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Activista por los Derechos del Niño:

“Quitarle un hijo a una madre pobre no es solución para nada”

Diana Medel, fundadora en 2003 de la ONG Firmamento y de Plataforma 54CDN, es de una perseverancia envidiable. Ha escrito cartas a todos los presidentes de Chile desde el arribo de la democracia, porque le duelen en el alma los niños y las niñas más pobres, que son vulnerados en sus derechos y terminan en las manos de un Estado indolente. Acá el relato de su lucha.

Por María Teresa Villafrade

12 Abril 2021 a las 11:42

Diana Alicia Medel (77) es autodidacta. Cursó un semestre de psicología social y antropología en la Universidad Bolivariana y su inquietud por mejorar las condiciones de vida de la infancia más pobre y vulnerable del país data de 1990. En 1991 integró la comisión asesora interministerial e intersectorial de Menores en Situación Irregular, convocada por el entonces Ministro de Justicia Francisco Cumplido, representando al Ministerio del Interior.

Autora de libros como “Caja Negra” (1994) y “Carrusel” (2010), que han resultado proféticos en sus propuestas de políticas públicas a favor de la niñez y adolescencia, puesto que planteaban la creación de un Ministerio de Desarrollo Social y de una Subsecretaría de Niñez y Adolescencia que en entonces no existían, señala que pese a todos los esfuerzos que se han hecho “seguimos con medidas parche que no apuntan a solucionar la causa del problema, que es la despreocupación del Estado por la familia que vive hacinada, sin vivienda,  sin trabajo, sin protección hacia sus hijos, sin orientación psicosocial, ni esperanzas de una buena vida”.

Todo comenzó cuando conoció en 1990, en terreno, cómo funcionaban los hogares de menores y el sistema en general: “Casi morí. En esa época existía un Centro de Observación y Diagnóstico (COD), donde los menores infractores de ley podían pasar más de seis meses antes que un psicólogo o psiquiatra evaluara si habían actuado con discernimiento. Estaba en la calle Canadá, comuna de San Miguel, donde sobrevivían hacinados 87 adolescentes en un recinto bajo condiciones de higiene lamentables, de abandono, sin poder realizar actividades que los hicieran darse cuenta de que todos los seres humanos tenemos talentos y que debe haber un cauce para poder desarrollarlos”, recuerda.

Después de nueve meses de intenso trabajo, con un diagnóstico en que participaron representantes de todos los ministerios, excepto Salud, se hizo un informe final interministerial. Sin embargo, destaca que el enfoque principal del documento era la prevención de conductas antisociales: evitar que los niños llegaran hasta el Sename. “Un porcentaje muy alto, entre el 40 y el 50% de los niños que han estado en el Sename, terminan en la cárcel de adultos. Sename es el túnel a la cárcel. Afortunadamente, algunos menores escaparon de ese destino y hoy son maravillosos activistas por los derechos del niño”, agrega.

Ella formó en la Comisión Asesora de 1990 la Subcomisión de Vivienda, porque la falta de una vivienda digna, como quedaba demostrado en las fichas de ingreso de los niños, es uno de los factores determinantes para el inicio de una vida marcada por el abuso y las vulneraciones. Todo lo que se propuso entonces, quedó en nada. Respecto a déficit habitacional y dadas las condiciones paupérrimas de los niños que desembocan en Sename, la Subcomisión propuso que se coordinaran las acciones entre el Sename, Sernam, y Serviu para que las familias de menos recursos pudieran estructurarse y desarrollarse en un espacio físico y que el Estado les prestara asistencia material y programas de apoyo particularmente respecto a nutrición, vestuario y vivienda. (Art. 27.3 de la Convención de los Derechos del Niño).

“PARLAMENTARIOS SIN COMPRENSIÓN LECTORA”

En su libro “Carrusel, Carta al Presidente de la República 2010-2014”, resume por qué ha escrito cartas a todos los presidentes de Chile: desde Aylwin, Lagos y Bachelet a Piñera: “Porque diversas autoridades del Estado de Chile han infringido la ley”.  La Constitución de la República de Chile de 1980 y la Convención sobre los Derechos del Niño, 1990, establecen en el artículo 1  y Preámbulo, respectivamente, que la familia es el núcleo de la sociedad y el Estado es el garante de su bienestar.

“Los parlamentarios también han desoído estas y otras propuestas para legislar por el cumplimiento cabal de los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes, especialmente lo que tiene que ver con daño y riesgo social de nuestro país.  La CDN fue ratificada en 1990, es Ley de la República, Decreto N° 830 del Ministerio de Relaciones Exteriores, Diario Oficial 33.779 de 27 de septiembre de 1990. Creo que los parlamentarios tienen problema de comprensión lectora”.

Diana Medel participó en los comandos de Aylwin y de Bachelet cuando eran candidatos a la presidencia, pero, finalmente, se desencantó por la falta de responsabilidad del mundo político hacia la niñez y adolescencia y decidió actuar desde la sociedad civil.

“Si antes había 50 mil niños en el sistema de Sename, hoy estamos en aproximadamente 197 mil, una cifra asombrosa. Si entras a ver las Oficinas de Protección de Derechos (OPD), los montos de dinero que se entregan son cuantiosos, pero no hay fiscalización ni evaluación.  Y en los centros, tampoco hay personal calificado que pueda contener emocionalmente a los niños, así vemos casos como el de Lissette Villa, en 2016, y su muerte. Si su madre hubiera recibido ayuda oportuna, la niña no hubiera estado en el Sename”, dice.

Así nació la ONG Firmamento en el que, junto a psicólogos y otros profesionales, quiso brindar apoyo a las familias más vulnerables. “Muchas mamás sufrían depresión, sin saberlo, entonces no mandaban a sus niños al colegio. Cometí el error de no pedir subvención para afrontar gastos de subsistencia y honorarios a profesionales. Paralelo a eso, yo ayudaba en la toma de Peñalolén y cada vez que iba, regresaba destruida. Hablaba con diputados, alcaldes, ministros, pero ninguno parecía comprender que era necesario realizar acciones potentes, interconectadas”, dice.

Desprendió de su propuesta para políticas públicas, dos proyectos concursables en 2003, pero terminaron guardados en el cajón de algún escritorio público. En 2020 formó PLATAFORMA 54CDN junto a Fernanda Aedo, María Inés Zavala y Silvana Zeballos, del área de salud mental, con la finalidad que,  vía Zoom, en 2021, desde el amor y el conocimiento,  puedan -a través de las juntas de vecinos, OPD, colegios y otros espacios comunitarios-, enseñar a manejar el estrés emocional que generan la pobreza y la pandemia. Otro objetivo es buscar en paralelo herramientas para que puedan generar ingresos a través de innovación y trabajo.

En este sentido, un buen aporte para estos objetivos lo puede obtener vinculándose a Acción Solidaria del Hogar de Cristo, cuyo objetivo es orientar estas iniciativas sociales de gente con inquietud, propuestas y energía para trabajar por los demás.

“Muchos niños llegan al Sename a causa de la pobreza. Una madre que no tiene cómo alimentar a sus cinco hijos, termina con ellos en el Sename, o si los maltrata o golpea, es una consecuencia de su aprendizaje de vida desde pequeña. Tenemos que guiar a estas madres porque quitarles los niños para institucionalizarlos no es la mejor solución”.  Cree además que es importante, por los niños, revisar las condenas de mujeres privadas de libertad por causas de delitos menores.

-¿Cuál es tu motivación principal en esta tarea en que llevas enfrascada tantas décadas, ad honorem, además?

– Hemos tenido muchos maestros espirituales. Intento ser buena cristiana, soy Bahá´i y miembro de la Sociedad Antroposófica. Como dijo Yogananda, somos gotas de un mismo océano. Mahatma Gandhi nos dio el ejemplo de no violencia. Nelson Mandela de su estoicismo. Nos debemos a la comunidad y estamos aquí, en la Tierra, para vivir fraternalmente. Ser felices. Nací el mismo año en que San Alberto Hurtado fundó el Hogar de Cristo y me duele y sorprende, que en un país con importantes fuentes de recursos naturales, gran potencial económico, tantas mentes brillantes, muchas personas generosas, no hayamos podido estructurar una forma óptima de administración a través de diversos gobiernos, para que todos podamos vivir bien, especialmente los niños, el tesoro más preciado, cumpliendo cabalmente todos sus derechos.

Diana propone escucharlos, protegerlos de la droga y las redes de explotación sexual infantil, del abuso sexual y de cualquier otra forma de abuso, enumera, mencionando el tratado o el cuerpo legal correspondiente, como “la Ley 20.968,  promulgada por la ex presidente Bachelet, que tipifica delitos de tortura, y de tratos crueles, inhumanos y degradantes, infringida en el Sename, lo que es de conocimiento público”, recalca. Y luego agrega: “Este año 2021 nos tenemos que jugar como en el último minuto de un partido de fútbol y lograr ese gol tan esperado: construir una sociedad solidaria, justa y equitativa. Sin niños institucionalizados, sino que creciendo felices con su familia. Una familia consciente. Una familia protegida. Soy optimista, creo que la triformación social: armonía entre el mundo político, económico y cultural: sociedad civil, planteada por Rudolf Steiner, es la clave, porque también necesitamos a los empresarios, que crean riqueza, y con riqueza material podemos irradiar bienestar para los 19 millones y medio de habitantes de este país”.

Por último, Diana da un mensaje esperanzador: “Creo que nosotros, aunque con dificultad, podremos superar las diferencias de color político, a pesar de que hay muchas heridas aún abiertas. Tenemos libertad para decidir. Soy optimista, y como nos enseña el doctor Mario Alonso Puig, el amor cura… Podemos ser una comunidad feliz, crear en este país un mundo de adultos sanos, cuyo origen es la felicidad de los niños, que proviene de la salud emocional”.

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