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Los grandes desafíos de Hogar de Cristo en Tarapacá:

Personas en calle, adultos mayores y niños

La obra más conocida de Alberto Hurtado cumple 80 años en octubre. En la región, cuya filial fue creada en 1989, se han hecho esfuerzos importantísimos por la educación inicial, el acompañamiento a personas mayores y propuestas innovadoras para superar la situación de calle. Todo esto, con el complejo fenómeno migratorio como telón de fondo.

Por Vicente Vásquez Feres

7 Septiembre 2024 a las 15:00

Pamela Chacana (37) lleva buena parte de su vida ligada a Hogar de Cristo en Tarapacá. De adolescente se sumó al legado de sus padres, encargados del área de acción social del Liceo María Auxiliadora de Iquique. Empezó haciendo rutas fraternas, donde conoció la calle, sus habitantes y la crudeza de sus vidas. Su compromiso social con la causa de Alberto Hurtado, en la que lleva dos décadas, tuvo su momento bisagra hace diez años, cuando entró a trabajar a la institución.

Ha pasado por todos los servicios relacionados con la situación de calle: hospederías, albergues, rutas y programas de acogida, hasta que, en septiembre de 2019, asumió el liderazgo de un proyecto único. La Residencia para la Superación, ubicada en la “zona cero de la ciudad”, es un espacio de atención especializada que busca la reinserción social y laboral para 25 beneficiarios que han vivido en calle y tienen un recorrido exitoso dentro de la fundación. En Chile, sólo existe otro programa igual en San Fernando.

La Residencia para la Superación de Iquique está ubicada en la “zona cero” de la ciudad y funciona desde septiembre de 2019.

Con las dificultades propias de atravesar el estallido social y la pandemia, hace ver que esta Residencia les da un “empujoncito final” para recuperar sus vidas. Apunta a la autonomía de los participantes, con una estancia mínima de 3 meses y máxima de 6. “Acá todos tienen trabajo. La mitad lo hacen en la minería, otros son guardias de seguridad, cajeros de banco, de supermercados. Dejaron el consumo y están con una fuente de ingresos permanente”.

Sin embargo, el pasado de aquellos beneficiarios es una carga. Para generar redes de confianza y superar el prejuicio de los “papeles manchados”, el trabajo territorial es fuerte. No sólo para crear y mantener oportunidades laborales, sino también concientizar al resto acerca de este enfoque innovador. “Automáticamente, nuestro cerebro le pone imagen a la pobreza”, dice Chacana, trabajadora social de raíz aymara, inspirada en el “suma qamaña” –buen vivir– y el desafío de Alberto Hurtado.

Pamela Chacana (37), trabajadora social de raíz aymara, lleva gran parte de su vida ligada a Hogar de Cristo.

En experiencias previas, “cuando vienen a conocer el programa y se enfrentan a los participantes, siempre se imaginan que es un dispositivo con cara de pobre, con olor a pobre”, agrega. Aquí se encuentran con personas limpias, ordenadas, que desean recuperar los lazos familiares perdidos.

LA CALLE IQUIQUEÑA

En relación a los 80 años que cumple Hogar de Cristo, la filial de Tarapacá es “joven”; data de julio de 1989. En la actualidad, cuenta con siete programas que atienden a 400 personas, divididos en tres grandes líneas temáticas: educación inicial, adultos mayores y situación de calle. Según los registros oficiales, habría unas 700 personas sin hogar en la región, casi todas distribuidas entre Iquique y Alto Hospicio. Se estima que la cifra perfectamente podría llegar al doble, cuestión que se verá corroborada cuando se conozcan los resultados del Censo 2024.

Los avances también son recientes. Pamela Chacana recuerda que en sus primeros años trabajando en Hogar de Cristo, entre 2014 y 2016, recién se logró habilitar un albergue y una hospedería en Iquique, una ciudad próspera, marcada por el contraste del bienestar y la miseria. Antes de aquello, no existían programas. La incidencia pública, social y comunitaria de la institución logró que hoy, en medio de un complejo panorama migratorio, hayan más de 15 dispositivos entre diversos organismos estatales y privados.

El Centro Comunitario de Hogar de Cristo fue inaugurado a mediados de 2023 y está ubicado en el barrio El Colorado, al norte de Iquique y cercano a la Zona Franca.

Chacana identifica dos factores importantes que caracterizan la situación de calle en Iquique. “Primero, no llueve y no vas a pasar frío, el clima favorece. Segundo, el alto nivel de consumo de estupefacientes, por el fácil acceso que existe acá al ser zona fronteriza. El alcohol es barato y las drogas que generan mayor dependencia, como la pasta base, están a la mano”.

Además de la mencionada Residencia para la Superación, el Programa de Acogida trabaja con 60 participantes a través de apoyo psicosocial en terreno, con encuentros permanentes y personalizados por parte de los monitores. Este vínculo les permite “aparecer en el mapa”, incorporarse a los servicios que los hacen salir de la calle y cambiar su destino.

Esa misión es compartida por la Hospedería Mixta, que es parte del reluciente rojo y turquesa Centro Comunitario, recinto de 800 metros cuadrados, en el barrio El Colorado, cercano a la Zona Franca e inaugurado hace poco más de un año. Allí, 30 personas pernoctan todos los días. Antes de trasladarse a las nuevas instalaciones, el programa solo recibía hombres en el barrio Héroes de la Constitución, lugar que conoció historias impactantes, como la del colombiano Milton Domínguez.

El caso del colombiano Milton Domínguez es uno de los más impactantes que pasó por la Hospedería de Hombres.

En 2021, Milton entró de manera irregular por Colchane, como tantos otros, convencido de que en esta tierra, una de las más ricas del país y potente en energías renovables, sería valorado por sus conocimientos técnicos en montaje y reparación de paneles solares. Eran tiempos pandémicos, fue derivado a una residencia sanitaria y ahí se contagió un virus que obligó a que le amputaran la pierna derecha. La Hospedería de Hogar de Cristo fue una solución temporal mientras regularizaba su situación legal y conseguía una prótesis.

Con el paso del tiempo, volvió a la calle y se dedicó a limpiar autos. Quizás de tanto esperar su oportunidad y acumular tristeza. En la madrugada del 19 de mayo de 2023, fue asesinado a golpes por 4 cadetes de la Armada, que habían sido trasladados a las ceremonias de celebración de las Glorias Navales en Iquique. En los registros de las cámaras de seguridad se apreciaba la ferocidad del acto y el franco estado de ebriedad de los uniformados, quienes lo acusaron de haberles querido robar. Después de 15 meses de investigación, el juicio sigue en curso.

CAMINATA AL SOL

En el centro cívico de Alto Hospicio está el Jardín Infantil y Sala Cuna “Camino al Sol”, uno de los tres recintos dedicados a la educación inicial en la región. Los demás son “Rocío de Amor”, cercano a la pampa nortina, y “Verde Esperanza”, en la planicie litoral, a unos pasos del Océano Pacífico.

“Camino al Sol” tiene capacidad para 150 niños y niñas, en su mayoría extranjeros, provenientes de Bolivia, Venezuela y Colombia. Es el segundo establecimiento de educación inicial más grande de Hogar de Cristo en todo Chile. Un testimonio que refleja con exactitud la resiliencia del sector, es el de Gretel Neira, costurera y dirigente vecinal del Barrio Transitorio Renacer.

Con la ayuda del Jardín Infantil “Camino al Sol”, Gretel Neira ha mejorado su calidad de vida y la de sus nietos en Alto Hospicio. Hoy, espera con mucha esperanza su vivienda definitiva.

Gretel es de las abuelas cuyos nietos llaman “mamá”. Asumió la maternidad de Gerson y los mellizos Karla y Jorgito, pues su hija tiene problemas de drogadicción desde los 14 años y vivió ambos embarazos en pleno consumo de pasta base. Gretel sacó adelante a sus otros cinco hijos sin ninguna ayuda, con padres ausentes, gracias a la costura y largos trasnoches.

Maritza Soto, educadora de párvulos y directora del establecimiento Jardín Infantil y Sala Cuna “Camino al Sol”, describe el perfil de las familias. “Son trabajadoras, pero independientes, sin contrato formal. La mayoría son vendedores ambulantes de la famosa y enorme Feria de La Quebradilla, que funciona de martes a domingo acá en Alto Hospicio. Muy pocos son profesionales y los más viven en tomas. Llevan años tratando de conseguir una vivienda en Alto Hospicio donde los asentamientos surgen y surgen, mucho más ahora con la crisis migratoria”.

“Camino al Sol” tiene capacidad para 150 niños y niñas, en su mayoría extranjeros, provenientes de Bolivia, Venezuela y Colombia. Es el segundo establecimiento de educación inicial más grande de Hogar de Cristo en todo Chile.

A inicios de 2024, los mellizos egresaron del jardín. Gerson ya lo había hecho hace un par de años. Gretel los inscribió en un colegio del sector de Santa Rosa, más próximo a la zona de Renacer. Junto a 160 familias de su barrio, obtuvo un subsidio de vivienda y se mudará a un departamento nuevo, que la alejará –y a sus nietos– de la inseguridad de las tomas.

VIVIR EN ABANDONO

Hugo Salomón (35), trabajador social y jefe del programa de atención domiciliaria de adultos mayores (PADAM) en Iquique, considera que sus usuarios pasaron a un segundo plano debido a las problemáticas asociadas a la migración y los efectos de la pandemia. Después de tres años trabajando en diferentes roles asociados a la Hospedería, a inicios de 2021, tomó las riendas del PADAM, que atiende a 30 personas en el sector norte de la ciudad. Él detalla que el 9.1% de los habitantes de Tarapacá son adultos mayores.

El 80% de ellas vive en la población Jorge Inostroza, colindante con el barrio El Colorado y conocida en antaño como la “John Kennedy”. Según Salomón, es un sector “más precario que delictual, pero sí hay varios focos de tráfico y consumo problemático”. Desde que las funciones de Hogar de Cristo se concentraron en el Centro Comunitario, la tarea del PADAM ha sido vincularse con vecinos y distintas organizaciones, para que conozcan a sus participantes, las realidades que viven y el trabajo profesional. “Hay personas que no llegan a fin de mes, tienen mucho filtraje con su dinero o parte de la familia se aprovecha y los deja con poca plata”, describe Salomón.

Según el trabajador social Hugo Salomón, la realidad del adulto mayor en Iquique es de un profundo abandono. La tarea del PADAM ha sido vincularse con vecinos y distintas organizaciones, para que conozcan a sus participantes y las realidades que viven.

Dentro de sus usuarios, existen dos perfiles recurrentes y opuestos: el adulto mayor empoderado, conectado con su territorio, que conoce los beneficios sociales, con motivación, movilidad y una adultez activa. Y el adulto mayor en abandono, desvinculado de las redes comunitarias y tecnológicas, que se autopercibe como una persona sola. Así, es clave que los vecinos se hagan parte del problema. “La base de nuestro trabajo es acoger con amor y dignidad, de ahí para arriba”, explica el jefe del PADAM.

EL HORIZONTE

A juicio de Carlos Ramírez, jefe de operación social territorial de Hogar de Cristo en la región, son varias las tareas a futuro. “Ampliar la cobertura de programas de calle, tener a Vivienda Primero aquí en la región y más rutas. La población en situación de calle crece cada día, por la inmigración ilegal. Es importante que el Estado pueda financiar más programas y dar más recursos a los convenios actuales que tenemos”, señala.

“También debemos visibilizar las problemáticas del adulto mayor y la educación inicial. No tenemos cómo derivar a un beneficiario del PADAM a un establecimiento de larga estadía, porque no hay ninguno en la región. También, por la demanda que existe, necesitamos más jardines infantiles y aumentar la cobertura”.

Carlos Ramírez lidera la filial de Hogar de Cristo en Tarapacá hace 4 años, desde el periodo de la pandemia.

Para aquello, es necesario activar las redes con las instituciones. “Algo que hacemos permanentemente es integrar a la sociedad civil y dar a conocer el trabajo con las personas que atendemos. Tenemos una estrategia barrial con los vecinos y la población donde estamos insertos, es un desafío incrementarla y mostrarla a más gente”, concluye.

¡Hogar de Cristo lleva 80 años construyendo un Chile sin pobreza!

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