“Al retomar clases presenciales noté un gran retroceso en mis alumnos”
El director de la escuela rural Poñen, ubicada en la comuna de Florida, región del Biobío, dice que “va a costar mucho recuperar lo perdido, sobre todo con los más chicos, los que no tuvieron kínder y llegaron directo a primero básico“. Invitado al lanzamiento del primer Observatorio por las Trayectorias Educativas, cuenta su experiencia de casi 40 años como profesor rural.
Por María Teresa Villafrade
3 Agosto 2021 a las 11:42
La Escuela Poñen tiene 70 años de existencia y por sus aulas han pasado cientos de hijos de campesinos de la comuna de Florida, ubicada en la provincia de Concepción, Región del Biobío. Desde el año pasado, la escuela fue traspasada al Servicio Local Andalién Sur; Florida y Hualqui son las únicas comunas de la provincia que cuentan con escuelas rurales, las otras dos –Concepción y Chigüayante– no poseen ninguna.
Juan Carlos Durán Ortiz (60) es el profesor encargado desde hace 7 años de la escuela Poñen –que significa tierra de papas en mapudungun–. Tiene 12 alumnos que cursan de primero a sexto básico y ha sido así desde sus inicios, con la única diferencia que antiguamente llegó a tener hasta 60 alumnos.
“Hace 30 años trabajé en Poñen y volví por cosas de la vida, por lo tanto, he sido testigo de ambas realidades, la del pasado y la actual. Generaciones completas iniciaron su educación en esta escuela. Los niños, antes en su mayoría, llegaban sólo hasta sexto básico. Eran hijos de campesinos del sector, gente que trabajaba en la zona y su vida giraba en torno al campo, al carbón, porque vivían de la producción forestal. Entonces era muy difícil convencer a sus padres de que los niños siguieran estudiando porque los necesitaban para trabajar la tierra”, recuerda.
La realidad actual es distinta. Ha habido mucha migración de los jóvenes y la matrícula se ha reducido de manera evidente. Sin embargo, Juan Carlos Durán viene observando un fenómeno distinto desde hace una década aproximadamente y que implica el retorno de las familias a vivir en el campo.
“La gente está comprando parcelas para radicarse acá. Nosotros estamos a 35 minutos de Concepción, entonces ellos pueden viajar diariamente a la ciudad para trabajar. Hay familias que han llegado con sus hijos, muchos son profesionales jóvenes. Nosotros estamos recibiendo esos niños en nuestras escuelas, son hijos de parceleros, tienen un nivel cultural más alto, mayor acceso a la educación; es una realidad positiva porque son un aporte”, aclara.
Explica que en el Servicio Local Andalién Sur se agruparon 16 escuelas rurales en un microcentro, entre ellas la suya, ya que son establecimientos unidocentes donde hay una sola gran sala de clase y se enseña a todos por igual. “Hay escuelas que todavía están muy aisladas y están pasando por cosas que vivimos 40 años atrás. Son hijos de campesinos que subsisten con el carbón, con las pequeñas siembras”, dice.
-¿Qué es lo que más lo motiva a ser profesor rural?
-Primero que nada, mi trabajo es muy desafiante, antiguamente lo era más, porque no teníamos acceso a computadores, televisor ni tecnología. Para mí es muy agradable trabajar con niños en el campo porque nunca las clases son demasiado numerosas, la mayoría de nuestras escuelas cuentan con 10, 12 alumnos en total, 15 es lo máximo que tenemos en Florida. Nuestra matrícula es baja. El problema es que nosotros trabajamos en una sala con todos los niveles, lo que es una dificultad para poder abordar todos los niveles simultáneamente.
IMPACTANTE RETROCESO
La escuela Poñen fue la primera de la comuna en retomar clases presenciales apenas se pudo tras la pandemia. Los apoderados estuvieron todos de acuerdo. En este momento, por el aforo, no se puede tener más de 6 alumnos por clase, por lo que se han dividido para asistir en dos grupos, de lunes a viernes, todos los días: de 1 a 2 básico, y de 3 a 6 básico.
“El año pasado hice clases remotas, les entregué guías para trabajar en sus casas y los visitaba en sus hogares de tanto en tanto. También hice clases online a través de Zoom cuando la conectividad lo permitía. Ese es el gran problema en todos los sectores rurales: si hay lluvia o viento, la señal se cae y no tenemos acceso a internet. Ahora el Servicio Local nos acaba de dar un servicio satelital para que esto no vuelva a pasar, es un gran logro”, señala contento.
-¿Cómo fue la experiencia de enseñar de manera remota?
-Llegué a la conclusión de que aunque yo hubiese tenido siempre internet y hubiese estado conectado todos los días con clases online, definitivamente igual se habría producido la brecha que tenemos y que nos ha costado mucho repuntar. Hemos ido avanzando de a poco, pero lo perdido va a costar mucho recuperarlo sobre todo con los más chicos, los que no tuvieron kínder y llegaron directo a primero básico, afectó mucho y sigue afectando, es algo que me preocupa mucho.
Lo percibe, por ejemplo, en la lectura. “Se nota que están desganados, desmotivados, lo que antes manejaban lo han olvidado, cuando retomamos las clases presenciales me pude dar cuenta todo lo que habíamos retrocedido”, agrega, consternado.
Antes de salir de vacaciones de invierno, cuenta que todos los profesores hicieron la evaluación semestral “y todos hablamos el mismo idioma, a todos nos pasó lo mismo, los niños se atrasaron y discutimos sobre cómo abordar para poder repuntar y alcanzar el nivel de antes. Es complicado volver a motivar a los niños”.
En tiempos normales, antes de la pandemia, su escuela tenía muy buenos resultados en el Simce y recibió la excelencia académica por tener importantes logros en sucesivas evaluaciones. “Eso me deja muy satisfecho y espero que pronto volvamos a retomar esa senda”.
Lo concreto es que se suspendieron esas mediciones y hoy se están enseñando de manera priorizada ciertas materias. El Ministerio de Educación decretó para el 2020 y 2021 un currículum priorizado con las principales asignaturas, por lo tanto, los profesores están trabajando en base a ese currículum, distribuido en nivel 1 y nivel 2.
-¿Qué opina de la polémica entre el Colegio de Profesores y el Ministerio de Educación?
-Creo que el Colegio de Profesores está equivocado y debería ser más flexible en su postura, por ejemplo, en una escuela rural como la nuestra que tiene pocos alumnos, es más fácil hacer clases presenciales con nuestros niños. Es distinto en escuelas con gran cantidad de alumnos. Las realidades son distintas. Nosotros como escuela Poñen fuimos una de las primeras que dijo sí a las clases presenciales y alcanzamos a estar abiertos unas semanas el año pasado, fuimos de las pocas escuelas del Servicio Local que tuvo clases presenciales. Hay que considerar la situación sanitaria, los protocolos. Es cierto que hay municipios que no se preocupan por sus escuelas y están muy dejadas de la mano de Dios. En Florida, siempre ha habido preocupación de nuestra municipalidad, cualquier gotera o vidrio quebrado, vienen de inmediato a repararlo y a solucionar cualquier problema. El alcalde actual y los anteriores han demostrado preocupación por los establecimientos educacionales de la comuna. Por los profesores también, nunca hemos tenido problema de cotizaciones impagas o sueldos atrasados, nada.
El profesor Juan Carlos Durán fue uno de los invitados a exponer en el lanzamiento del primer Observatorio por las Trayectorias Educativas, ocasión en que pudo dar cuenta de las experiencias virtuosas que han permitido que ninguno de sus 12 alumnos abandone el sistema. El Observatorio creado por cinco instituciones tiene como objetivo atender los factores que llevan a la exclusión educativa y garantizar el derecho a la educación de todos los niños, niñas y jóvenes del país por igual, para que nadie se quede fuera del sistema escolar.
“Me parece una excelente idea y aunque no tenemos niños que se vayan de la escuela, sí nos interesa que al terminar sexto básico, continúen sus estudios. Yo noto un compromiso de todos los actores de esta comunidad escolar, me refiero a los apoderados, profesores, alumnos, administrativos. Eso es lo que ayuda a que los niños no se vayan del sistema. Acá en el Servicio Local hay muchos alumnos de los cuales no sabemos nada de ellos. Yo sé dónde está cada uno de mis alumnos, pero lamentablemente no es igual en otras escuelas”, concluye el profesor Juan Carlos Durán.
POR UN PAÍS MÁS DIGNO Y JUSTO