“Dejé de escuchar esa vocecita que me hacía dudar de mí”
Con 25 años, Lisseth Inga es la más joven de los protagonistas del video conmemorativo de los 80 años de Hogar de Cristo que ya está circulando en nuestras redes sociales y en los principales medios de comunicación. Fue alumna destacada en una escuela de reingreso de Súmate, después de estar dos años sin estudiar. Aquí, te contamos su historia.
Por María Teresa Villafrade
7 Agosto 2024 a las
07:00
Con todos sus diplomas bajo el brazo, Lisseth Inga (25) nos recibe en la sede de Inacap de Puente Alto donde estudia técnico en turismo. Son los reconocimientos que obtuvo mientras era alumna en la escuela de reingreso Betania, ubicado en Santa Rosa 7766, La Granja: primer lugar en rendimiento académico, en el oficio de banquetería y mejor compañera en el colegio además de un premio especial por su desempeño en una muestra de talentos en el Inacap.
Cuenta que su carrera dura dos años y que este 2024 la terminará con el aprendizaje además de tres idiomas: inglés, francés y portugués. Su sueño es ser tripulante de cabina en una aerolínea y viajar a distintos lugares. Una meta que dudó alcanzar cuando terminó su enseñanza media, porque le dio miedo no estar bien preparada. Espero un año para intentarlo.
Lisseth Inga estuvo desescolarizada hasta que se encontró con el Colegio de Reingreso Betania, en La Granja, donde logró retomar la enseñanza media y graduarse.
“Salí el 2021 del colegio Betania y me fui a matricular al Duoc de San Bernardo. No sé, pero me entró pánico cuando supe que antes de ingresar, ellos me iban a hacer una prueba para saber en qué nivel estaba en cuanto a conocimientos de lenguaje, matemáticas, tecnología. Eso mismo me pasó antes de entrar al Betania, ¿podré hacerlo? Porque nunca faltan quienes dudan de ti por la edad que tienes. Tenía una vocecita que me hablaba así todo el tiempo y que me hacía dudar de mí”, revela mientras se realiza el casting para los 80 años de Hogar de Cristo
Anuló su matrícula y se dedicó a trabajar en la pyme de su familia: un servicio de banquetería de buffet peruano y un puesto en la feria San Ramón. También trabajó en un call center.
“Un domingo vendiendo en la feria, veo a un amigo mío en su Instagram contando que trabajaba en el aeropuerto como agente de servicio en Latam. Quedé perpleja. Entonces me aconsejó que estudiara igual una carrera técnica para tener una base y que aprendiera idiomas”, recuerda Lisseth.
Decidió no escuchar más a esa “vocecita” y el año 2022 entró a estudiar al Inacap de Puente Alto, que le queda más cerca de su casa. Hoy no solo está muy cerca de alcanzar su sueño sino además, es la encargada de redes sociales de la Red de Egresados de Súmate.
UNA HISTORIA DISTINTA
Lisseth tiene una historia distinta a la de sus compañeros de Súmate. Llegó a Chile a los 7 años, estuvo un tiempo, pero luego volvió a Perú y se quedó un año. Allá Lisseth terminó sus estudios y al volver a Chile quiso convalidar para entrar a estudiar en la educación superior, sin embargo, y por una información que años después supo que era errónea, le dijeron que no podía matricularse con esos documentos, que le faltaban certificados. Finalmente, el 2019 se quedó sin estudiar.
“Al siguiente año dije ya, no puedo perder mi tiempo” y buscó la opción de retomar los estudios. Lisseth fue a un colegio para estudiar técnico en telecomunicaciones, pero en aquel recorrido conoció al colegio Betania. Prefirió registrarse aquí, pero tardó un año más en poder matricularse definitivamente. 2021 fue el año en que finalmente Lisseth comenzó a estudiar y hacer el 3° y 4° medio.
Lisseth guarda los mejores recuerdos de su paso en el Betania. Rescata especialmente a los profesores que siempre estaban muy pendientes y preocupados de todas las situaciones que allí surgían.
“Recién ahí me di cuenta de cómo el sistema educacional en general le falla a las personas y es ahí donde vi que la fundación Súmate llega a decirles que no están solos y llega a tu vida a sumarte, tal como dice su nombre”. Eso fue lo que la inspiró a querer seguir colaborando en nuevas actividades y desafíos que fueron surgiendo.
“Cuando me invitaron a participar en la Red de Egresados de Súmate, no dudé. Porque es la forma en que tengo de devolver la mano a todo lo que la fundación hizo por mí. Quiero seguir motivando a los egresados para que no se queden solo con su enseñanza media, para que sigan estudiando y avanzando con una profesión. Solo así puede uno cumplir sus sueños”.
Lisseth Inga, que pensaba que por su estatura no podría ser asistente de cabina, hoy lo ve posible. No solo porque se flexibilizaron los requisitos para trabajar en las aerolíneas sino porque ha sido perseverante y organizada en sus estudios.