Siempre es bueno tener una actitud receptiva y empática cuando se interactúa con personas mayores que presentan algún cuadro de desorientación y, por momentos, hablan de situaciones alejadas de la realidad, que resultan incoherentes para el que escucha.

Como el adulto mayor no logra comprender si sus ideas son incorrectas o resultan incoherentes, contradecirlo o hacerlo ver que está equivocado, solo le generará ansiedad. Y, naturalmente, no tendrá ningún efecto positivo.

Lo indicado es escuchar con atención y esperar a que nuevamente se conecte con la realidad.

Muchas veces, las aparentes incoherencias de un adulto mayor son consecuencia de que nadie le habla y lo considera. Que se siente invisible. En esta entrevista, la periodista Ximena Abogabir comenta qué se siente al no ser considerada ni escuchada, una sensación que se empieza a experimentar con el paso de los años.

En todo orden de relaciones es importante desarrollar una actitud empática con el otro. Pero con los adultos mayores es esencial; descalificarlos por decir incoherencias no ayuda. Hay que poner atención si estos episodios se repiten.  Y en caso de que sea así, pedir la ayuda de un especialista.

Burlarse, descalificar o empeñarse en que el adulto mayor recupere la lógica y la coherencia, será completamente estéril y, ciertamente, contraproducente.