de dejar afectos en el pasado, lejos… Y, por supuesto, la esperanza de volver a reencontrarnos”.
“Con los auriculares puestos, escuchaba “Dusk Till Dawn” de Zayn con Sia, mientras caminaba y admiraba el atardecer sobre el mar. A lo lejos, vi a alguien en la banca solitaria donde nadie se sentaba. Conforme me acercaba, mi corazón latía más rápido, presagiando lo que venía. A solo un metro y medio de distancia, me detuve en seco al reconocer aquellos ojos y labios que prometieron nunca dejarme sola mientras él estuviera vivo”.
Lisseth demostró, a través de su escritura, una madurez que refleja las experiencias de muchos jóvenes que han sufrido exclusión, ofreciendo al lector una ventana al mundo interior de niños, niñas y jóvenes que han estado fuera del sistema educativo. Para Rafael, la participación de Lisseth y los demás exalumnos de Súmate en Soltemos la Pluma no solo les permitió afinar sus habilidades narrativas, sino también dar voz a historias que, en su complejidad emocional, resuenan con todos aquellos que han enfrentado la pérdida y la búsqueda de sentido.
Rafael concluye con convicción: “Lo que más deseo es que sigan confiando en ellos mismos, tal como lo hicieron al escribir sus textos, y que se les abran las puertas que merecen. Tienen un potencial enorme por entregar…. Sus palabras, sus historias, son una lección de perspectiva al mundo”.