“Es bueno que Boric no sólo esté sentado en La Moneda”
Ariel, quien pronto se llamará Anahí, es uno de los nuevos vecinos del presidente Boric. Reside en la hospedería Álvaro Lavín, ubicada en barrio Yungay, y desde ahí, desde una de los centros para personas en situación de calle más emblemáticos del país, cuenta su historia y lo que pide al nuevo morador ilustre de este histórico sector de Santiago Poniente.
Por María Luisa Galán
10 Marzo 2022 a las
19:33
Hace pocas semanas que Ariel (31) reside en la hospedería Álvaro Lavín del Hogar de Cristo, ubicada en el barrio Yungay, a ocho cuadras de la nueva casa del presidente Boric. A fines de marzo, espera dar un gran paso en su proceso de transición sexual, cuando por fin reciba su carnet con los nombres que lo identifican: Anahí Antonella Agustina.
Recuerda que tenía cuatro años cuando se empezó a interesar por las muñecas; un hecho que hoy es visto como normal, pero que hace 30 años era censurado en una sociedad donde los juguetes estaban destinados y encasillados para hombres o para mujeres. Sin medias tintas.
“Mi hermanastra tenía muñecas y yo, inocente, un día le pregunté si podía jugar con ellas. Me dijo que sí, que ella era mi mamá y yo su hija. Después me llamó la atención la ropa. Decía: ‘y si me pongo esta ropa y me pinto’. Y ahí me empezaron a gustar las cosas de mujer. Después a los ocho años le di un beso a un chico. Me quedó dando vueltas, pero no pesqué. Luego, a los 15 años, tuve mi primera pareja. Mis padres no sabían. Él tenía 35 años y fue mi primera vez con un hombre adulto”, cuenta Ariel sobre cómo fue su infancia y adolescencia.
Por ahora prefiere que le digan así, Ariel. Por lo menos hasta que le entreguen su carnet y haga todos los cambios de identidad burocráticos en distintas instituciones, lo que ya vislumbra como una lata porque se ve dando explicaciones. “Lo que pasa es que la gente no se informa. Salen las leyes y no averiguan. Yo me informo de todo lo que pasa en Chile y el mundo, sobre todo por las redes sociales, que no son sólo para subir fotos, videos y carretes, sino para informarse, y la gente no hace eso”.
“Hay gente que es ignorante. Me dicen: ‘tú eres hombre’. Pero digo: ‘yo no uso nada de hombre, soy una mujer atrapada en un cuerpo de hombre’. Y me dicen, entonces: ‘eres homosexual, travesti, pedófilo, hay que tener cuidado contigo’. Existe mucho prejuicio, pero no es como antes. Cuando era chico me apuntaban con el dedo. Que maricón allí, que el mariposón, el cola, el caballo, ahora no. Como se aprobó la ley Zamudio, la persona que me agrede física o psicológicamente, lo paga con cárcel o con multa. Cuando alguien me quiere agredir, le digo: tú lo haces y te denuncio por la ley Zamudio. Y lo pueden pagar con 7, 15, 20 años de cárcel. Pero la gente es ignorante y no se informa. Cuando voy al baño en el mall, puedo ir al baño de hombres o de mujeres, pero siempre tengo problemas con las mujeres mayores o con los hombres. Pero porque no todos se informan. Me dicen que mi baño es el de allá y que van a llamar a los guardias. Llámelos les digo y ellos llegan, les digo mi caso y me hacen caso a mí”, dice con mucho orgullo.
Presidente Boric, escuche
Esta es la tercera vez que está en la hospedería y hace diez años que no tiene contacto con su familia. Sobre esto último, prefiere no explayarse. Ahora lleva menos de un mes y arribó luego de discutir con su arrendataria. Se fue a la calle, le dio COVID y fue derivado a una residencia sanitaria. Como no tenía dónde vivir después del alta, se comunicaron con la hospedería Álvaro Lavín. Desde su nuevo hogar, comenta sobre el nuevo vecino Boric.
“Es bueno que el presidente Boric se venga acá a Yungay, que interactúe y escuche a la gente. No sólo que esté en el gobierno, sentado en el palacio de La Moneda, sino que escuche al pueblo, para que no exploten las protestas, el estallido social. A él, yo le pediría dos cosas: que escuche al pueblo para tener un Chile más creyente, que haya espacio para que uno pueda vivir en paz, tranquilo, y no haya tanta marcha y protesta que destruyen el país y después cuesta una fortuna reparar. Y lo segundo tiene que ver con la diversidad sexual, donde se está avanzado de a poco, pero queda muchísimo por hacer”, sostiene Ariel sobre su nuevo ilustre vecino, Gabriel Boric.