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Mario Orellana:

“Los dirigentes sociales han estado dos pasos adelante en esta pandemia”

Nació en el campamento Robinson Rojas, de Renca, hoy convertido en población. Autodidacta, creó el Diplomado de Dirigentes de Campamentos en la Universidad de Santiago y actualmente dirige su propia Escuela de Dirigentes Sociales y es gestor de proyectos en la unidad de innovación de la Municipalidad de Renca.

Por María Teresa Villafrade

15 Septiembre 2020 a las 09:30

Mario Orellana (46) fue invitado por TECHO-Chile a comentar los resultados del estudio “Pobreza y Pandemia: Diagnóstico y Propuestas para un Chile más Digno y Justo”, en el que trabajaron los equipos técnicos de esa fundación junto a INFOCAP, Fondo Esperanza, Servicio Jesuita al Migrante (SJM), Fundación Súmate, Fundación Emplea, Fundación Lican, Espacio Mandela, el Centro de Ética y Reflexión Social Fernando Vives de la Universidad Alberto Hurtado y Hogar de Cristo.

Con su experiencia como dirigente social y formador de nuevas generaciones a través de un diplomado que impartió durante 8 años en la Universidad de Santiago y de la Escuela de Dirigentes Sociales que ha dado en 15 municipalidades distintas, Mario señaló en el evento que “la pandemia ha sido muy desgarradora y nos ha dado poquito margen para realizar aprendizajes, vamos a tener que reforzar fuertemente lo que es caminar y masticar chicle, porque es una nueva era. La pandemia no nos va a dejar un mundo antiguo, sino que nos va a entregar un mundo nuevo, tal como lo hizo el estallido social”.

Para él la coordinación y la síntesis son fundamentales para esta etapa. “Todos quieren resolver los problemas desde su propia vereda. El mundo privado quiere actuar con la velocidad del mundo privado, descalificando al Estado por su inoperancia y ahí tenemos responsabilidades compartidas: el Estado es penca porque lo privatizaron. La ciudadanía, nosotros, tenemos que poner a disposición nuestra visión crítica, nuestras propuestas con honestidad. Hay que hacerlas en co-diseño, porque todas las voces son útiles. Ya tenemos muchos diagnósticos, infinitos, lo que hay que hacer es dejar de elaborar programitas y crear programas estatales integrales”, señala.

Mario Orellana opina que los dirigentes sociales en esta pandemia han estado dos pasos adelante y siempre ha sido así:  “Ellos y ellas son la primera línea en su comunidad, son los primeros que saben si hay un contagio y los primeros que entregan soporte inicial a los vecinos, después viene la Muni, después viene el ministerio y las otras instituciones. Son personas muy preparadas desde el cariño, desde el afecto, y también muy precavidos de cómo debe estar funcionando la comunidad. La primera organización que generó las cajas de alimentos fueron las juntas de vecinos, después llegó la empresa privada y el aporte desde el municipio, las cajas del gobierno. Los dirigentes sociales siempre están dos pasos adelante. Son los primeros que han hecho el trabajo con los niños, son muy adelantados en su tiempo y en su espacio, humanamente tienen un alto compromiso y nivel de responsabilidad”, dice, convencido.

Entre las características que todo dirigente social tiene, destaca: “Son gente atrevida, proactiva y muy empática. Puedes encontrarla en distintos espacios: clubes sociales y deportivos, colonias urbanas, grupos de etnias, transexuales, ciclistas, migrantes, campamentos, cités, comités administrativos y juntas de vecinos. Lamentablemente, nunca son escuchados en las esferas del poder”, agrega.

-¿Por qué razón?

-No les interesa, pero los dirigentes tampoco están esperando a que los escuchen, están trabajando en sus comunidades intensamente, han creado fomento lector durante la pandemia, talleres de teatro y de escritura, han entregado alimentación de emergencia.

Su proyecto “Escuela de Líderes Sociales” lo ofrece a empresas y municipios y desde marzo ha estado impartiendo online los cursos a 150 dirigentes sociales a través de TECHO-Chile.

-¿Qué es lo que más te motiva?

-Generar conocimiento, porque el conocimiento nos hace ser más conscientes. Respecto al futuro soy bien escéptico, la verdad, quiero ser positivo pero no puedo sacar los pies de la tierra. Estamos frente a un enemigo que es el poder en donde tenemos poner todas nuestras fuerzas creativas, nuestras visiones. Lo veo desafiante y con harta preocupación. Esto requiere trabajo, ya le hemos dado algunos pinchazos al modelo económico, tenemos gente más consciente, un plebiscito en camino, no hemos dejado de avanzar. La pandemia nos tuvo retraídos pero esperamos que ahora avancemos con más claridad y con menos violencia, esperamos que el Estado responda. Tenemos que actuar con más inteligencia y trabajo territorial, los desafíos son grandes y una constitución demora cuatro a cinco años en elaborarse, no nos puede comer la ansiedad”.

Ahora aspira a ser constituyente y a que muchos dirigentes sociales también participen. “Hay dirigentes sociales de todas las tendencias políticas y algunos se mal denominan ‘apolíticos´, pero es un tema cultural y hay que irlos formando pues la gente cree que la participación política ocurre exclusivamente a través de los partidos. Si bien validamos la existencia de los partidos porque son importantes en el proceso democrático también es importante que los dirigentes se consideren políticos y participen activamente en el análisis y en entender los movimientos políticos”.

LEE AQUÍ EL ESTUDIO POBREZA Y PANDEMIA

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