Lo primero frente a la caída de un adulto mayor es mantener la calma, ya que probablemente estará asustado y/o agitado, por lo que es muy importante estar lo más tranquilo posible para que podamos calmarlo.
Hay que hablarle de forma lenta y amable, sin culpar ni regañar. Hacerle saber que para levantarlo o acomodarlo, deberán trabajar en equipo, explicándole lo que se hará y/o lo que se necesita que él haga, señala María Isabel Robles, Directora Nacional Técnica de Apoyo, Cuidado y Desarrollo de Autonomía del Hogar de Cristo.
Luego hay que verificar visualmente si presenta alguna raspadura, inflamación o lesión en el cuerpo. Preguntarle si siente algún dolor y tener especial cuidado si hay que levantarlo. Si existe alguna lesión importante (como un hueso roto o torcedura muy fuerte), no hay que moverlo. Se debe llamar a los teléfonos de emergencia y esperar instrucciones.
Finalmente, es recomendable llamar al médico o trasladarlo a un centro de salud. Sin importar la gravedad de la caída, la mejor opción es que la persona sea evaluada por un especialista.