Lo primero es entender por qué no quiere bañarse, preguntándole directamente.
Las causas más comunes para resistirse al baño las puedes encontrar AQUÍ
En caso de que se resista, no hay que forzarlo. Es mejor distraerlo y volver a intentarlo en un rato. También es recomendable analizar cuál es la hora más indicada para el baño y mantenerla en el tiempo, de manera que se haga un hábito.
No hay que preguntarle si quiere ducharse. Es mejor ofrecerle opciones: si quiere ducharse ahora o dentro de 15 minutos, o si prefiere usar la ducha o la tina. De esta manera, no se le da la opción a decir que no y se le incluye en la toma de decisiones.
Es muy importante conocer las habilidades y limitaciones del adulto: si mantiene el equilibrio, si ve con claridad, si extiende y estira los brazos, si se cansa fácilmente, si percibe en forma correcta la temperatura del agua, entre otras.
Asegurarse que el baño sea un lugar seguro, colocando manillas de ducha o barandas que le sirvan de punto de apoyo y un piso dentro de la bañera para que pueda sentarse si es necesario. Es relevante que pueda ingresar fácilmente a la ducha (ojalá no tina para que no tenga que levantar las piernas) y despejar el área lo más posible.
Hay que tener a mano todos los elementos necesarios antes de decirle a la persona que es hora de bañarse. Tener controlada la temperatura del agua y utilizar una toalla grande que la envuelva por completo para mantener su privacidad al momento de desvestirse y luego al salir de la ducha.
Una vez finalizado el baño, se recomienda sentarlo mientras se seca y hacerlo con pequeños toques en vez de frotar para no irritar su piel. Es momento de controlar que no le hayan aparecido lesiones y ponerle crema o una loción para mantener su piel suave.
Para que este momento sea placentero, se puede aromatizar el ambiente. Al terminar, elogiar lo bien que se ve después del baño e incluso ofrecerle una recompensa (algo rico para comer, hacer algo que le gusta), de manera que asocie el baño a experiencias agradables.
Si no se tiene éxito, hay que pedir ayuda. Compartir las tareas es muy importante para la salud mental de los cuidadores.