Los talleres de arte logran reencantar a los niños con la escuela
Gracias a sus creativos talleres artísticos realizados en la Casa Joven del Programa Súmate a tu Oportunidad del Hogar de Cristo, la fotógrafa trabajó durante el verano con chicos vulnerables y desencantados con el sistema educativo para reconquistarlos e impulsarlos a volver.
Por María Teresa Villafrade
22 Marzo 2019 a las
11:00
“No podemos esperar que no le pase nada a un chico de 15 años que llegó hasta tercero básico y que ha acumulado frustración tras frustración. En mi experiencia, la mejor manera de reencantarlo con la educación es a través de talleres extra programáticos de arte o de música”, dice convencida la profesora de arte y fotógrafa Carla Mc-Kay.
Desarrollar la tolerancia a la frustración, el trabajo en equipo y las habilidades blandas, aprender a hablar en público, a tomar decisiones y a tener capacidad de análisis, todas esas aptitudes lograron desarrollar los niños y jóvenes de la fundación Súmate que participaron en sus talleres artísticos durante el verano. Carla hizo uso de toda su creatividad para motivarlos y entusiasmarlos con recuperar su trayectoria educativa.
Durante enero y febrero realizó tres talleres para la Casa Joven del Programa Súmate a tu Barrio. En uno trabajó con niños de 10 a 13 años que aprendieron con ella a realizar diferentes piezas con forma de animales usando materiales de dentista. En otro, elaboraron un “cuaderno artístico” tipo diario de vida a través de imágenes, dibujos, escritos, en los que los jóvenes relataron su historia; y el último fue un taller de género con mujeres, de entre 14 y 17 años, para analizar casos de empoderamiento femenino.
“Como profesora me parece gravísimo el alto porcentaje de niños, adolescentes y jóvenes que están quedando al margen del sistema escolar. Por eso cuando me invitaron a hacer estos talleres dije que sí altiro. Mi primer taller lo llamé Juguemos con materiales de dentista, una técnica maravillosa que aprendí a través de la joyería. Yo hago y colecciono prendedores, entonces me puse a estudiar la fórmula más simple posible de hacer moldes de objetos antiguos, así llegué a los materiales que usan los dentistas. Son orgánicos, por lo tanto, no hay problemas de alergias ni toxicidad, es un buen material para hacer copias con detalles mínimos. Después me di cuenta que esto mismo era aplicable a la enseñanza, a los niños”, explica.
De ese primer taller de moldes en el que los alumnos se dedicaron a elaborar figuras de animales recuerda en especial a Kevin, un niño de 11 años que no estaba nada motivado, y esto se debió sencillamente a que él no había entendido las reglas y se había saltado una fase. “Se frustró y no quería trabajar más, entonces lo senté a mi lado y repetí todo el proceso delante de él, lo aprendió y después se hizo adicto, estaba fascinado, tanto que al finalizar se llevó una bolsa completa con sus creaciones. Nunca faltó al taller y acabó convertido en mi ayudante”.
CUADERNO DEL ARTISTA
La segunda experiencia la llamó “Cuaderno de artista” y consistió en que los participantes debieron armar sus propios cuadernos con corchetes y anilladores para posteriormente plasmar allí su historia de vida con música, dibujos, recortes, láminas. “Fue un taller de dos días, llevé acuarelas, lápices de colores, témpera, de todo. Yo quería hacer el quebrantahuesos de Nicanor Parra. Fue muy entretenido. Les llamo cuadernos artísticos pero son casi como un diario de vida en donde cada uno va plasmando su historia y sus gustos musicales o de cualquier tipo. Recuerdo a una chica de 13 años, Keissy, quien nunca quiso hacer el suyo porque encontraba fome el taller, me boicoteó todo lo que pudo, pero cuando los vio terminados se arrepintió mucho! Me pidió el cuaderno que yo había hecho y le dije que se lo iba a regalar cuando ella entrara al colegio en marzo. Me contaron que entró a estudiar”.
Carla Mc-Kay asegura que se requiere paciencia y cariño para ser profesor. Ella ni siquiera dio por sentado que todos los alumnos sabían leer y escribir. “Jamás los expuse a una situación que para ellos puede ser humillante como es decir en voz alta que no entienden o que no saben leer bien. El arte en las escuelas va en retirada, pero es allí donde muchos niños y jóvenes pueden ser atraídos a un aprendizaje más lúdico y entretenido. Los talleres extra programáticos son mucho más potentes para encantar a los alumnos con la educación e introducirlos en otras materias”.
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