Algunos síntomas que alertan de que una persona está con un elevado nivel de azúcar en la sangre es un aumento de la sensación de sed, orinar más de lo habitual, cansancio y pérdida de peso, heridas que tardan mucho en sanar, comezón o frecuentes enfermedades por hongos, visión borrosa, náuseas o vómitos, y deseos de comer en grandes cantidades.
Hay varias razones que pueden estar afectando sus ganas de comer:
El Ministerio de Salud ha dispuesto varios beneficios, programas y prestaciones especiales para las personas mayores que tratan de promover su salud y la detección temprana de enfermedades.
El programa de Garantías Explícitas en Salud (GES) actualmente cubre 87 enfermedades. Este programa asegura el tratamiento de estas enfermedades sin copago.
Cualquier alteración que interfiera en forma aguda y significativa con las capacidades funcionales de una persona mayor –motoras y/o mentales–, debe ser evaluada urgentemente en un servicio de salud.
En distintos servicios de salud públicos y privados hay equipos de profesionales a cargo de cuidados paliativos que identifican aquellos pacientes que los requieren.
El dolor crónico puede ser causado por una gran variedad de causas y, por lo mismo, dependiendo de su origen, será el tratamiento que se implemente.
La mejor forma de enfrentar los problemas de visión y/o audición es identificarlos precozmente y corregir su causa.
Las enfermedades crónicas más frecuentes afectan especialmente al sistema cardiovascular (hipertensión arterial, insuficiencia cardiaca, cardiopatía coronaria); al aparato respiratorio (EPOC y otras), al sistema osteoarticular (artrosis); y a los órganos de los sentidos; además de las alteraciones neurocognitivas (demencias) y diabetes.
Hay muchos cambios asociados al envejecimiento que son normales o habituales (fisiológicos). Sin embargo, el signo de alarma más importante es el cambio en la condición funcional de un adulto mayor, especialmente si es muy abrupto.
La primera rutina de ejercicio indicada para personas mayores es transformar nuestras rutinas diarias en posibilidades de ejercicio. Es decir, reducir las horas sentado y reemplazarlas por actividades de pie, preferir realizar trayectos cortos a pie que en transporte motorizado y, en caso de tener auto, estacionarse más lejos de lo habitual
Mantenernos en movimiento es mantenernos con vida. Lograr desplazarnos fuera o dentro de nuestra casa nos permite seguir en contacto con otras personas, realizando las actividades que nos dan felicidad.
Más consejos de Ximena Abogabir: esta vez en relación al bienestar que otorga el ejercicio físico a las personas mayores. Ella propone elegir uno de estos 5 o practicarlos todos.
Responde María Isabel Robles, Directora Nacional Técnica de Apoyo, Cuidado y Desarrollo de Autonomía del Hogar de Cristo
Responde María Isabel Robles, Directora Nacional Técnica de Apoyo, Cuidado y Desarrollo de Autonomía del Hogar de Cristo
Lo primero frente a la caída de un adulto mayor es mantener la calma, ya que probablemente estará asustado y/o agitado, por lo que es muy importante estar lo más tranquilo posible para que podamos calmarlo.