Hay muchos cambios asociados al envejecimiento que son normales o habituales (fisiológicos). Sin embargo, el signo de alarma más importante es el cambio en la condición funcional de un adulto mayor, especialmente si es muy abrupto.
Es lo que llamamos desfuncionalización aguda. Una persona que disminuye en forma significativa y brusca su capacidad para realizar actividades de la vida diaria requiere una evaluación urgente. Esto no puede ser atribuido al envejecimiento normal, señala el gerontólogo Eduardo Valenzuela, médico del programa de Geriatría y Gerontología de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de Chile.