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Daniela y Cristóbal:

La “pareja símbolo” de Acción Solidaria y su trabajo benéfico

Ella es boliviana y experta en derechos humanos; él, chileno y cientista social. En mayo de 2021, se casaron, luego de encontrarse en Acción Solidaria de Hogar de Cristo, que se enfoca en la superación de la pobreza y la exclusión social, mediante la creación de una red que ya cuenta con 153 organizaciones sociales, en ocho regiones. Acción Solidaria cumple 6 años y esta pareja es el mejor símbolo de un espacio que concilia trabajo comunitario, amistad… y amor.

Por María Teresa Villafrade

27 Septiembre 2021 a las 12:40

La abogada especializada en derechos humanos de nacionalidad boliviana, Daniela Jordán Azurduy (37), llegó a Chile hace nueve años de la mano de América Solidaria para trabajar con poblaciones migrantes e indígenas, además de personas en situación de calle. El 2017 comenzó un proyecto con Ciudadanía Inteligente, participando en la escuela de incidencia. Armó un grupo de trabajo con distintas organizaciones de la sociedad civil para trabajar en la prevención del maltrato en las escuelas. Formó un equipo y así supo de la existencia de Acción Solidaria.

“Yo necesitaba un lugar y ellos me lo dieron. Estuvimos todo un año haciendo capacitaciones para generar espacios de incidencia. Hicimos un programa muy bonito con la municipalidad de Calera de Tango y con Hogar de Cristo. Yo ese tiempo trabajaba con la fundación Panal, que ya no existe. Eran temas socioemocionales que afectaban a niños y niñas en sectores vulnerables”, cuenta.

Gracias a Acción Solidaria conoció otros proyectos sociales de distintas organizaciones. “Yo siempre que podía daba algún taller sobre derechos humanos. En 2019 gané un fondo Corfo pero coincidió con el 18 de octubre, el estallido social, lo que hizo complejo ejecutarlo, porque involucraba el trabajo con establecimientos educacionales. De manera voluntaria, comencé a atender casos de personas que eran detenidas en las manifestaciones. Conversando con las personas de Acción Solidaria, nos dimos cuenta del gran desconocimiento que existía sobre derechos humanos, por lo que junto a otras organizaciones postulamos a un fondo, pero no salió”, recuerda.

Acción Solidaria la puso en contacto con un grupo de cientistas políticos para conformar un taller conjunto en que se pudiera abordar ambos temas: derechos humanos y constitución. “Así conocí a Cristóbal Ortiz, mi esposo. Hicimos talleres juntos en La Pincoya, en el mismo espacio de Acción Solidaria, en Colunga y en otras organizaciones de la red”, relata.

Comenzaron a pololear y el 28 de mayo de 2021 se casaron. “Acción Solidaria no solo es un espacio de trabajo comunitario sino también de amistad”. Actualmente, ella no puede trabajar porque tiene varias enfermedades crónicas y debe cuidarse de contraer el COVID-19 pero es voluntaria de Letra Libre, una entidad que enseña a leer a niños de primero básico.

Su esposo, el cientista político chileno Cristóbal Ortiz, es profesor desde hace tres años en la escuela de Periodismo de la Universidad Alberto Hurtado. Él señala: “Ambos siempre hemos tenido ese sello social que nos motiva a participar y colaborar para construir un mejor país. Cuando me invitaron a Acción Solidaria a dictar este taller sobre el proceso constituyente, jamás pensé que esto me iba a dar más de lo que esperaba, una esposa”, dice, muy contento.

Destaca el mérito de la Universidad Alberto Hurtado de haber agregado en 2017 a su malla curricular en la formación de periodistas cursos de teoría política y de Estado y Sociedad Civil. “Para nosotros la labor que realiza Acción Solidaria tiene que ver con construir un país más justo y también que las personas estén mejor informadas sobre aspectos como los derechos humanos y los procesos constituyentes, eso fue lo que nos unió a Daniela y a mí”, concluye Cristóbal Ortiz.

SOLUCIONES COLECTIVAS

Luis Ossa, director de Acción Solidaria, es un convencido de que todos los encuentros, talleres y reuniones virtuales que han venido realizando estos seis años de vida, sin duda, han contribuido enormemente a reconstruir el tejido social y a que los líderes sociales se conviertan en agentes de cambio.

“La historia de Daniela y Cristóbal no solo es una historia de amor sino de trabajo por el bien común. Nos interesa mucho apoyar a personas como ellos, que impulsan procesos y grupos para superar la pobreza. En nuestra red hay comedores fraternos, cocinas comunitarias, fundaciones, corporaciones, emprendimientos innovadores como la fundación Expreso Chile, Trato Hecho Vecino, Prótesis 3D,  Abriendo Datos, Nos Buscamos, Motor de Búsqueda (MOBU), Barrabases y muchas más. Algunas han ido creciendo con nosotros en estos seis años, otras se han ido sumando”, aclara.

Acción Solidaria forma parte de Hogar de Cristo, y se dedica no solo a trabajar con personas en situación de pobreza sino también con otras organizaciones para colaborar y compartir, pero también “aprender de ellos”, dice Luis Ossa.

“Desde la pandemia nos convertimos en un espacio virtual y hemos fomentado mucho más las alternativas, como la aplicación Dorapp. Estamos a punto de lanzar la bolsa de voluntariado online y en estos seis años hemos vinculado a instituciones de educación superior,  estudiantes y profesores con organizaciones sociales. Por ejemplo, en Santiago trabajamos con la Universidad Central y la Universidad Silva Henríquez, con la Universidad de Chile y Universidad Católica, con Inacap. En regiones, con el centro de formación técnica de la Universidad de Valparaíso y con Universidad San Sebastián en el Biobío. Somos, en definitiva es un espacio de articulación y colaboración entre distintos líderes sociales y organizaciones”.

Respecto a otras cifras, cuenta que el año pasado trabajaron con 70 cocinas comunitarias, ahora son 30. “Tenemos a 153 organizaciones en 8 regiones y participamos en 5 grandes redes: la red Hambre Cero, Movidos x Chile, red Voluntarios Chile, Mesa Calle y la red Fortalece. En Dorapp hay 857 usuarios que han descargado la aplicación y se han registrado en ella, es una gran comunidad de líderes sociales”, señala.

Para lo que queda del 2021, esperan sacar adelante la bolsa de voluntariado y avanzar en más desafíos sociales vinculando al mundo académico con el territorio y la comunidad. “Si algo hemos aprendido en estos años de trabajo es que las soluciones no son individuales. No importa qué tan buena creas que es tu idea, porque lo realmente importante es cuántas personas se involucran y colaboran en ella. Juntos somos más fuertes”, afirma Luis Ossa.

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