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Nancy Herrera:

“Me quise tomar todos los somníferos que tenía”

Vive en Ancud con la pensión básica y apenas le alcanza para comprar leña y pagar la luz. Sufre de depresión crónica y otras seis patologías que le hacen muy difícil la existencia. Clama por ayuda pero advierte: “No estoy mendigando, es mi derecho ya que fui 14 años dirigenta vecinal”.

Por María Teresa Villafrade

22 Marzo 2024 a las 17:52

Nancy Herrera Herrera (65) es de armas tomar. Literalmente. Entre sus relatos cuenta de la vez en que intentaron asaltarla en su casa y ella salió a repeler al delincuente pistola en mano. Por eso, verla ahora batallar por subsistir cada día parte el corazón. Y tampoco es metáfora.

Ella es parte del Programa de Atención Domiciliaria Adulto Mayor (PADAM) de Hogar de Cristo en Ancud. Por eso, la técnico social Fanny Torres la visita regularmente:

“Tratamos de que salga a las actividades que la invitamos, pero se le dificulta mucho caminar. Ella se disculpa siempre. No puede caminar sola pero tiene un vecino joven que se llama Javier y que la acompaña cuando necesita salir. Su dormitorio y su baño están en muy mal estado. Es un caso especial el de la Nancyta. Yo le tengo mucho cariño”, dice.

Nancy se quiebra: “Con lo que me aporta Hogar de Cristo me voy sosteniendo. Hay que ponerse en la situación de las personas que la apoyan a uno. Yo con Fanny converso mucho. Ella se da cuenta cuando estoy mal, dice que se me fueron los chivos pa´l monte. La Fanny me comprende”.

Nancy Herrera y la monitora del Padam de Ancud, Fanny Torres, han desarrollado una linda amistad.

Aniñada, aguerrida, graciosa, asegura padecer siete patologías y las enumera: artritis, artrosis, depresión crónica, diabetes, fibromialgia, pérdida de la visión del ojo izquierdo y dificultad para caminar.

-¿Tuviste marido o hijos?

-Mejor que no. A los 14 años cuando comencé a menstruar, me encontraron un mioma de dos kilos y medio, me operaron y me sacaron el útero y los ovarios. Mi intención nunca fue tener hijos, pero tampoco habría podido. Tuve un marido que me duró 5 años y 7 meses. En 2017 murió. Yo me casé con todos mis defectos y virtudes.

Oriunda de Panguipulli, cuenta que su familia emigró a Chiloé, pero que su madre nunca quiso vivir en la isla. “Esto nos va a llevar a la muerte, dijo mi mami. Si no soy yo, serán mis hijos. Dicho y hecho, mi vieja murió de leucemia en 2001 y mi papi el 2007. En 2017, cuando murió mi marido, quedé sola”, agrega.

14 AÑOS DE DIRIGENCIA VECINAL

Nancy fue dirigenta vecinal. “En mi barrio conseguía pensiones para los viejitos, lograba que pavimentaran el sector. Estuve 14 años en eso. Recibo la pensión básica de 185 mil pesos. Dígame usted, con eso tengo que comprar leña, pagar la luz. Antenoche me quería tomar todos los somníferos que tenía, porque no quería vivir más, tengo depresión”, confiesa.

“Soy una persona sola, con discapacidad. Quiero que me ayuden a arreglar mi dormitorio. El baño se está echando a perder, se vino para abajo. Lavadora, no tengo ni puedo tener”, agrega.

La casa en que vive Nancy Herrera tiene muchos problemas de habitabilidad.

A pesar de todo el dolor, asegura tener la convicción del amor de Cristo. “Soy firme en mis ideales y mis derechos, no quiero que, aun estando postrada, me pasen a llevar o me pisoteen. Eso no va conmigo. Soy honesta, sincera, humilde. Ojalá se concrete la ayuda, mi padrecito Hurtado está conmigo todos los días. A él le rezo”.

Dice que todo Ancud la conoce y que ella no está mendigando. “Conozco mis derechos, porque fui dirigenta y si no estuviera discapacitada, estaría trabajando y haciendo mil cosas como siempre hice por los demás”, dice, con cierto enojo.

Te invitamos a apoyarla, porque es hora de que la comunidad le devuelva la mano.

Nancy se ríe al recordar el episodio en que salió pistola en mano a defender su propiedad.

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