La pérdida de dientes en adultos mayores, también conocida como edentulismo, suele estar relacionada con una mala salud oral que se manifiesta principalmente en la aparición de caries y enfermedades periodontales (de las encías).
Esto quiere decir que la pérdida de dientes no se debe al proceso de envejecimiento, sino a enfermedades bucales evitables.
Las caries se producen cuando las bacterias en la boca convierten los azúcares y los almidones de los alimentos en ácido. Este ácido ataca el esmalte dental y puede llevar a caries. Como los adultos mayores a menudo tienen encías retraídas, es más probable que las caries se desarrollen en la raíz del diente. La resequedad de la boca −otro problema que suele afectar a los mayores− también facilita la acumulación de bacterias y, por tanto, la aparición de caries.
Las encías retraídas, que es cuando el tejido de las encías se separa del diente, exponiendo la base o la raíz del diente, puede producirse por cepillarse los dientes con demasiada fuerza. Pero lo más común es que la causa sea una enfermedad periodontal.
Si una persona tiene las encías rojas o hinchadas, le sangran, tiene mal aliento, dientes flojos o sueltos, se debe contactar con el dentista para buscar tratamiento temprano.
En definitiva, la única y mejor manera de prevenir una pérdida de dientes es mantener una buena higiene bucodental, realizando cepillados después de cada comida (dos veces al día mínimo) con un cepillo dental de cerdas suaves y pasta dental con flúor. Esta limpieza puede ser complementada con cepillos interdentales o hilo dental y finalizar con un enjuague. Hay que evitar fumar y consumir alimentos y bebidas con azúcar.
Y por supuesto visitar al dentista una vez al año para control.
En el siguiente link puede encontrar más información sobre los cambios por el envejecimiento en dientes y encías.