“Chocolatería Obregón”, así se llama el emprendimiento que Olga, oriunda de Perú, inició el año pasado. Tiene tabletas y bombones rellenos de maracuyá, coco, pasas al ron y de un cuantuay de tentadores sabores. Un necesario regaloneo para a estos días fríos de obligatorio confinamiento.
Por María Luisa Galán
3 Julio 2020 a las
11:11
Un poco más de 2 kilos de chocolate comen las personas al año, según un estudio realizado el 2019 por la Agencia Internacional Euromonitor. En el rubro, los chilenos lideramos el consumo per cápita, gastando cerca de 20 mil pesos al año, un dato significativo si consideramos que Chile no es productor de cacao.
Olga Obregón, nacida en Perú, es experta en el tema. A principios del año pasado realizó un curso de chocolatería a través del programa de la mujer de la municipalidad y creó su emprendimiento “Chocolatería Obregón”. Tiene de todo. “Los bombones que hago son rellenos de fruta, frutos secos; para los diabéticos, hago de maracuyá. Eso fue un boom para Navidad, que vendí harto. Para los que no tenemos alguna enfermedad, también hago de coco, pasas al ron, lúcuma, cerezas. También hago tabletas. Trabajo con unos chocolates italianos, caravellas. Para los que tienen diabetes, utilizo chocolate 65%, 75% de cacao, depende de cómo lo quieran los clientes”, cuenta Olga, que llegó hace 17 años a Chile.
Su publicidad era el “boca a boca, en Santiago”. Ofrecía sus exquisiteces en los consultorios, les regalaba a las recepcionistas, las que luego se entusiasmaban y pedían para comprar. También vendía en Chilevisión, Iplacex. “Tenía mis contactos”, dice Olga sobre sus clientes. “Pero me falta la página web, las redes sociales y hacerme más conocida”, relata la emprendedora limeña que, a pesar de no tener muchos conocimientos en redes sociales, de todos modos tiene una página en Facebook en donde se puede engordar el ojo con sus productos.
El Covid-19, el confinamiento, como a todos, ha sido fatal para su negocio. “La pandemia me ha afectado muchísimo. No se vende como antes. Al mes vendía unas 30 o 35 cajitas y hartas tabletas, ahora no. A la semana vendo unas 5 tabletas de chocolate”, cuenta.
Afortunadamente, tiene otro trabajo; atiende a una adulta mayor. De hecho, llegó a fundación Emplea, del Hogar de Cristo, gracias al curso de cuidado de adulto mayor que realizó. “Me gusta la atención a los adultos mayores porque cuando van a los consultorios hay una discriminación total hacia ellos, me indigna ver todas esas cosas”, cuenta Olga y agrega: “En Emplea también ofrezco chocolates, me compran también”.
-¿A qué quisieras dedicarte a futuro?
-A todo lo que es chocolatería. Es mi sueño. Capacitarme un poco más, leer libros. Voy innovando los rellenos, porque antes los compraba hechos pero ahora los preparo. Los doy a degustar y si gustan, los pongo a la venta.
Quien quiera comprarle chocolates a Olga, puede llamarla al teléfono +56 9 9269 4813 y visitar su Facebook para conocer sus productos. Dice que pronto espera actualizarlo y unirse a Instagram para aumentar su cartera de clientes. ¿Qué mejor que unos chocolates para la cuarentena?