“Dentro de la resistencia que quiero hacer, la educación es el único camino”.
El sábado 22 de octubre se hará un festival familiar en la Plaza de Maipú. La actividad realizada por Chiles Mounstro y con el apoyo de fundación Súmate del Hogar de Cristo, busca difundir los programas de reingreso educativo de la institución. El motor del evento es Rodrigo Gómez, Nadie Beat, cantante, compositor y productor musical dedicado al mundo del rap.
Por María Luisa Galán
22 Septiembre 2022 a las 13:35
Una de las bailarinas de los videos musicales de Rodrigo Gómez (41), o Nadie Beat en el mundo musical, comentó en sus redes sociales sobre “Reiníciate” de fundación Súmate. Ésta es una comunidad alojada en Instagram, Facebook y TikTok, que busca difundir los distintos programas de reingreso escolar para jóvenes entre los 8 y 21 años de edad. Curioso, Rodrigo indagó más sobre lo que hace la fundación y se enamoró de la causa. “Si alguna vez quise educar a través de la música o generar algún tipo de acto social, tiene que ser a través del trabajo que hace Súmate. Súmate hace lo que yo poéticamente quiero hacer. Ahí salió la idea de ofrecerme a hacer eventos con los colegios, a convocar a más jóvenes. Esta idea se tiene que comunicar a medio mundo porque la encuentro genial”, comenta.
Se puso manos a la obra. Y medio mundo es la que está convocada para este 24 de septiembre en la Plaza Maipú desde el mediodía. Rodrigo, junto a su Chiles Mounstro y fundación Súmate, realizarán un festival familiar con conocidas bandas y personajes del mundo del hip hop y el rap. Todo con el fin de lograr que más y más jóvenes excluidos vuelvan al colegio, a través de las escuelas, las aulas y los programas socioeducativos de Súmate. En la actividad, Nadie Beat presentará un especial tema dedicado a los jóvenes de la institución que, aunque el lanzamiento oficial es el 14 de octubre en la sala SCD de Bellavista, hará un adelanto de este himno dedicado a Súmate.
“Es una canción que hicimos con uno de los chicos del colectivo y habla de la resiliencia. De mirarse al espejo y auto darse confianza. Es decirse: ‘He estado demasiado tiempo auto saboteándome, es hora de cambiar las cosas y renacer’. Estábamos en el proceso creativo de esta canción, cuando nos encontramos con Súmate. Y dijimos: esto calza perfecto, deberíamos ponerlo a disposición. Si alguna vez esta canción tuvo un propósito para existir, este es. Las cosas no pasan sin querer”, explica Rodrigo ‘Nadie Beat’.
Rodrigo (41) tenía 10 años cuando se adentró de lleno en la música. Vivía en Lo Prado y un vecino un poco mayor, llevaba música rap y se sentaban a escucharla en las escaleras del block. Se enamoró del ritmo, comenzando a escribir canciones y tratando de cantar sobre otras melodías vacías. Su inspiración eran bandas extranjeras y, en lo nacional, grupos entonces no tan conocidos, como Los Marginales, Panteras Negras y De Kiruza.
Era la época del cassette, sin las redes sociales de hoy. Los jóvenes escuchaban lo que llevaban los amigos, la familia. “Esa música llegaba antes de que se hiciera conocida. Llegaba de mano a mano, en cassette”, comenta Rodrigo Gómez, también conocido en el mundo del rap como Nadie Beat. Cuenta que en sus años de pre adolescencia pedía para Navidad que le regalaran instrumentos de música o equipos. Recuerda a la perfección cuando Sony lanzó una mesa que permitía hacer loops con los CDs y le llegó de obsequio. “Aprovechaba todos los beats vacíos de los cantantes para hacer un loop y lo grababa en un cassette”, rememora sobre sus primeros pasos en la música.
Cómo no, cuando salió del colegio se matriculó como técnico en sonido, con el sueño de vivir de la música y tener un estudio propio. Armó grupos, algunos con más éxito que otros. “Flow to flow” fue uno de los más aplaudidos. Llenó escenarios de hip hop y eran carta segura en las promociones de los flyers. Firmó con Calimba Records, sacando su primer disco en 2004. Salió en la radio y en la TV, estuvo a punto de pegarle el palo al gato. “Era todo a pulso. Las redes sociales estaban comenzando y pasamos del CD a MP3; y los sellos empezaron a desaparecer. Buscábamos lugares pero estaban todos en crisis. Súmale la piratería, Napster. Todo lo que habíamos construido, comenzó a desvanecerse”, rememora sobre esos años.
Cuenta que en esos años, con la banda “Flow to Flow” decidieron perfeccionar su música. Agregaron batería, bajo, teclado y tres voces. “Además, se nos achicaron los escenarios. Antes éramos tres micrófonos y una pista, y después teníamos 20 micrófonos, retornos de piso y no había en el circuito alguien que nos pudiera hacer el backline. Tuvimos que empezar a buscar bares y nos alejamos del circuito del rap. El último lanzamiento fue en 2008, cuando nació mi segundo hijo. Y ya no me quedaba tiempo para poder seguir liderando la banda y el grupo murió”, relata Rodrigo, quien desde entonces se dedicó a ser solista. Hasta el día de hoy.
En este camino solitario, se encontró con el amigo del block, el que le prestaba los cassettes. Él, ahora convertido en audiovisual, animó a Rodrigo a volver con todo a la música. Fue justo antes del estallido social, pero aun así se decidió a reconvertirse, con ayuda de su ex vecino en la producción y edición de sus videos, y con un nombre nuevo: Nadie Beat.
-¿Cómo surge este nombre: Nadie Beat?
-Nace de la idea de todos buscan ser alguien, tener un nombre reconocido. Y pasa a ser prioridad el tener un nombre que te haga ser alguien y yo prefiero ser nadie, sin un nombre conocido, porque quiero que la música que hago, hable por mí. Decidí Nadie Beat porque hago beats y me gusta hacer música, y Nadie por ‘¿quién hizo la música?’… Nadie, preocúpate de escuchar lo que está sonando y no del nombre del artista.
Rodrigo no vive de la música. En paralelo ha hecho varios trabajos y se ha dedicado a los negocios para subsistir. Vende palta para sushis y tiene un emprendimiento de ropa, entre todo lo que hace. Es muy crítico de la música actual. Esa con contenido “vulgar y misógino” que tiene mucha pantalla. Se explaya: “No cantan, gritan. No son afinados, sino que usan autotune. Tú me pones a uno y termino escuchando a veinte distintos, al final era como terminar escuchando una canción de 30 minutos. No puedo identificar quién es quién porque hablan de lo mismo, suenan todos iguales y usan el mismo ritmo. Y decía: esto superó a todas las músicas existentes. Pero no puedo sólo quejarme, voy a hacer resistencia por las mías, con lo que sé hacer. Voy a tratar de buscar espacios con música consciente, que te haga despertar, que tenga alguna construcción poética en el diálogo, alguna complejidad”.
Líderes del colectivo Chiles Mounstro
Empujado y entusiasmado de armar esta resistencia, es que convocó a varios artistas y creó un colectivo bautizado como “Chiles Mounstro”. Chiles como ají. “Se unieron amigos que nos entrelazamos en la música y decidimos presentarnos juntos, porque es muy difícil encontrar lugares para tocar. Y en vez de andar buscando que me inviten, yo voy a generar el evento y voy a tener más de un artista para proponerle a los pubs. Así no estoy solo contra el mundo. Así salió la idea de educar a través de la música”, cuenta entusiasmado Rodrigo.
Agrega: “Siento que dentro de la resistencia que quiero hacer, la educación es el único camino. Puede que a alguien no le guste el rap y está bien eso, pero cuando lo escuchen, por lo menos los hagan pensar. Que digan: ‘La canción no me gusta, pero es cierto o tiene razón cuando dice tal cosa. O la manera en que propone lo que está haciendo, es súper inteligente’. Prefiero que digan eso a que la canción pega un montón, pero habla pura basura”.
La invitación, entonces, es para este 22 de octubre desde las 12:00. Es gratuito y habrá más de 15 bandas en vivo. Van a haber foodtrucks, juegos infantiles y un sector de emprendedores. Todo está preparado para que vivas una experiencia Súmate. ¿Tienes entre 8 y 21 años y quieres volver a las aulas? ¿O conocer a algún interesado? Llama o comparte este teléfono de contacto. +56 9 53965269.