Lo que describes se asimila a la afasia, “un trastorno que afecta la manera en que te comunicas. Puede afectar el habla, además de la forma en que escribes y comprendes el lenguaje escrito y oral”, explica la página de la Clínica Mayo.
“La causa más frecuente de afasia es el daño cerebral que resulta de un accidente cerebrovascular. Es decir, el bloqueo o la ruptura de un vaso sanguíneo en el cerebro. La falta de suministro de sangre al cerebro produce la muerte de las células cerebrales o daño en las regiones que controlan el lenguaje. El daño cerebral producido por una lesión grave en la cabeza, un tumor, una infección o un proceso degenerativo también produce afasia. En estos casos, la afasia generalmente ocurre con otros tipos de problemas cognitivos, como problemas de memoria o confusión”.
La recomendación frente a situaciones como la de tu madre, es clara:
“Dado que la afasia suele ser un signo de un problema grave, como un accidente cerebrovascular, busca atención médica de emergencia si tú o un ser querido de repente presentan los siguientes síntomas:
- Dificultad para hablar.
- Problemas para comprender el habla.
- Dificultad para recordar palabras.
- Problemas para leer o escribir”.
Si quieres saber más, lee completo el capítulo Afasia de Mayo Clinic aquí: https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/aphasia/symptoms-causes/syc-20369518
Y si quieres saber cómo se trata a los adultos mayores que padecen afasia, te recomendamos la precioso e ilustrativa novela Las Gratitudes, de la escritora francesa Delphine De Vigan, publicada por Anagrama. La foto con que ilustramos esta respuesta corresponde a la portada de ese libro. Lee aquí su reseña.
La chilena Marcela Serrano en su novela Para que no me olvides también recurre a la afasia. Esta vez usando el trastorno como metáfora de la condición de la mujer y de su silencio milenario