Muchos adultos mayores declaran no querer ensañamientos terapéuticos ni tratamientos invasivos. Y piden morir tranquilos. ¿Qué se debe hacer para respetar esa decisión y no parecer negligentes o irresponsables? Esta es una pregunta que atormenta a muchos hijos, nietos y parientes de adultos mayores en etapa terminal.
La psicóloga de la Universidad Central y master en intervención del duelo, Magdalena Montes afirma que es súper válido decidir morir en casa. “En la universidad hemos hecho investigaciones y la gran mayoría de la gente dice que quiere morir tranquila en su propio espacio, su casa de siempre, y vemos que en general sucede lo contrario. Respetar esa opción no implica que uno no esté ahí para cuidar, para tratar de evitar el dolor, para estar presente. A veces se piensa que la ayuda médica o institucional es la única que puede recibir y la verdad es que una persona que decide morir en casa, tranquila, lo que necesita es un entorno que sea acogedor, que respete y no saque en cara esa decisión, aunque cueste entenderla. Esto muchas veces pasa por bajar más el nivel de ansiedad de la familia que la del mismo enfermo”.
También está permitido que la familia le diga a su padre, abuela, pariente, que les cuesta aceptar que no quiera un tratamiento porque les encantaría alargar su vida. Poder expresar esos sentimientos es súper válido. Pero respetar su decisión es el acto de amor más grande.
Lee aquí la reflexiones de la directora de Travesía 100 acerca de estas y otras materias.