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“Conversemos sin Fronteras”:

voluntariado desde el extranjero

Su objetivo principal es desarrollar acompañamiento para adultos mayores que viven en contextos de abandono, pobreza y exclusión social en zonas remotas de Chile. Los contactos se efectúan cada quince días, principalmente por teléfono, WhatsApp o por video llamadas desde Estados Unidos.

Por Matías Concha P. 

22 Diciembre 2021 a las 21:10

Soledad, abandono y encierro, eso sienten hoy miles de adultos mayores, los mismos que forman parte del grupo de mayor riesgo frente al coronavirus. Un aislamiento que se interrumpe con llamadas de Héctor Sagredo, representante de Hogar de Cristo en Estados Unidos y de su esposa María Antonieta. “Las llamadas han trascendido el contacto trivial y monótono. Se produce un contacto inmediato de cariño mutuo. Lo más bello, es que los adultos mayores esperan esta llamada y conocen la fecha de la próxima, la reciben con alegría”, revela. Luego explica: “La clave es escuchar mucho y hablar sólo lo suficiente para direccionar la conversación, que pasa por múltiples tópicos, poniendo todo el corazón y concentración en la otra persona. Lo demás viene solo”.

Un proyecto que desde el 22 de julio está generando una ventana de interconexión virtual y apoyo afectivo hacia personas mayores que pertenecen a los Programas de Atención Domiciliaria para Adulto Mayor (PADAM) del Hogar de Cristo. “Cuando nos llegó esta idea lo primero que pensamos fue implementarla en nuestros PADAM, que cumplen con la función de llegar a tiempo para detectar casos de extremo abandono y soledad en los adultos mayores. Por eso este voluntariado es tan importante, llega en un momento muy duro para brindar un nuevo apoyo, una nueva compañía a personas que están realmente solas”, asegura Valeska Troncoso, coordinador  territorial en la zona austral de Hogar de Cristo.

La idea de este acompañamiento nació de los voluntarios de Hogar de Cristo en Estados Unidos. Una importante agrupación en Florida, que convoca y vincula a toda la comunidad en otros Estados, a través de distintos eventos solidarios y difusión de la misión y programas sociales. Héctor Sagredo dice que el “proyecto de voluntariado se está realizando en coordinación con el equipo territorial de la zona austral del Hogar de Cristo, agrupando el trabajo en tres zonas: Tirúa, Carahue y Magallanes”.

Próximamente se sumará la zona norte, integrando al PADAM de Antofagasta, con dos adultos mayores en situación de pobreza que también necesitan de alguien con quién conversar. Para Rosalba del Carmen (85), participante del PADAM de Hogar de Cristo en Carahue, el contacto ha significado “un momento de mucha alegría, me encantó conversar con ustedes, me trajo mucha tranquilidad,  porque yo siempre paso sola, no tengo con quién hablar. ¿Cómo no voy estar agradecida de que me hayan llamado para saber de mí?”, dice muy emocionada, desde un apartado terreno en la región de la Araucanía.

En medio del invierno, del frío y los más de cinco meses de pandemia, hay una cifra que inquieta: 200 mil adultos mayores viven bajo la línea de la pobreza. Una realidad que empeora si consideramos que muchos de ellos  se encuentran aislados y apartados de hijos, nietos y cercanos. “Tuve la suerte de que me llamó un caballero que estuvo en Punta Arenas, conocía bien mis tierras, por eso tuvimos mucho tema de conversación, fue buena la conversa, porque me relajó, me sacó un poco de la rutina. Con decir que quedamos con que él me iba a llamar cada 15 días, ya falta poco”, asegura Mario (61) desde Magallanes.

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