Treinta y dos trabajadores del edificio corporativo de la empresa multinacional Enaex en Santiago, participaron con mucho entusiasmo como voluntarios en varias jornadas de encuentro con profesores y alumnos de la escuela de reingreso Betania que Hogar de Cristo tiene en la comuna de La Granja. Además, realizaron trabajos de pintura interior y exterior en el establecimiento.
Por María Teresa Villafrade
Hace ya varios años que la empresa multinacional Enaex, ligada a los servicios de minería, está realizando tareas de voluntariado corporativo y también aportes a las colectas anuales de Hogar de Cristo.
“Considerando nuestro propósito de humanizar la minería y en línea con nuestra estrategia de sostenibilidad, en Enaex contamos con diferentes programas para aportar a la educación y empleabilidad joven. Es por esto que, junto al Hogar de Cristo, hemos realizado ya en conjunto varias acciones de trabajo colaborativo”, explica María Fernanda Mussio, analista de sostenibilidad en Enaex.
El año pasado, por ejemplo, distintos grupos de trabajadores de la empresa realizaron durante dos meses de invierno una serie de rutas-calle para conocer la dura realidad de las personas más excluidas de la sociedad: las que viven en situación de calle.
Este año 2024, sostuvieron varios encuentros transformadores con la escuela de reingreso Betania que Hogar de Cristo tiene en la comuna de La Granja.
Un total de 32 trabajadores del edificio corporativo de Enaex en Santiago conocieron, compartieron, conversaron y almorzaron con los alumnos y profesores. En esa ocasión pudieron levantar algunas necesidades del establecimiento educacional que trabaja por hacer volver a estudiar a quienes han dejado de hacerlo por distintas razones.
Patricia Jaures, ejecutiva de alianzas corporativas en Hogar de Cristo, cuenta que Enaex participa hace varios años en voluntariado con la fundación.
“Para mí es muy relevante que las empresas vean en terreno los modelos de trabajo que tenemos para mantener siempre la motivación y los aportes. Partimos el 2023 con rutas calles durante dos meses de invierno. Y este año nos ampliamos a otro tipo de voluntariado corporativo con mejoras a la infraestructura, que fue el trabajo que se hizo en la escuela Betania”, explica.
A esta empresa multinacional le interesa estar alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. Y en ese sentido, “trabajamos en conjunto para que los voluntariados que realicen marquen una huella y ser aporte que pueda ser medible en el tiempo”, agrega Patricia Jaures.
COMPROMISO CON EL BIENESTAR SOCIAL
Lo cierto es que, al igual que Enaex, cada vez más empresas quieren comprometerse no solo con el medio ambiente sino también con el bienestar social.
María Fernanda Mussio cuenta que “todas las impresiones que me han llegado de parte de los voluntarios de la empresa en la jornada con Hogar de Cristo han sido muy positiva. La actividad les permitió conocer en profundidad el trabajo que hace la fundación en el área educativa. En específico, la escuela de reingreso Betania de la comuna de La Granja”.
A todos les impresionó mucho saber la realidad que han debido enfrentar algunos de los alumnos con los que pudieron conversar y compartir, porque además podían comparar esas historias con las propias y los que son padres, con sus propios hijos. “Fue muy enriquecedor para todos los voluntarios conocer la problemática que se vive en Chile y que crece cada vez más como es la deserción y exclusión escolar”, agrega la profesional.
Quedaron gratamente sorprendidos con la metodología que el colegio aplica para reencantar a los jóvenes que dejaron de estudiar. La directora del Colegio Betania, Paulina Vivanco, les explicó en profundidad la modalidad de enseñanza que aplican en sectores muy vulnerables.
“El modelo educativo de las escuelas de reingreso es más personalizado y el equipo de profesionales que está detrás está muy comprometido. Fue muy enriquecedor. Pudimos conocer de cerca el perfil de los estudiantes”, dice.
Una vez que se conversó y se levantaron las necesidades de la escuela, se determinó realizar el trabajo de pintura de varios espacios exteriores y del interior del comedor del establecimiento.
También hubo momentos para interactuar y jugar en los patios con los alumnos.
Patricia Jaures aclara: “Todo se hizo en conjunto con la comunidad educativa. Los alumnos del taller de gastronomía, por ejemplo, realizaron el cóctel de bienvenida”.
La experiencia ha sido evaluada tan positivamente que Enaex la replicará también en Calama. Ya se iniciaron las conversaciones para implementar el voluntariado corporativo en uno de los programas sociales de Hogar de Cristo en esa ciudad.
“Nuestras tres sedes de Mejillones, Calama y Santiago han aportado en las colectas digitales y presenciales sumando nuevos socios. En un par de meses más estaremos realizando otra jornada de voluntariado corporativo con la fundación”, concluye María Fernanda Mussio.
Enaex tiene más de 100 años en Chile, a nivel mundial son más de 7.000 trabajadores y en Chile más de dos mil.