“La única forma que tienes de avanzar y surgir es estudiar”
Voluntarios del Programa Socioeducativo Zona Norte de fundación Súmate organizaron un webinar donde dos ex participantes de la institución contaron su experiencia sobre cómo la entidad del Hogar de Cristo los ayudó a ser grandes profesionales.
Por María Luisa Galán
3 Diciembre 2020 a las 08:29
“Súmate cambia vidas, no es que pases y ya. Cuando uno entra a Súmate, nunca sale igual. Soy el más claro ejemplo de eso. Y si alguna persona siente o dice: ‘No sé qué hacer, no sé cómo seguir avanzando, no sé cómo pasar a la educación media, no sé cómo volver a estudiar; tengo las ganas pero no puedo´, Súmate es el mejor lugar para eso. Pero más allá de conseguir un título o estudiar para una prueba, es cómo uno avanza en lo personal”, contó Emmanuel Rojas (22), ingeniero en conectividad y redes y ex participante de fundación Súmate, en un webinar organizado por los voluntarios del Programa Socioeducativo Zona Norte de la institución del Hogar de Cristo.
Vive en Renca junto a sus padres, ambos adultos mayores y con diabetes. Precisamente, cuando a sus progenitores les diagnosticaron la mencionada enfermedad, que implicó visitas al hospital y exámenes, vivieron un período económico complejo. Él estaba en octavo básico, en ese tiempo con serias dificultades para la expresión oral y, a pesar de esto y su panorama familiar, nunca perdió las ganas de estudiar, especialmente algo relacionado con tecnología. Le encanta y sus padres decían: “Yo quiero que el niño siga estudiando, lo que él quiera”.
Acongojados por el difícil escenario, el destino llevó a sus padres a la sede del Hogar de Cristo en Renca, donde les entregaron una caja de mercadería y les contaron del programa “Mi Niño Apadrinado”. Gracias a este programa, que consistía que un padrino asumía el arancel de la colegiatura, Emmanuel pudo estudiar telecomunicaciones en el Liceo Politécnico Andes de Renca. Luego continuó en otros programas de Súmate, permitiéndole continuar sus estudios superiores.
“Fanor Velasco, la sede de Súmate en el centro, era como mi segunda casa. Me aconsejaban, animaban, y ahí se me iba todo la pena y la rabia”, contó Emmanuel sobre los talleres en los que participó. Hubo unos donde imitó a un perro para poder mejor su expresión oral, otros para sobrellevar su frustración y mejorar sus hábitos de estudio. “Sentir esa alegría de saber que todo el esfuerzo que se pone da frutos, es lo impagable. No tiene precio, tiene un valor. De chico, me decían, la única forma que tienes de avanzar, de surgir y salir de todo lo que te rodea, es estudiando. Aprende, revisa, reaprende, repite lo suficiente para poder surgir”, dijo en el webinar que está colgado en el siguiente enlace de Youtube.
Camila Rodríguez (28) también participó en Súmate. Llegó en el momento preciso, cuando su padre sufrió una negligencia médica y ella tuvo que comenzar a trabajar. Tenía 18 años y una vecina le dijo que era muy joven y que tenía que continuar con sus estudios. Le recomendó Súmate, porque ella había logrado obtener su título gracias a la fundación. Fue, la entrevistaron y aconsejaron, y así ingresó a estudiar Recursos Humanos en un instituto.
Trabajaba en las mañanas, luego se ponía las zapatillas de clavos y corría hasta su sede de estudios y luego a la casa. No tenía tiempo para ella. “Era bien agotador. Hubo momentos en que decía no quiero más. Ahí me ayudaron desde Súmate con una terapia psicológica, porque era demasiado el peso que estaba llevando, una mochila con muchas cosas: la casa, el trabajo. Fue difícil pero se logró”, contó Camila quien actualmente sigue trabajando y estudiando, esta vez una carrera universitaria. “Hoy la pandemia me ha favorecido, porque me exponía a llegar tarde donde vivo que es un poco peligroso. Temía que me asaltaran, me siguieran. Ahora cuento con tiempo para distraerme. Se agradece el tiempo que uno se está ahorrando en locomoción, agradezco tener un poco más de espacio para mí y poder descansar”, agregó en la charla virtual organizada por los voluntarios de Súmate con el objetivo dar a conocer el trabajo de la fundación.
“Uno siempre tiene que decir yo puedo, y eso pasa con Súmate. La clave es creerse el cuento. El único impedimento en la vida es uno mismo, no confiar en las capacidades que uno puede desarrollar. Todos tenemos capacidades que falta pulir, sólo falta echarle aceite a los engranajes y después avanzas solo”, relató Camila en el webinar sobre su experiencia de trabajar y estudiar.
El denominador común de ambos fue y es aprovechar las oportunidades. Hoy están felices de sus logros y que han podido retribuir el apoyo que han tenido. Ambos, además de ser participantes, también pudieron ser voluntarios. Camila fue a Lota a pintar una escuela y Emmanuel apoyó a un joven en sus estudios.
-¿Quién es hoy Emmanuel Rojas?
-Una persona que, a pesar de las dificultades, ha logrado e intentado una mejora continua y que siempre trata de verle el lado positivo a las cosas, aunque sea difícil, pero siempre se tiene una buena recompensa de aquello.
-¿Quién es hoy Camila Rodríguez?
-Una mujer empoderada, a la que le gusta harto ayudar. Sociable, trabajadora y siempre lo que se propone trata de cumplirlo, aunque le cueste.