Boric, ¡bienvenido vecino!

La hospedería Álvaro Lavín del Hogar de Cristo y la casa del presidente están a la misma altura. La primera en calle Esperanza, la segunda en Huérfanos, entre Esperanza y Libertad. Sólo ocho cuadras los separan y las dos tienen un denominador común, estar en el histórico barrio Yungay. Para dar la bienvenida al nuevo vecino, participantes de la fundación y una organización de Acción Solidaria, le dedican unas palabras y aprovechan de varias peticiones.

Por María Luisa Galán

10 Marzo 2022 a las 14:46

José Rodríguez Colipi (33) desde hace dos meses vive en la Hospedería Álvaro Lavín. Tenía 12 años cuando optó por vivir en la calle, en la caleta Chuck Norris, ubicada en Plaza Italia. Hoy, su casa está ahí: en calle Esperanza, donde espera salir de la calle, las drogas y el alcohol. Y está feliz de que este viernes 11 de marzo el nuevo presidente de la República llegue a instalarse aquí cerca.

“Que Boric quiera venir a vivir a esta zona es bueno porque conozco cómo es aquí. Es bonito, pero las personas que llegan de otros lados, traen la droga, que opaca el lugar. Con las drogas, en la noche, la gente no anda tranquila. El consumo está matando a los muchachos. Estaría bueno entonces que pongan más seguridad. Yo, que no le tengo miedo a nada, en las noches inseguridad pasada cierta hora. Y a Carabineros se le ve poco. La llegada de Boric va a ser un cambio porque habrá más control y la gente se va a sentir más tranquila”.

-¿Algún vez imaginaste que ibas a tener a un Presidente de vecino?

-No, aunque cuando vivía en la calle me quedaba cerca de La Moneda; o sea, era casi lo mismo– dice, entre risas.

El 6 de junio de 1993 fue fundada oficialmente la Hospedería Padre Álvaro Lavín, aunque ya había comenzado a funcionar un mes antes. Su capacidad era de 120 personas y su foco, atender a hombres en situación de calle que pernoctaban en los alrededores de Estación Mapocho. Hoy, debido a la pandemia y a los nuevos criterios técnicos, su capacidad es de 60 personas.

Hace menos de un mes que Ariel también vive aquí. Tiene 31 años y esta es la tercera vez que lo hace. Y la razón es siempre la misma: se queda sin lugar donde vivir y en vez de estar en la calle, prefiere un lugar seguro. Y, al igual que José, está feliz de que llegue Gabriel Boric al barrio.

“Es bueno que el presidente se venga acá a Yungay, que interactúe y escuche a la gente. No sólo que esté en el gobierno, sentado en el palacio de La Moneda, sino que escuche al pueblo, para que no exploten las protestas, el estallido social. A él, yo le pediría dos cosas: que escuche al pueblo para tener un Chile más creyente, para que uno pueda vivir en paz y no haya tanta marcha y protesta que destruyen el país y después cuesta muchísimo reparar. Y lo segundo tiene que ver con la diversidad sexual, donde se está avanzado de a poco, pero queda muchísimo por hacer”, sostiene Ariel, quien pronto tendrá una nueva identidad: Anahí.

Trato Hecho Vecino, fundación que trabaja con Acción Solidaria, área del Hogar de Cristo, también está muy presente y activa en el barrio Yungay. Ellos se dedican a conectar a los acogidos de la Hospedería Álvaro Lavín con vecinos y la comunidad en general a través de trabajos de mantención de sus hogares. Sería bonito que el nuevo vecino los contratará para algún “pololito” en su nueva casa, a la que le están haciendo toda suerte de ajustes.

El flamante director ejecutivo de Trato Hecho Vecino, Raimundo Barros, comenta: “Me parece excelente que el presidente Boric viva acá. Le puede dar un motor de fuerza a la comunidad. Este es un barrio histórico, las casas tienen un valor patrimonial importante pero están un poco alicaídas, deterioradas. Además, tengo entendido que es una persona que tiene mucha convicción en el trabajo comunitario, que es algo que falta. Hay en el sector muchos factores de riesgo, como delincuencia, narcotráfico, temas que abordamos con los distintos actores de la zona, donde hay una tremenda fuerza local que utilizar. Son muchos los vecinos involucrados con ganas de participar. Esa fuerza al que rescatarla y él podría ser un gran líder”.

¡Bienvenido, presidente Boric, al barrio!