En Hogar de Cristo celebramos los 10 años del Programa Terapéutico para Personas en Situación de Calle (PTA) con consumo problemático de alcohol y otras drogas, que comenzó en 2009 en la región del Bio-Bío y se extendió a la Región Metropolitana. Este es el testimonio extremo de uno de los participantes del programa.
Por Mauricio Bascuñán
14 Enero 2019 a las
16:05
“Este programa terapéutico es muy importante ya que representa lo que queremos hacer. Queremos transformar vidas, integrar a sus participantes a la sociedad efectivamente, más allá de un techo y comida”, señaló Juan Cristóbal Romero, director ejecutivo del Hogar de Cristo, en la ceremonia de celebración del aniversario. De lo que se trata es de acoger a personas con consumo problemático de alcohol y otras drogas, para facilitar su reinserción familiar, educacional, comunitaria y laboral, tanto en Concepción como en Santiago. Es decir, un ambicioso y complejo objetivo.
Romero destacó a los participantes y profesionales que han pasado por el programa, quienes han sido un aporte en su ampliación y mejoramiento. Frente a la decena de participantes que estaban presentes, dijo que “hay mucha gente que quiere lo mejor para ustedes”. Y que uno de los objetivos de este programa es escuchar a personas que han vivido momentos complejos en la vida y darles apoyo profesional y humano para que logren una reinserción social real.
Tras la presentación del grupo de música tropical “La Pinchanga”, subió al escenario Rodrigo Badilla (50), uno de los participantes, quien relató con emoción y honestidad sus largos años viviendo en la calle. Agradeció su paso por Hogar de Cristo, causa que lo ayudó en la recuperación del vínculo con un hermano del que llevaba mucho tiempo alejado. Aseguró que los profesionales del programa siempre le han brindado ayuda en épocas complejas o de recaída: “Hoy la gente me dice que me veo bien. He mejorado mi imagen y me siento contento, porque en el programa mi opinión vale. Soy más tolerante y, pese a que mi avance ha sido lento, sé que con el tiempo saldré adelante. Soy un sobreviviente”.
Para cerrar la ceremonia, contó su experiencia en el programa, Jonathan Bugueño (35) quien manifestó que siempre supo -desde muy joven- que si entraba en el consumo problemático de drogas tendría consecuencias que luego lamentaría. Y así fue: “Llegué a comer de la basura, a andar durante un mes con la misma ropa y no me interesaba nada porque creía que sería pasajero, pero no. En un momento, toqué fondo. Fue cuando adquirí un virus por tener las defensas bajas”. Confesó, frente a sus compañeros y profesionales, que desde hace más de 10 años tiene VIH, lo que se sumó a un accidente que sufrió en la calle, que lo tuvo en coma durante diez meses: “Aprendí nuevamente a comer y a caminar. Uno cree que accidentes así no van a pasar, pero pasan. La droga no te deja vivir. Hay que hacer lo que sea por dejarla”.
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