En Estación Central 3 cajas de luz iluminan lo que viene
A fin de año, la estación San Alberto Hurtado de la línea 1 del Metro lucirá renovada y llena de arte, con un marcado sello social. Beatrice di Girolamo, la artista encargada de representar 3 pensamientos del jesuita fundador del Hogar de Cristo, invitará este sábado a los vecinos de la comuna a aportar con madera significativa de sus amores y dolores sus obras escultóricas.
Por Ximena Torres Cautivo.
8 Abril 2019 a las
16:49
Desde hace un par de semanas, cuatro cajas de luz en el hall de acceso a la Municipalidad de Estación Central cuentan una historia.
Es muy recomendable acercarse a mirarlas y enterarse de la buena nueva que contienen. El mensaje es que el Hogar de Cristo, el municipio, el Metro y varias empresas privadas, se unieron para cambiarle la cara a una de las estaciones de la línea 1 del tren subterráneo que estaba más alejada de la mano de Dios… en términos artísticos y estéticos.
A fines de este año, la estación San Alberto Hurtado, originalmente llamada Pila del Ganso, pero rebautizada para la canonización del jesuita que le cambió la impronta al barrio al levantar al sur de la Alameda y a la vera de General Velásquez, lo que algunos consideran su milagro cotidiano: el Hogar de Cristo, lucirá un cambio de look.
Cuatro monumentales esculturas de madera reciclada aportarán arte y contenido a los dos andenes y en la zona de las renovadas boleterías habrá una infografía permanente que las contextualizará, explicando el aporte del Hogar de Cristo al combate de la pobreza y la desigualdad. ¿Por qué están ahí? ¿Qué significan? ¿Cómo fueron hechas? ¿Quiénes participaron de su construcción?
A manera de adelanto, les contamos que las esculturas están inspiradas en 3 reflexiones sociales del padre Hurtado. Desde la conocida frase “La caridad empieza donde termina la justicia”, hasta el texto de su carta póstuma: “Este es mi último anhelo: que se haga una cruzada de amor y respeto al pobre, porque el pobre es Cristo. No descansen mientras haya un dolor que mitigar”, pasando por “Una nación, más que la tierra, es una misión que cumplir” y la que más conmueve a la autora de las esculturas, Beatrice di Girolamo: “La juventud es la edad del heroísmo. Si tú no vienes, una obra que tú, sólo tú, puedes realizar quedará sin hacerse”.
Beatrice Di Girolamo (49), hija de Vittorio y sobrina de Claudio, los artistas que llegaron a Chile desde Roma en los años 40; prima de Claudia, la actriz de teleseries; tía de Rafaella, la sexóloga, es una artista plástica que trabaja con madera reciclada. Ella misma cuenta por qué fue elegida para renovar y dotar de arte la estación San Alberto Hurtado:
“Metro Arte me escogió porque utilizo madera y hago obras de gran formato, que tienen una gran energía, son medio volcánicas. Lo mío es muy telúrico y abstracto. No voy a representar al padre Hurtado y a su obra social con un chuzo, una camioneta verde o con los niños abandonados bajo el puente en la década del 40. Mi mensaje va en la materialidad: habrá tablas, palos, restos de planchas de zinc, neumáticos, que son vestigios de tomas, de viviendas sociales, de incendios, de sedes comunales, de la vida de los vecinos de Estación Central, sector al que los indígenas conocían como Chuchunco. Restos de objetos significativos que representan dolor y felicidad, para que sean una especie de jardín de la memoria, un registro hecho con la comunidad, para que nadie diga y quién es esta niña Di Girolamo por qué hizo esto, de dónde salió, y todos sepan que lo hicimos juntos y ellos se reconozcan en las piezas”.
Este próximo sábado 13 de abril, por la mañana, la artista se reunirá con dirigentes vecinales, autoridades, acogidos de las obras del Hogar de Cristo, ciudadanos que habitan en esta activa y multicultural comuna, marcada por la presencia de migrantes, en especial haitianos, para pedirles su colaboración. Tanto en materia de inspiración, como de materia prima. La idea es que aporten con sus memorias, sus recuerdos y con tablas y palos que puedan ser usados en las esculturas. Al menos, un 10 por ciento de la madera será fruto de los aportes de los vecinos.
Como dice Beatrice: “Quiero que se fundan el dolor, el esfuerzo, el trabajo, la felicidad, en esas maderas. Que haya un resto de ventana que vio trabajar al padre Hurtado, un palo quemado de un incendio del cité donde vivían hacinados migrantes, una fonola de una mediaga, la vieja madera de un nogal que fue parte del bosque que da el nombre a la emblemática población Los Nogales… en fin. Eso quiero”.
Por ahora, el comienzo de la historia se puede entender en las 3 cajas del luz dispuestas en el hall del municipio. Si pasa por ahí, deténgase.
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