Las prótesis removibles deben ser retiradas de la boca para su higiene. Aunque suene lógico, muchas personas piensan que se puede hacer su limpieza con ellas puestas, señala la odontogeriatra Soraya León, directora del Magíster y Especialidad en Odontogeriatría de la Universidad de Talca.

Para limpiarlas, se recomienda usar un cepillo especial para prótesis porque permite un buen agarre. Y, además, tiene una superficie ancha para limpiar la parte más amplia de la prótesis y una superficie más pequeña que permite entrar a los espacios más pequeños y cavidades. Si no se puede usar un cepillo especial, también sirve una escobilla para uñas, pero es muy importante que sea de cerdas blandas (las duras rayan la parte acrílica de la prótesis).

Lo ideal es usar jabón líquido neutro porque no es abrasivo. No usar pasta de dientes, bicarbonato ni ceniza, la que se usaba antiguamente para blanquear dientes y prótesis.

Hay que limpiar la prótesis después de cada comida y, si no se puede, al menos dos veces al día: en la mañana y en la noche. Además de estos lavados, las prótesis deben tener una desinfección química. Soraya León recomienda las pastillas de peróxidos alcalinos que se usan una vez a la semana. Se cubre la prótesis con agua tibia y se echa la pastilla. El tiempo de acción depende cada fabricante, pero suele ser de unos tres minutos. Se pueden dejar toda la noche; lo importante es que hay que enjuagarlas bien.

Si no se puede acceder a estas pastillas, otra opción es usar cloro líquido al 5% que se diluye en 9 partes de agua por 1 de cloro (por ejemplo, 9 cucharadas de agua por 1 de cloro). Se deja reposar por tres minutos. Ojo, no se puede dejar toda la noche porque se aclaran las prótesis y las que tienen metal se corroen. Hacerlo una vez a la semana.

Una guía práctica de higiene bucal e higienización de prótesis removibles se puede encontrar aquí