Personas con discapacidad mental celebran en La Granja
Más de 60 personas con discapacidad participantes de programas del Hogar de Cristo y las Hermanas Hospitalarias celebraron el inicio de las Fiestas Patrias en el municipio de La Granja. El evento tuvo lugar en el Gimnasio Municipal, un espacio inclusivo que reunió a un vibrante grupo de familias en una jornada de alegría y celebración dieciochera.
Por Matías Concha P.
15 Septiembre 2023 a las 15:33
Con emoción, Miguel Acuña (74), padre de Natalia (50), participante del Centro Abierto para Personas Adultas con Discapacidad Mental de Hogar de Cristo, comparte: “Ver a mi hija ser parte de esta celebración es conmovedor. Esto nos sucede a todos los cuidadores o cuidadoras, que al ver a nuestros hijos o familiares siendo integrados y participando como uno más sin ser tratado diferente, llena nuestros corazones. Es una linda experiencia para ellos y también para nosotros”.
La esposa de Miguel lleva meses postrada debido a un grave problema en la rodilla. Desde entonces, él se ha hecho cargo de todas las necesidades de Natalia, desde llevarla al baño hasta hacer su cama y comprarle sus remedios. “No ha sido fácil. Hace poco me operaron de un cáncer y mi señora no ha estado bien. Por el contrario, ha estado bien enfermita, pero desde que Natalia llegó al Hogar de Cristo, todo ha ido mejorando. Antes de venir acá, ella tenía problemas motores y si tú la ves bailando ahora, hay un mundo de diferencia. Ahora camina bien y se ha desarrollado también en lo emocional, porque acá no solo encontró amigos, también se enamoró y está pololeando”.
El “cuidador” es la persona del entorno del enfermo que asume voluntariamente el papel de responsable y está dispuesto a tomar decisiones por y para el paciente, y a cubrir sus necesidades. En Chile, el 72% de las personas que cuidan gente postrada, discapacitada o dependiente, son mujeres. De estas, casi el 70% padece del «síndrome del cuidador», un estado de profundo desgaste a nivel físico, emocional y mental.
“Soy uno de los pocos hombres que participa”, explica Miguel. “Pero, en mi caso, ambos hemos estado muy involucrados, lidiando con las cosas del día a día, las tareas del hogar, el estrés y los desafíos que implica cuidar a un adulto que tiene sus particularidades, sus días difíciles o descompensados. No todo es fácil, pero afortunadamente, quizás porque los hemos criado con cariño, mis otros hijos también han asumido la responsabilidad de cuidar a Natalia y la ayudan siempre que pueden. Nosotros estamos envejeciendo”.
-Es el miedo de cualquier papá de un hijo con discapacidad problemas.
Javier Salazar (36), terapeuta educacional, es el encargado de esta actividad dieciochera, además de director de dos programas del Hogar de Cristo ligados al tema. Uno es el Centro Abierto de La Granja, que acoge a 30 hombres y mujeres adultos con discapacidad mental en situación de pobreza y vulnerabilidad. Y otro, el programa de apoyo familiar (PAFAM), que acompaña a familias o cuidadores principales que tienen a su cargo a uno o más integrantes con discapacidad mental.
-Esta celebración fue organizada con otras organizaciones, familias y el Municipio de La Granja, que se puso con el espacio y la comida. Observa el lugar, hay personas haciendo ejercicio, otras bailando, algunas cantando. Es un lugar donde todos conviven. Para mí, eso es lo apasionante de Hogar de Cristo, tanto a nivel profesional como personal, ya que crecí con la preocupación por el bienestar de una tía abuela a quien quise mucho. Esa experiencia me entregó desde muy joven la conciencia de querer contribuir al bienestar de otros a través de mi trabajo, seguro de que la inclusión es la clave de todo, sin paternalismo.
En la fonda también participaron miembros de la organización Las Hermanas Hospitalarias, que ofrece cuidado residencial a personas con discapacidades en tres programas ubicados en Santiago Centro, La Granja y San Ramón. Esta institución proporciona asistencia integral y multidisciplinaria. Isabel Castro (39), técnico social especializado en salud mental de la Residencia San Benito Menni de Las Hermanas Hospitalarias, en La Granja, comenta:
“Nosotros recibimos a personas con discapacidad mental en situación de pobreza, que han sido derivadas de hospitales o que viven excluidas, algunos en situación de calle y otros en sus casas, pero sin compañía o con familias sobrepasadas. Muchos llegan descompensados y en pésimas condiciones, por eso, nuestro objetivo no solo es estabilizarlos mientras permanecen con nosotros, también es ayudarlos en la reinserción laboral o en talleres contra el consumo problemático para que puedan optar a una vida independiente”.
-Para muchos es todo. Imagina que no hace tanto sufrimos la pandemia que nos mantuvo encerrados y sin espacios comunitarios. Eso afectó el doble a las personas con discapacidad, así que a los chiquillos les sirve para retomar la vida en comunidad. Eso también es parte de su tratamiento. Actividades como ir a la feria, salir a la plaza, andar en micro. Antes, los participantes estaban acostumbrados a espacios como esos, pero por la pandemia vivieron más encerrados y excluidos que nunca. Esa situación significó para ellos un deterioro cognitivo equivalente a diez años, mucho más de los dos que duró la pandemia.
Antes de concluir la celebración, nos topamos con la hija de Miguel, Sandra, de 50 años, y su pololo, Alejandro, de 62, que también participa del Centro Abierto para Personas Adultas con Discapacidad Mental de Hogar de Cristo. “Llevamos 2 meses pololeando y ha sido lindo. A veces discutimos, para qué le voy a mentir. Ella es porfiada pero, como toda pareja, nos reconciliamos y caminamos de la mano”, asegura Alejandro.
Sandra describe a Alejandro como alguien cariñoso, que la cuida y la acompaña en todo. Su padre, Miguel, también lo quiere. Ambos se encargan de recordarle a Sandra cuándo debe tomar sus pastillas.