Es de vital importancia que las personas que realizan labores de cuidado gocen de bienestar físico y emocional para poder cuidar de otros. Algunas recomendaciones para aliviar esta tarea son:
- Compartir las responsabilidades del cuidado con otros miembros de la familia o de la comunidad.
- Pedir ayuda y confiar en otros para delegar tareas del cuidado.
- Planificar las tareas cotidianas que conlleva el cuidado para dejar tiempo y espacio para el descanso y desarrollo personal.
- Poner límites claros en relación a los espacios y tiempos, evitando la manipulación o sobredemanda.
- Capacitarse sobre las labores de cuidado y la situación de salud de la persona cuidada, para actuar con más seguridad y reducir el estrés del cuidado.
- No sentir culpa por estar cansada(o) o por dejar tiempo para la entretención y el relajo.
- Hacer ejercicio físico y cuidar su salud asistiendo a sus controles médicos.