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Cambios en el jardín Peumayén

Más naturaleza y aprendizaje al aire libre

Ubicado en el sector de Rodelillo, en Valparaíso, en la población Juan Pablo II, el jardín infantil Peumayén acaba de ser seleccionado para implementar un programa de educación al aire libre muy innovador. Gracias a este fondo, 100 árboles serán plantados a su alrededor y, en lugar de pasto artificial y juguetes de plástico en el patio, habrá invernadero, huerto y lombricera.

Por María Teresa Villafrade

26 Octubre 2021 a las 16:02

Lo dijo Gabriela Mistral, nuestra Premio Nobel de Literatura: “Durante mis siete años de profesorado en Los Andes (1912-1918), hice siempre al aire libre, bajo un gran parrón del Liceo, mis clases de lectura, recitación, historia y geografía. Afronté en los comienzos las burlas, sanas algunas, de mis colegas y los chistes de las niñas, que hallaban divertida su nueva situación. La clase perdía en gravedad. Lo que para mí es ventaja. Perdía en irrealidad era más humana y real. Observé que las niñas que en clase solo reciben, en el huerto dan, preguntan, piensan, se interesan por la tierra toda”.

La gran poetisa chilena fue una educadora visionaria, una adelantada, porque desde hace poco más de una década que existen proyectos innovadores en la educación de la primera infancia que abogan por la enseñanza al aire libre y el contacto más cercano con la naturaleza. En Chile, el programa Naturalizar de la Fundación Ilumina es un ejemplo de este cambio de paradigma. Ya son 114 jardines infantiles y salas cuna en la Región Metropolitana y de Valparaíso que lo han implementado, impactando positivamente a cerca de 20 mil niños de entre 6 meses y 6 años de edad.

La educadora de párvulos, Fabiola Molina, monitora pedagógica del programa, explica que éste “nace como una necesidad en Chile de generar oportunidades para los niños y niñas porque en el diagnóstico que realizamos como Fundación Ilumina es que estamos muy bajos en cuanto a metros cuadrados por habitante y áreas verdes, especialmente en las comunas de sectores más vulnerables”.

-¿Por qué es importante educar al aire libre desde la primera infancia?

-La importancia que tiene esta metodología en el desarrollo de los niños es que impacta de manera muy significativa en el pensamiento crítico, el desarrollo de sus habilidades emocionales, el desarrollo motor visual y la motivación por aprender. Nosotros buscamos salir del paradigma de la educación tradicional que dice que dentro del aula es donde ocurre el aprendizaje siendo que fuera de ella hay una plataforma muy importante para los niños porque se sienten vinculados con su propia naturaleza.

CORREDORES ECOLÓGICOS

Este año, gracias a los aportes de la Fundación Mustakis, se seleccionaron 17 centros educativos que serán acompañados durante dos años en el proceso de implementación y capacitación de sus equipos en el programa Naturalizar. Uno de ellos es el jardín infantil Peumayén de Hogar de Cristo, ubicado en la población Juan Pablo II de Valparaíso.

Su directora, Evelyn Molina, junto a su equipo de 17 colaboradoras, postularon a este proyecto convencidas de que se trata de un cambio que solo traerá efectos positivos en los 104 niños y niñas que atienden en dos salas cunas, un nivel medio menor y un nivel medio mayor.

“Nos pasa que el 80 por ciento de los niños vive en departamentos muy pequeños, con muchas personas en su interior y para ellos el jardín infantil es el espacio donde incluso se vienen a recrear, donde pueden jugar, tocar, correr. Por eso nos pareció muy importante el proyecto. Nuestro jardín es muy limpio y nosotras como educadoras nos preocupamos de que ellos tengan un espacio limpio, bello, en todas las salas, hay plantas y ellos jamás han roto una, las cuidan. Ahora, con este programa nos van a plantar 100 árboles y vamos a crear cinco espacios educativos en los patios: invernadero, huerta, lombricera, acopio de hojas, pero también nos van a capacitar para aprender a cuidar estos espacios. Por eso, este proceso dura dos años. El 29 de octubre tendremos la primera capacitación”, señala contenta.

Evelyn Molina, directora del jardín infantil Peumayén.

Los patios de Peumayén son realmente muy bien cuidados y tienen alfombra de pasto artificial, juegos de madera y de plástico, por lo que la transformación, sin duda, será muy grande. Fabiola Molina explica que el objetivo es crear auténticos corredores ecológicos: “Ya tenemos 20 jardines infantiles funcionando así, a medida que crecen los árboles y plantas en el exterior comienzan a llegar especies como mariposas, picaflores, distintas aves que llegan a habitar los jardines y los niños empiezan a entender cómo se relacionan estos hechos”.

En los sectores más vulnerables, los espacios públicos y las plazas están cada vez menos disponibles por un tema de inseguridad. De ahí la importancia de que el jardín infantil se convierta en un refugio “natural”, amigable con el medio ambiente y acogedor. Para Evelyn Molina, los niños y niñas de los campamentos Esperanza y Felipe Camiroaga, de la población Juan Pablo II y del cerro Placeres serán los más felices con esta transformación ad portas.

“Educar al aire libre implica, por ejemplo, que los niños escuchen un cuento al aire libre, que se conecten y se muevan con el sonido de la naturaleza. Nosotros estamos rodeados de edificios entonces esos 100 árboles no solo van a cambiar el paisaje sino también van a ayudarles a vincularse con el medio ambiente. Siempre hemos creído que si desde la primera infancia inculcamos el amor y el valor del cuidado de la naturaleza, vamos a tener adultos con más conciencia, especialmente ahora que vemos el problema del cambio climático encima. Eso nos motiva mucho. Creemos que las familias también van a valorar lo que haremos, este cambio de mirada y un aprendizaje que les quedará para la vida. Tenemos que aprender a cuidar el mundo que habitamos”, señala la directora finalmente.

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