A 80 años de su inicio: Hogar de Cristo frente a las nuevas catástrofes

La obra más emblemática de Alberto Hurtado cumple 8 décadas este octubre. En Ñuble, Hogar de Cristo partió en 1960 con la creación de hogares para niños vulnerados en Chillán. Hoy, ante las nuevas formas de pobreza, ha diversificado su acción, ampliándola incluso a campañas de emergencia como "Juntos por Chile", que han sido vitales para las cientos de víctimas de los megaincendios en nuestra región.

Por Matías Concha P.

23 Septiembre 2024 a las 18:13

“Fue en 1985 cuando me uní al Hogar de Cristo como secretaria administrativa”, recuerda Veronica Maldonado. “En aquel tiempo, nuestro equipo era pequeño: una asistente social, el jefe administrativo, dos recaudadoras y yo, bajo la guía del Concejo liderado por José Patricio Huepe García, quien hoy día es concejal de la municipalidad”.

En las décadas de los 60 y 70, Hogar de Cristo abrió diversos centros de acogida para niños y niñas en Chillán, como el Hogar Familiar N°3, más tarde conocido como Hogar Ana Cruchaga, en honor a la madre de Alberto Hurtado, y el Hogar Familiar Nº1, que fue renombrado como Hogar Rosa Brunet, antes de trasladarse, en 1997, a Chillán Viejo. Ahí fue rebautizado como Hogar Pukuñil.

Casa de acogida para niños en situación de calle

Los años 90

Fueron una era de expansión y creación de nuevas instalaciones, incluyendo un Hogar y Comedor Estudiantil para jóvenes de comunas rurales que estudiaban en la ciudad, y una Casa de Acogida para niños en situación de calle. “Era un tiempo de crecimiento y adaptación a las nuevas necesidades de la comunidad, muy centrado en los niños. Muchos venían de familias con problemas graves, algunos habían estado en la calle, otros sufrían violencia”, recuerda Verónica

Hogar de niñas Ana Cruchaga

El cambio de siglo trajo consigo una nueva visión administrativa y la diversificación de programas, centrando esfuerzos en el campamento El Saque y en programas para adultos mayores y personas en situación de calle, reflejando un enfoque más integral y menos asistencialista.

Hoy, el Hogar de Cristo en Ñuble no solo ha cambiado de ubicación múltiples veces, buscando siempre ser más accesible, sino que ha transformado su enfoque para escuchar y trabajar desde la promoción de los derechos humanos de las personas.

Hogar de niños Álvaro Lavín

“Ñuble ha cambiado. Nuestra región necesita programas insertos en los territorios, que trabajen con las comunidades, que los escuchen para, juntos, resolver los problemas”, señala Verónica. “Por eso, estamos trabajando con nuestros adultos mayores en sus propios domicilios, para retardar su institucionalización en hogares de ancianos. Así promovemos su autonomía y su vínculo con la familia”.

-¿En qué está el Hogar de Cristo?

–Desde 2005, cuando nos trasladamos a calle 18 de septiembre, la causa del Hogar de Cristo ha cambiado mucho, con cerca de 7 mil socios en nuestra región. Otro gran hito, por ejemplo, fue en mayo de 2019, cuando abrimos las puertas de la nueva Hospedería en Independencia Nº 1039. Y ni hablar de las campañas solidarias, ahí el Hogar de Cristo es protagonista, hace pocos años juntamos mil millones para los damnificados de los incendios.

Además de su compromiso histórico con personas en situación de calle, adultos mayores y niños vulnerados en sus derechos, Hogar de Cristo ha recalibrado su enfoque ante los recientes desastres humanitarios. Desde hace más de cincuenta años, la organización de Alberto Hurtado también está jugando un rol activo en la respuesta a emergencias naturales exacerbadas por el cambio climático.

AYUDA HUMANITARIA

La capacidad de respuesta de la fundación se encuentra arraigada en su esencia. Aunque aún no se creaba, ocurrió el devastador terremoto de Chillan, la noche del 24 de enero de 1939. Alberto Hurtado, quien lo vivió en Santiago, se movilizó como pudo hasta “la ciudad de cataclismo”.

“Los escombros fueron tan mortales como las enfermedades que proliferaron a causa de la escasez de agua, alimentos, insumos médicos y servicios higiénicos. Junto con las altas temperaturas aumentaron los casos de tifus, cólera, pediculosis, epidemias que habían logrado ser controladas por la medicina de la época”, leemos en una crónica del siglo pasado.

Hospedería actual de Hogar de Cristo

Esa realidad impulsó a Alberto Hurtado a movilizarse. Lo hizo “el 26 de enero, en el automóvil del Colegio San Ignacio con un jesuita y un médico, trasladando provisiones y medicinas para prestar auxilio. Posteriormente organizó un equipo de jóvenes para socorrer a los damnificados”, escribió Alejandro Magnet, uno de sus biógrafos.

En Chillán, se dedicó a atender a los heridos, usando la radio para movilizar apoyo y brindando consuelo a los sobrevivientes. Esta intervención temprana marcó el inicio del compromiso del Hogar de Cristo con las emergencias nacionales.

Hogar de Cristo desarrolló campañas humanitarias en respuesta al terremoto de 1960 en Valdivia, también estuvo presente en el terremoto de 1965, en La Ligua, y en el terremoto y tsunami de 2010. Desde 2014, la entidad intervino en el gran incendio de Valparaíso, en los aluviones e inundaciones de 2015 en el norte del país, en los incendios de 2017 en Santa Olga, y en 2023, lanzó la campaña “Juntos por Chile” para los afectados por incendios en Ñuble, Biobío y La Araucanía.

JUNTOS POR CHILE

En 2023, “Juntos por Chile” logró reunir cerca de mil millones de pesos. Estos fondos se destinaron a la habilitación interior de mil viviendas de emergencia con camas, mesas, sillas, ropa de cama, utensilios de cocina, e incluso refrigeradores para las familias damnificadas por los incendios en Ñuble, Biobío y La Araucanía.

Una de esas familias afectadas fue la de Ana Luisa Cabrera, originaria de Colombia. Durante la tarde del incendio el viernes 3 de febrero de 2023, Ana Luisa y su esposo Fernando, junto con sus hijos Javier y Diego de 11 y 15 años, enfrentaron momentos de angustia inimaginable en su parcela ubicada en Camino Pedregal, sector de Los Molinos. Ana Luisa recuerda con angustia: “Casi pierdo a mis hijos y a mi esposo”.

-¿Cómo están ahora?

-La ayuda llegó y, gracias a Dios, nos ayudó a fortalecernos. Gracias al Hogar de Cristo, pudimos levantarnos de nuevo, fue maravilloso en todos los sentidos, tanto material como espiritual. Recibir la cama, el refrigerador y otros enseres fue fundamental. Ahora, gracias al SERVIU, se está reconstruyendo nuestra casa. Aunque seguimos viviendo en la misma mediagua, la reconstrucción comenzó hace aproximadamente dos meses. Como teníamos toda nuestra documentación en regla, aceptaron nuestra solicitud y ahora están reconstruyendo nuestro hogar.

VALOR INDISPENSABLE

Próximos a cumplir 80 años en octubre de 2024, el aniversario encuentra a la fundación más comprometida que nunca con la transparencia de su labor transformadora de la vida de las personas más vulnerables del país. Es así como en medio de un clima de desconfianza generalizada, agudizado por el llamado escándalo de los convenios, Hogar de Cristo extendió, semanas atrás, una invitación a su Cuenta Pública 2023.

“Hoy, más que nunca, la transparencia se ha convertido en un valor indispensable en las organizaciones”, explica el jefe de operación social territorial de Hogar de Cristo en Ñuble, Hector Higuera. “En estos tiempos marcados por una desconfianza justificada ante los casos de corrupción y falta de probidad en diversos ámbitos”.

-¿Afectó al Hogar de Cristo el escándalo de los convenios?

-Creo que nos afectó y nos sigue afectando a todos como país. ¿En qué van las investigaciones del Caso Convenios a un año del escándalo? ¿Pagará alguien? ¿O el caso seguirá dificultando la tarea de las organizaciones que llevamos décadas trabajando por los más necesitados, dando pruebas concretas de experticia, eficiencia y transparencia?

La realidad es que, sin la intervención del Hogar de Cristo, la situación en Ñuble sería más compleja. Sólo en 2023, la obra de Alberto Hurtado atendió diariamente a 769 personas en extrema pobreza en nuestra región. Así, al celebrar 80 años de incansable labor social, Hogar de Cristo, frente a los retos que impone el cambio climático y las nuevas formas de vulnerabilidad, reafirma su enfoque renovado en desastres humanitarios, demostrando que la adaptabilidad y la resiliencia son tan fundamentales hoy como lo fueron en 1939, cuando Alberto Hurtado recorría Chillán repartiendo provisiones, ayuda y consuelo a los más excluidos.