Una de cada cinco mujeres en Chile se encuentra viviendo en pobreza multidimensional. Hay una brecha de género profunda en el acceso al trabajo y sigue recayendo sobre ellas gran parte de las responsabilidades familiares y el cuidado de los hijos. Pero a la hora de la solidaridad, son las mujeres las que más ponen el hombro.
Por María Teresa Villafrade
16 Febrero 2022 a las
07:00
Durante el 2020, año de la pandemia del coronavirus, 23 millones de mujeres cayeron en la más absoluta pobreza, según la Cepal, debido al desempleo y la desigualdad de género en el acceso a los servicios. En 2021, la pobreza extrema en la región subió a 86 millones de personas como consecuencia de la crisis social y sanitaria derivada de la pandemia del Covid 19, convirtiendo a América Latina y El Caribe como la región más vulnerable del mundo frente al coronavirus.
Según ONU Mujeres, por cada 100 hombres de 25 a 34 años de edad que viven en la pobreza extrema, hubo 118 mujeres en 2021, una brecha que se espera que aumente a 121 mujeres por cada 100 hombres de aquí a 2030.
No cabe duda que la pobreza tiene rostro de mujer. Esto porque ellas asumen la mayor parte de la responsabilidad de cuidados de la familia; ganan menos; ahorran menos y sus empleos son mucho menos seguros. El empleo femenino corre un 19% más de riesgo que el de los hombres.
En Chile, en los dos años más crudos de la pandemia (2020 y 2021) fueron mujeres las que en su mayoría sacaron adelante las ollas comunes a lo largo de todo el país para evitar que la gente padeciera de hambre literalmente. Luz Vidal, la futura subsecretaria de la Mujer, ex presidenta del sindicato de trabajadoras de casa particular, lo evidenció al ser elegida en el cargo por el presidente electo Gabriel Boric: “Espero poder representar a esas mujeres que han sacado garra, sacado fuerza, para poder levantar Chile en tantas circunstancias. Han estado mujeres levantando ollas comunes, que son dirigentes vecinales, organizaciones sindicales que se mueven por sus trabajadores”, dijo.
ALIMENTANDO A CHILE
Así pudimos comprobarlo en distintas ciudades del país. La campaña nacional Chile Comparte a través de Acción Solidaria del Hogar de Cristo, que durante 2020 sustentó a 59 cocinas comunitarias en todo Chile beneficiando a más de 5.000 personas, continuó durante 2021 beneficiando a familias vulnerables de campamentos.
Incluso todavía hay ollas comunes que subsisten para apoyar a los adultos mayores más pobres y cuya pensión no les alcanza para solventar todos sus gastos. Tal es el caso de la olla común Nogales Sur en la población Los Nogales, Estación Central.
También siguen funcionando el Comedor Solidario Puente Cancha, de Viña del Mar, liderado por Gladys Videla y a través del cual se entregan almuerzos a personas en situación de calle ubicadas en el estero; la olla móvil de La Ligua, a cargo de Ximena Valdebenito, presidenta de la agrupación solidaria San Alberto Hurtado, que entrega almuerzos a adultos mayores vulnerables de la localidad; el comedor abierto de Loncoche que también entrega raciones diarias de alimentos a personas mayores y muchos otros más.
La lista es larga, como lo son también las necesidades de muchos habitantes del país, pero principalmente de las mujeres. Según la encuesta CASEN 2017, un 20,1% de las mujeres en Chile se encuentra en pobreza multidimensional, es decir, 1 de cada 5 mujeres está en esta situación, más desfavorable respecto de las demás, añadiendo complejidades que no permiten mejorar su calidad de vida.
En la dimensión del acceso al trabajo, existe una brecha profunda de género debido a múltiples factores que dejan a las mujeres en posición de desigualdad. En Chile, ellas siguen siendo las principales responsables de las tareas domésticas y de cuidado. Se suma a lo anterior, que un 84,9% de los hogares monoparentales está a cargo de una mujer, las que, en su mayoría, no reciben ninguna contribución de los padres para la crianza y educación de los hijos e hijas comunes.
El rostro de la pobreza es mayoritariamente femenino, y quizás por lo mismo, la solidaridad también. En las ollas comunes principalmente, desde Cuchara de Palo, Las 4 Torres, Con todo si no pa´qué, y la Olla de Puente, todas de la región Metropolitana, fueron encabezadas por mujeres con garra. Y no cabe duda que el dolor de la pobreza se aminora con la mano solidaria.