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Plaza Guarello y su conmovedor café solidario

30 Septiembre 2019 a las 16:36

En este tradicional rincón de San Bernardo pernoctan desde siempre personas en situación de calle. La novedad, sin embargo, es que hombres mayores que hoy viven en una residencia cercana del Hogar de Cristo, decidieron juntar sus escasas monedas para llevar café y conversa a los que hoy viven como lo hicieron ellos tiempo atrás. Solidaridad en estado puro.

Por Daniela Calderón P.

A una cuadra de la plaza Guarello, reconocida por sus árboles añosos y sus aires de pueblo, se encuentra la Casa de Acogida del Hogar de Cristo en San Bernardo, que cobija a 22 hombres sobre los 50 años de edad que vivieron en situación de calle y hoy necesitan de un espacio para vivir de manera transitoria.

Muchos de estos adultos mayores conocieron la crudeza de vivir en la calle y fueron visitantes asiduos de la plaza cercana. Uno de ellos es Manuel, que vive en la residencia del Hogar de Cristo desde hace 10 años y este seco pero extremadamente frío invierno tuvo una iniciativa solidaria, que ha conmovido a los vecinos y trabajadores de la casa donde vive.

Durante una fría tarde, mientras caminaba por la plaza, vio a los hombres que duermen en ella. Se sintió privilegiado de tener un techo, abrigo y comida, además de apoyo, y se le ocurrió que debía hacer algo. Así fue como organizó a sus compañeros de la casa de acogida .y tras recolectar algo de dinero, se instalaron en la plaza Guarello con un termo para entregar un café a quien lo necesitara.

La iniciativa, bautizada como Café Solidario, se instauró durante las frías mañanas de este invierno. Y cada viernes reúne a un grupo de 10 acogidos, que con sus propios recursos, compran café, té, pan y jamón para darles desayuno a las personas en situación de calle que pernoctan en el sector.

Jessica Aguilera, Jefa de la Casa de Acogida de San Bernardo, se declara orgullosa de la iniciativa liderada por este grupo de adultos mayores. “Me emociona que, pese a lo poco que tienen los chiquillos, hayan sido capaces de organizarse, de ser responsables y salir cada viernes a entregar un café a la plaza a los que no tienen nada. También existe una emoción muy grande en el equipo por todo lo que han logrado. El año pasado ya habían hecho cuatro rutas calle y de ellos mismos surgió la idea de que nos instaláramos en la plaza donde siempre hay más compañeros y amigos que están pasando por una situación difícil y que no tienen la misma ventaja de estar en un lugar protegido”.

Que exista solidaridad en quienes tienen lo mínimo, es una alentadora señal, parecida a los retoños primaverales, que ya se dejan ver los árboles de la Plaza Guarello.

 

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