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El Hogar de Cristo cumple años:

Son 80 en Chile y 63 en Arica

Un 17 de octubre de 1961 la causa de Alberto Hurtado abrió una residencia para hombres en situación de calle en la capital del extremo norte. Arica se convirtió así en la cuarta filial de la fundación en regiones. Son 63 años de intensa acción social, que cobra más fuerza y realce en el marco de las 8 décadas de existencia del Hogar de Cristo construyendo juntos un Chile sin pobreza.

Por Ximena Torres Cautivo

15 Octubre 2024 a las 17:39

Héctor Concha (80) vive en la Casa Esmeralda y todos los días almuerza en la casa roja. Ubicada junto al Hospital Regional Juan Noé, en un punto neurálgico de Arica, en ella funciona el Centro de Encuentro del Adulto Mayor (CEAM) del Hogar de Cristo y las oficinas de la oenegé. “Si tuviera que pagar almuerzo, tendría que estar mendigando. De no ser por el Hogar de Cristo, me moriría de hambre”, dice Héctor. En la noche, en su pieza, se prepara “sopa para viejo, a la que le echo un huevito, según el hambre que tenga”.

El hoy peluquero jubilado llegó por primera vez a la ciudad, en 1966. Eso fue cinco años después de la instalación de la filial Arica, la cuarta que abría el Hogar de Cristo en regiones. La primera extensión fue a Antofagasta y a Los Ángeles, en 1957; al año siguiente, vino Talca. Y, en octubre de 1961, la obra del padre Hurtado se instaló con una Hospedería para Hombres en Situación de Calle en la puerta norte de Chile, en Arica. La decisión hoy intriga a Patricio Moyano, el trabajador social a cargo de la operación social del Hogar de Cristo en la región.

Participantes de la Hospedería para Hombres en Situación de Calle con que debutó el Hogar de Cristo en Arica.

-Arica era y sigue siendo una ciudad pequeña comparada con otras capitales regionales. Yo elucubro que el contexto fronterizo puede haber pesado en la decisión de instalarse aquí. Me imagino que para desde este extremo norte ir avanzando con programas sociales hacia el sur- nos comenta ad portas del cumpleaños número 80 del Hogar de Cristo, que se celebra este 19 de octubre. Y del número 63 de vida en Arica, que se cumple antes, este próximo jueves 17.

La celebración, cuenta Moyano, incluirá la pintura comunitaria de un mural en una pared altamente visible de la ciudad, ya que da a la concurrida avenida 18 de septiembre. Será todo un símbolo del quehacer de la Fundación que hoy incluye cuatro dispositivos sociales: el Centro de Encuentro del Adulto Mayor (CEAM) al que acude Héctor Concha; un Programa de Cuidados Domiciliarios Para Adultos Mayores (PADAM), que se implementa con fondos SENAMA; el Hogar Protegido San Pedro Claver, que funciona con recursos del Servicio de Salud de Arica; y el Jardín infantil y Sala Cuna Granito de Arena, financiado por la JUNJI.

UNA CIUDAD DE FACHADAS

“Arica es un buen lugar para envejecer. Tiene rico clima. No se necesitan ropas ni zapatos gruesos de invierno, los que son más caros. Las frutas y verduras son deliciosas y abundantes. No gastamos en calefacción. Esas son puras cosas buenas para nosotros, los viejos”, dice, risueño, Silverio Correa (76), que es amigo, vecino de pieza en la Casa Esmeralda y compañero de almuerzo y actividades varias en el CEAM del Hogar de Cristo de Héctor Concha.

Con personalidades absolutamente opuestas -uno es todo risa, mientras el otro refunfuña- representan la realidad de los adultos mayores en pobreza. Esos que destinan la mayor parte de sus ingresos a vivienda. En la Casa Esmeralda, que es una especie de cité especializado en la tercera edad, pagan sobre 100 mil pesos mensuales por una habitación de 2 por 2 metros con baño común.

Héctor y Silverio viven en la casa Esmeralda y sobreviven gracias al almuerzo del Centro de Encuentro del Adulto Mayor del Hogar de Cristo de Arica. Son amigos, aunque tienen caracteres opuestos.

Nos cuentan que el dueño del negocio cree que las personas grandes son más confiables como arrendatarios y que incluso quiso que fuera el Hogar de Cristo quien le pagara, cuestión que no corresponde, aunque el equipo está siempre atento a la relación de cada uno con el propietario de la casa. En el arriendo, se consume buena parte de la Pensión Garantizada Universal que recibe la mayoría. Los 114 mil pesos que quedan deben alcanzar para comer, vestirse, comprar remedios y darse algún gustito.

Por eso, el CEAM que asegura el almuerzo y prestaciones como talleres de autoestima, estimulación cognitiva, gimnasia, terapia kinésica, son invaluables. También cuentan con atención psicológica individual y actividades organizadas por voluntarios, como el aporte de una peluquera que una vez al mes les viene a cortar el pelo o a teñir a las y los más coquetos. El equipo organiza paseos, convivencias, celebraciones varias, lo que les permite estar integrados a las redes y menos solos, aunque cada uno es un mundo. Con sus particularidades y manías. Con sus idas y venidas.

El Centro de Encuentro congrega a 6, hombres, en su mayoría. Esto debido a que, como explica Leslie Rojas, la jefa del CEAM, con todo, las mujeres sobrellevan mejor la vejez, incluso en pobreza y vulnerabilidad. “Nosotros atendemos a más hombres, porque ellas cuentan con más redes. Son capaces de pedir ayuda. Siento que están más preparadas para las adversidades de la vida. Aquí uno aprende mucho de los mayores: el valor de la vida, de la familia; la empatía con el dolor ajeno. Uno se sensibiliza, pero a la vez se fortalece para asumir la propia vejez”, dice con tremenda sabiduría.

El programa de Cuidados Domiciliarios atiende a otras 25 personas mayores, que son parte de una población que en la Región de Arica y Parinacota representa un 11,8% del total de la población total, porcentaje levemente menor al promedio del país que es de un 12,5%. Dato que llama la atención dadas las ventajas del clima y otras ya mencionadas.

Patricio Moyano hace ver que incluso “la vida en general es más económica en Arica que en otras ciudades del norte, pero hay que considerar que la nuestra es una ciudad de fachadas. Por delante vemos obra gruesa, paredes sólidas, pero es frecuente que al entrar te encuentres con construcciones ligeras en pésimas condiciones. Eso se ve mucho”.

Un dato preocupante es que entre 2019 y 2022 las familias que viven en campamentos pasaron de 326 a 1.412. Al que se suma el déficit de viviendas que es casi el doble del promedio nacional.

UN HOGAR PROTEGIDO

Siguiendo con los datos de la CASEN, en la región hay mayor prevalencia de personas con distintos grados de dependencia funcional que en el promedio del país. Lo mismo pasa con quienes presentan discapacidad certificada. Estos casos representan un 3.4%, un punto más que el 2.4% nacional. Este número se ha repetido con variaciones menores en distintos estudios y encuestas, por eso es tan importante que el Hogar de Cristo mantenga vivo y activo el Hogar Protegido San Pedro Claver, que funciona con recursos del Servicio de Salud de Arica.

Patricio Moyano sabe que ser frontera, existir en el extremo, dificulta e incluso vuelve imposible cualquier tratamiento. Los psiquiatras son una especie muy escasa en la ciudad y las personas en situación de extrema pobreza y vulnerabilidad difícilmente pueden acceder a ellos. El Hospital Regional Doctor Juan Noé tiene una unidad psiquiátrica de corta estadía y cuenta con otra de cuidados intensivos psiquiátricos para niñas, niños y adolescentes desde hace un año. Es una escasa oferta para una alta demanda.

Patricio Moyano, trabajador social y jefe de la operación del Hogar de Cristo en Arica, señala que los adultos mayores en pobreza y abandono y las personas con discapacidad mental son el gran problema de vulnerabilidad que sufre la ciudad.

Por eso, el Hogar Protegido Pedro Claver tiene tanto valor. De no existir, es fácil imaginar el destino que tendrían las personas que lo habitan.

El almuerzo lo preparan ahí mismo “Esto es de lunes a viernes, porque los fines de semana ellos se las arreglan muy bien. Les gusta salir a comer afuera juntos”, explica Patricio Moyano, quien es una suerte de hermano mayor de los habitantes de la casa.

El jefe de operación social de este Hogar de Cristo regional con 63 años de historia está a cargo de un equipo de 37 profesionales y técnicos, donde la abrumadora mayoría -33- son mujeres. Todos se multiplican para prestar servicios de apoyo social a 264 participantes. Niños, adultos mayores, personas con discapacidad y sus cuidadores, son los beneficiados de manera directa, pero el número se multiplica por cuatro si se considera a un grupo familiar promedio.

“Juntos, construyendo un Chile sin pobreza” es el lema en este aniversario de los 80 años del nacimiento del

Hogar de Cristo en el país y 63 en Arica y Parinacota. Y el regalo de cumpleaños es uno solo: seguir juntos en este ejercicio común de solidaridad con los más pobres y vulnerables.

 

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