Porque un ingreso mínimo esté garantizado en la Constitución
Agradecemos a los que firmaron por esta propuesta
Y beneficie a los más pobres de Chile, que son los que atiende el Hogar de Cristo y otras fundaciones de la sociedad civil organizada. Recién el 11 de enero subimos nuestra iniciativa popular de norma a la página de la Asamblea Constituyente. Logramos más de 3.500 firmas y el patrocinio de un grupo de 16 constitucionales a la iniciativa de “un mínimo vital” para los más vulnerables. Agradecemos a todos los que se han comprometido con este ideal.
Comunicaciones Hogar de Cristo
2 Febrero 2022 a las
20:25
¡Gracias! Aunque no logramos el objetivo de las 15 mil firmas, reconocemos y agradecemos a las 3.532 personas que se comprometieron por un Chile más justo y digno, ideal que se traducía en que la nueva constitución incorpore la garantía de un ingreso mínimo para la supervivencia de los más vulnerables y los deje por encima de la línea de la pobreza. Como dijo certeramente la periodista, escritora y miembro del directorio de nuestra fundación Carmen Gloria López: “Algo tan simple y al parecer tan difícil como que nadie muera de frío ni de hambre en Chile”.
La buena noticia es que 16 constituyentes se comprometieron con esta iniciativa haciéndole algunas modificaciones formales pero el objetivo es el mismo: que nadie viva por debajo de un ingreso mínimo. Los constitucionales que patrocinan esta causa, que es la de los más pobres de Chile, son absolutamente variopintos: Amaya Álvez, Jaime Bassa, Bárbara Sepúlveda, Christian Viera, Tiare Aguilera, Patricio Fernández, Bessy Gallardo, Daniel Bravo, Agustín Squella, Hugo Gutiérrez, Benito Baranda, Elisa Glustinianovich, Mariela Serey, Javier Fuchslocher, Claudio Gómez y Yarela Gómez.
La presentación formal lo expresa así: “Iniciativa convencional constituyente que establece el derecho fundamental al mínimo vital, por medio de un ingreso básico universal”. Y precisa lo siguiente: “La inclusión del Derecho a un Mínimo Vita” por medio de un Ingreso Básico Universal (IBU) es una de las maneras más efectivas de construir el anhelado Estado de bienestar, capaz de saldar la deuda de cohesión social que mantiene la sociedad chilena. Se parte de la base de que la igualdad es un principio moral que supone que, en principio, todas las personas son titulares de derechos básicos que no pueden depender de la suerte en la lotería social o natural. Es decir, del lugar dónde les tocó nacer o las diversas contingencias que les toca enfrentar en la vida. En esta línea, el IBU es un ingreso monetario modesto, de cuantía suficiente para satisfacer las necesidades elementales de la vida, que los poderes públicos confieren periódicamente de forma individual, universal e incondicional. Para lograr la perspectiva de género, el IBU debe ser percibido desde el inicio hasta el término de la vida, y en el caso de las personas menores de edad, el ingreso debería ser entregado, para su administración, a la persona cuidadora responsable. De este modo se estaría remunerando, indirectamente, el trabajo de cuidado”.
Suena maravilloso. Y sería la garantía de que Chile cuenta con un sistema robusto de protección social, no como lo que existe hoy que, pandemia mediante, dejó en evidencia su precariedad y se convirtió en una suma de parches e improvisaciones que a lo único que conducen es a que el remedio sea peor que la enfermedad.
Agradecemos nuevamente a los que firmaron, a los que se enteraron tarde y lo habrían hecho de haber sabido y a los constituyentes patrocinadores de esta iniciativa. También saludamos a la Comunidad de Organizaciones Solidarias, con quienes hicimos este trabajo en conjunto, agregando a nuestra iniciativa popular de norma una segunda: la que se llamó una constitución en comunidad y se refería a la necesidad de que se reconozca constitucionalmente y de forma explícita a la sociedad civil organizada como grupo intermedio entre la persona y el Estado. Eso incluye a todas las fundaciones como Hogar de Cristo, que trabajamos y apoyamos causas sociales o de otro tipo, garantizando el derecho a la organización de los ciudadanos. De ahí que el hashtag que nos incluyó a ambas solicitudes de norma fue +DignidadYCiudadanía.