"Los adultos mayores pueden quedar aún más abandonados”
Por su clima, Arica es ideal para adultos mayores. Según la CASEN, el 18 por ciento de la población ariqueña son personas de sobre 60 años, el grupo de riesgo ante el COVID-19. Muchos viven solos, sin ningún tipo de apoyo, y preocupa que queden sin asistencia ni red de protección, sostiene el jefe de operación social territorial del Hogar de Cristo en Arica. Y ahora, más que nunca, ya que el número de contagios creció exponencialmente en tres días.
Por María Luisa Galán
3 Abril 2020 a las 10:18
Arica era hasta, hace unos días, una de las ciudades que reportaba menos casos de Covid-19, con menos de una decena. Pero en un fin de semana la cifra aumentó de manera considerable. Según informa el Ministerio de Salud al inicio de esta semana, 6 de abril, la ciudad nortina reporta 41 personas contagiadas y ningún fallecido. Patricio Moyano, jefe de operación social de Arica del Hogar de Cristo, cuenta que si bien se ve menos gente en las calles, aún hay personas que no respetan el metro de distanciamiento social que han solicitado hasta el cansancio las autoridades sanitarias, hay algunos que se pasean comiendo helado y niños en bicicleta. “El que no haya más casos depende de que nos pongamos en cuarentena ahora”, comenta al teléfono.
Como se ha visto en experiencias internacionales y ahora, en la propia ciudad, bajar la guardia es lo menos recomendable en estos momentos. Según la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen) 2017, Arica es una región en donde el 18,3% de la población corresponde a adultos mayores, 7,1% tiene algún tipo de discapacidad y la pobreza por ingresos se eleva al 8,4% entre ellos, y son estos grupos los que tienen el mayor riesgo de contraer el Covid-19. En la región, el Hogar de Cristo acoge a cerca de 230 personas en sus programas para adulto mayor, discapacidad, consumo problemático de alcohol y otras drogas y educación inicial, y con todos ellos se han tomado las máximas medidas de seguridad posibles.
“Tenemos una población vulnerable especial. Somos una región fronteriza y es de conocimiento público la migración que hemos tenido en los últimos años. De venezolanos, en particular. Pero además tenemos a varios peruanos que están varados y no han podido regresar a su país, y que han visto precarizada su condición porque no lo tenían planificado. Y eso significa que tenemos más gente de lo habitual deambulando por la ciudad. Arica no se caracteriza por tener gente en situación de calle, pero en estos años casi ha doblado la cantidad de personas en esa condición”, cuenta Patricio Moyano, trabajador social de profesión, sobre la realidad actual de la ciudad norteña.
-¿Cuál es la situación actual de los adultos mayores en la región?
-Por el clima, Arica es una ciudad atractiva para los adultos mayores. Pero hay muchos que viven en condición de vulnerabilidad. Hay aproximadamente 700 adultos mayores que viven solos, sin ninguna figura significativa. De la cantidad nacional, doblamos el número de personas que viven de allegados, en alguna pieza o casa muy precaria dentro de algún terreno, pero que no está asociada a algún cuidado de la persona dueña del lugar. Todo esto genera espacios de gente, que, dada esta contingencia, está quedando cada vez más sola y desprotegida.
-¿Cuál es la dificultad que están enfrentando hoy?
-Muchos de los dispositivos de calle se han estado cerrando o no están funcionando actualmente. Se está tratando de abrir otros, pero no dan abasto con la población que hay. En el Hogar de Cristo tenemos adultos mayores que están en calle y estamos tratando de asegurarles su alimentación y haciendo un seguimiento, pero quedan fuera de otras prestaciones. No tienen la posibilidad de hacer gestiones por internet, tienen que ir presencialmente a lugares aglomerados, poniéndose en riesgo. No sólo ellos, sino que a la población en general. Algunos tienen mascarillas, pero la han estado usando desde hace dos semanas.
-¿Tienen la cantidad de insumos suficientes para llevar a cabo el protocolo de seguridad?
-Estamos con el protocolo del Servicio de Salud y con los insumos mínimos para funcionar si se llega a dar alguna emergencia. Pero no tenemos holgura. Estimamos que tenemos materiales para dos semanas con lo básico, guantes, mascarillas, alcohol gel, cloro, jabón. Son productos certificados, pero no son las mascarillas N95, que son las necesarias de tener algún contagio. En los programas residenciales estamos implementando, si se da algún contagio, espacios de aislamiento y cuarentena.
-¿Cómo está el ánimo de los trabajadores?
-Valoro harto la disposición que han tenido los trabajadores, no hemos tenido bajas. Los programas están funcionando con jornadas mínimas y muchos voluntariamente quieren apoyar fuera de sus turnos.
-¿Qué llamado haces a la comunidad ariqueña?
-Hoy, cuando nos estamos encerrando cada vez más, no podemos olvidarnos de la gente que no puede resguardarse en ningún lugar. Tenemos que tomar conciencia que son personas que van a quedar aún más abandonadas, con menos posibilidades de tener una vida digna. Tenemos que ser creativos en cómo podemos acompañarlos, por lo menos a los que están más cerca nuestro. Hay personas que están dispuestas a hacer un almuerzo más y compartirlo con el que no tiene, con ese adulto mayor que está en la calle.
-¿Cuál será el rol del Centro Diurno para adultos mayores?
-Nuestro Centro Diurno estuvo abierto hasta la semana pasada, los estuvimos acompañando con trabajadores que estuvieron en turnos mínimos, hoy estamos con tele trabajo. Por eso, con anterioridad, nos concentramos en revincular a los adultos mayores con sus redes para que puedan tener contactos que los provean de alimentación y acompañamiento. Los comedores, por ejemplo, están con orden de cerrar a nivel regional. Además hay un temor instalado con las personas que no son de la familia, pero estamos motivando para que las redes se hagan cargo. Hay gente con mucha disposición, otros que tienen resistencia, por un miedo natural. En estos momentos todos somos sospechosos, más todavía los que lucen menos aseados o tienen problemas de consumo.