Intolerancia al "problemático"
Si bien la pandemia profundizó el problema –muchas familias consideraron que la escuela no garantizaba un mejor porvenir a sus hijos–, el quid de asunto es la escasez de dispositivos especializados para hacerse cargo de los desencantados. Hoy el gobierno está empeñado en que niños, niñas y jóvenes vuelvan a las aulas, pero no puede ser a las mismas. Para lograr el reingreso, se requiere de espacios especializados y ya estamos tarde
Por Ximena Torres Cautivo/ Publicado por revista Mensaje
30 Marzo 2023 a las 14:10
A fines del año pasado, buscábamos a un joven que encarnara la situación de los estudiantes que, con tremendo esfuerzo y contra los más feroces vientos y mareas de la exclusión social, intentan terminar su trayectoria educativa en escuelas o programas de reingreso de Fundación Súmate.
Dimos con Flavio, quien se graduó de tercero y cuarto medio, con el sistema dos por uno, junto a otros 63 jóvenes. Sucedió en la Escuela de Reingreso Betania, que Súmate tiene en La Granja. Fue emocionante.
Su historia y su personalidad nos impactaron. Acompañado de Sylvia, que es la psicóloga de la escuela, además de su tutora, el joven de 19 años nos contó que cuando tenía 7, su mamá los dejó, a él y a sus 7 hermanos. Desde entonces y hasta ahora ella tiene problemas graves de consumo de drogas y él la ha borrado de su vida. Cuando tenía 9, el padre también se fue.
Él es uno de los hermanos mayores, por eso, se puso a trabajar como vendedor ambulante. Ha tenido problemas de consumo, pero desde hace tres años, cuando llegó a Betania, empezó a ordenarse. Con los ires y venires propios de los niños, niñas y jóvenes que están desescolarizados, rezagados en su aprendizaje, que han vivido episodios de violencia, que llegan a establecimientos como éste, derivados desde el Sename (hoy Mejor Niñez) o de otros programas o servicios que se ocupan de la infancia y adolescencia vulnerada.
Aunque ha tenido etapas en que ha logrado arrendar una pieza, cuando lo conocimos vivía “en situación calle”, en sus propias palabras. En una carpa, en las inmediaciones del hospital Barros Luco. También nos contó que es bueno en matemáticas, que quisiera ser contador. Y que está decidido a lograrlo.
En 2022, también conocimos a Geraldine (19), quien cursaba primero y segundo medio, en otra escuela de reingreso de Súmate, la Padre Hurtado de Renca. Electa presidenta del Centro de Alumnos del establecimiento, impresionan su lucidez y decisión para superar el círculo del delito en que ha vivido desde niña.
Ella nos dijo entonces:
–En esta escuela, en el tiempo que llevo, he aprendido más que en cualquiera otra que estuve. Te explican de otra forma, tienen paciencia y están encima de ti. Yo he vivido muchas cosas malas en mi vida, pero creo de lo malo también se aprende. Yo ahora soy una persona adulta y sé que no quiero una vida delictual para mí. He tenido mucha familia presa, he conocido hartas cárceles y no pienso ensuciar mis papeles y caer presa. Y para eso tengo que esforzarme, terminar de estudiar, sacar el cuarto medio, pese a lo mucho que me cuesta concentrarme. Pero tengo algo muy claro en mi mente: no quiero ser una delincuente.
YA ESTAMOS TARDE
Flavio y Geraldine son afortunados. Él logró sacar su cuarto medio y ella va camino de lograrlo. Pero hoy en Chile existen 227 mil niños, niñas y adolescentes que están fuera del sistema escolar. Privados de un derecho humano clave: la educación.
Liliana Cortes, trabajadora social y directora de Fundación Súmate, sostiene:
–Entre 2021 y 2022, 50 mil matriculados no asistieron a clases. Además del impacto de la pandemia, que agravó el problema, las razones que explican el abandono escolar son diversas y complejas. El tema del reingreso o la revinculación ha pasado a ser una prioridad país. La señal que vimos en las palabras del presidente Gabriel Boric, flanqueado por los 23 expertos que integran el llamado Plan de Reactivación Educativa, es clara. En su discurso aludió de alguna manera a lo que el psicólogo Paulo Egenau, llama “lucidez transitoria”, que no siempre involucra un real sentido de urgencia. Nos preocupamos cuando sale el dato, pero días después nadie se acuerda del problema. El Mandatario dijo que en tres meses los expertos emitirán un plan. Señaló que en el intertanto no se dejará de actuar en la recuperación de la trayectoria educativa de los excluidos del sistema.
–¿Crees que se logre algo con esta iniciativa?
–Lamento decir que las clases se inician en marzo, por lo tanto, ya estamos atrasados. El presidente mencionó tres acciones concretas: un equipo de mil 300 profesionales y gestores que irán a tocar las puertas de las casas de todo Chile buscando a los niños, niñas y jóvenes que están marginados de la educación. Los equipos socioeducativos de Súmate en Antofagasta, La Serena, Villa Alemana, Santiago y Concepción hacen esta tarea permanentemente en los territorios más vulnerables, para lograr la revinculación de los chicos y chicas que no han desertado, sino que han sido abandonados por un sistema poco tolerante con “el complicado”. Con el que tiene problemas sociales, familiares, económicos, de aprendizaje. Junto con esta importante búsqueda, lo más relevante es avanzar en el diseño de aulas de reingreso para estar preparados cuando los encontremos.
50 MIL FLAVIOS Y GERALDINES
Las razones de la exclusión educativa hay que tenerlas bien claras. Sólo así es posible entender que los chicos y chicas que abandonan el colegio no pueden volver a más de lo mismo. Se requieren, como hace notar Liliana, dispositivos especiales.
–Las aulas de reingreso, que nosotros hemos implementado en servicios locales de educación (SLEP) van en el camino correcto y están preparadas para recibir a los que decidan volver. Repliquemos esa experiencia en otros SLEP. Colmemos de realidad las palabras del Presidente y de su ministro de Educación. Y empujemos una modalidad educativa de reingreso, que hace dos años fue aprobada por el Consejo Nacional de Educación, pero aún sigue en el Congreso.
Eso permitiría a los establecimientos y espacios que son expertos en el tema tener recursos estables para desarrollar de buena forma su trabajo y planificar sin estar “haciendo figuras cada año”. Una buena manera de entender la importancia de una modalidad específica de reingreso es repasar las causas de la exclusión escolar. Aquí, Liliana, nos ayuda a construir el decálogo del problema.
Nivel socioeconómico de la familia: Es el principal factor que priva a los niños y niñas de su derecho a la educación y que, en algunos casos, los obliga incluso a trabajar. La probabilidad de abandono es mucho mayor en estudiantes de los primeros dos quintiles de ingreso. Un 62,5% de NNJ de entre 5 y 21 años que se encuentran fuera del sistema escolar pertenece al 40% de menores ingresos.
Ausentismo crónico: Uno de cada 3 estudiantes (más de 900 mil) falta a clases más de 20 días al año; esto era antes de la pandemia. El ausentismo es causa de aprendizajes frustrados, rezago escolar y en, última instancia, abandono de la escuela.
Repitencia: Es un fenómeno en alza en la última década; pasó de un 2% a un 4%. Durante 2019, más de 120 mil NNJ repitieron un curso entre primero básico y cuarto medio. Primero medio es el curso con mayores dificultades. Sólo el 55% de los estudiantes logra culminar su trayectoria educativa en los 12 años establecidos.
Rezago: El 5,7% de los hogares en Chile presenta al menos uno de sus integrantes que es estudiante no desertor con rezago escolar, lo que corresponde a 216.065 individuos que tienen retrasos pedagógicos respecto a sus pares de la misma edad.
De la básica a la media: Este paso aparece como un hito complejo y difícil de superar por los estudiantes más vulnerables. Más que una continuidad natural, se vive como un quiebre radical en la trayectoria escolar, porque coincide con un cambio de cultura, ambiente, establecimiento, compañeros, profesores, entre otros.
Estigmatización y expectativas: Los docentes y los alumnos con dificultades de aprendizaje, conducta y otras desarrollan entre sí relaciones tensas y de poca confianza, lo que contribuye a la pérdida de motivación y confianza en las propias capacidades. Un profesor/a que cree en sus alumnos y lo expresa es un importante factor de retención.
Consumo de drogas y alcohol: La frecuencia de consumo de drogas entre los estudiantes que abandonan el sistema escolar es 4 veces mayor a la que presentan los jóvenes insertos en el sistema educativo. Y el doble en relación al consumo de alcohol.
Capital cultural de las familias: Los años de escolaridad de los padres inciden de madera directa en las trayectorias educativas de NNJ. A mayor escolaridad de los padres, menor es la probabilidad de abandono escolar de sus hijos, y viceversa.
Paternidad y maternidad adolescente: El 63% de jóvenes en edad escolar que son padres precoces terminan abandonando la escuela. Y también se evidencian altas tasas de repitencia y aprendizajes frustrados.
Género: Aunque existe un mayor abandono del sistema educativo por parte de los hombres, cuando las mujeres salen, no regresan. Aquí influyen diversos factores, pero el más común es “el cuidado” de otros: hermanos, abuelos, hijos propios.
El Talmud sostiene que quien salva a una persona, salva a la humanidad entera, lo que es cierto.
Y es lógico aplaudir el esfuerzo de Flavio y el de Geraldine, pero el problema es que hay otros 50 mil Flavios y Geraldines que requieren ayuda profesional, permanente, dedicada y adecuada a sus diversas y complejas problemáticas sociales, familiares, económicas de aprendizaje, que son las antes expuestas.
Urge que hagamos todos ahora algo en serio por ellos. Si no es por una cuestión ética, que sea por una práctica. Entre los niños, niñas y jóvenes que patean piedras en las esquinas de las poblaciones más pobres y marginadas está “la mano de obra” de la que se nutre la delincuencia común, el narco y el crimen organizado.