Escuela de Lota se luce con su mobiliario flexible
Inspirados en la nueva tendencia internacional, el colegio de fundación Súmate ubicado en la región del Biobío desde este año implementó un nuevo diseño de salas de clases que permite generar espacios de descanso o sillas con ruedas para los jóvenes más hiperactivos.
Por María Luisa Galán
20 Noviembre 2018 a las
10:46
En 100 años las salas de clases no han cambiado. Pupitres, sillas y pizarrón son el escenario típico que desde siempre espera inmutable cada mañana a miles de estudiantes. No sólo en Chile. Un modelo que poco a poco ha comenzado a cambiar, especialmente en Europa, donde ya se están implementando cambios en las aulas, orientados a incentivar un nuevo estilo de enseñanza y aprendizaje.
“Aula del futuro” se llama esta nueva tendencia y una de sus mayores expositoras a nivel mundial es la holandesa Rosan Bosch, licenciada en arte contemporáneo que viaja por el mundo impulsando estas modernas salas de clases y que estuvo hace unas semanas en Chile, gracias a DUOC, en el seminario Education Design Conference Santiago. En su exposición habló de cuánto afecta el entorno en cómo nos sentimos, actuamos y comunicamos, impactando tanto a adultos como a niños y señaló que “el 65% de los niños van a tener un trabajo que no existe hoy”. También presentó los seis principios de diseño de salas de clases, destacando que deben ser espacios que faciliten la comunicación y el aprendizaje.
Liliana Cortés, directora ejecutiva de fundación Súmate, fue parte del panel de expertos, que compartieron sus experiencias en la materia. Súmate, del Hogar de Cristo, cuenta con cinco escuelas de reingreso para jóvenes de alta vulnerabilidad social que alguna vez abandonaron sus estudios, pero que hoy decidieron retomar la escuela. Uno de los colegios se encuentra en la ciudad de Lota, región del Biobío, la que de a poco ha ido incorporando a sus salas la idea de “aula del futuro”.
En Lota, existen salas con mobiliario flexible para los cursos de enseñanza media. Cuentan con paneles divisorios que permiten generar diferentes espacios. Uno de ellos es el de oratoria, en el que existen graderías. Hay otro de descanso, con futón, alfombra y cojines. El mobiliario consiste en distintos tipos de mesas y sillas que facilitan los trabajos en grupos. “Las sillas están destinadas para los chicos que son más hiperactivos, donde se pueden estar moviendo y no necesitan salir de la sala. La mayoría de las sillas tienen ruedes, lo que permite que se movilicen y descarguen energía sin tener que salir”, cuenta desde Lota su directora, Mónica Chacón.
La implementación de estas salas comenzó este año, gracias fondos aportados por la fundación Huneeus. En las otras cuatro escuelas de Súmate, ubicadas en distintas comunas de Santiago, se está implementando por lo menos una sala con este tipo de muebles.
Liliana Cortes, en su intervención en el mencionado seminario, señaló: “Los jóvenes tienen claras cuáles son sus necesidades y nosotros hemos hecho esta co-construcción de los espacios con los ellos y con los profesores sentados en el mismo espacio. Cuando un profesor escucha con pasión y emoción a un joven cuando dice lo que necesita, uno se rinde ante este cambio de paradigma. Entonces yo favorecería en este tiempo, muchas escucha entre nosotros, profesores, estudiantes. Lo que más les importa a los jóvenes es lo que está pasando en su entorno más cercano; es decir, en la población en la que viven, en donde hay drogas y problemas que ellos quieren cambiar. La escuela tiene que ser transformadora, pero el sentido de la transformación debe impactar en su entorno cercano. Esa conexión es la que tenemos que ser capaces de construir y no negarla, porque hoy estamos negando la realidad de la que vienen. Les estamos pidiendo que sean desleales con su cultura, con su familia y con el aprendizaje que sí existe en ellas. Entonces creo que ahí hay algo que cambiar y aprender si queremos construir la sociedad del futuro”.