Erika Flores, del colegio Padre Álvaro Lavín de la fundación del Hogar de Cristo, es uno de los docentes chilenos que están participando de este programa internacional. Está feliz con la oportunidad que tiene de perfeccionarse para ser una mejor agente de cambio para sus estudiantes.
Por María Luisa Galán
9 Enero 2021 a las
10:17
Septiembre del año pasado era la fecha planificada para que Erika Flores, profesora de inglés del colegio Padre Álvaro Lavín de fundación Súmate, del Hogar de Cristo, viajara a Estados Unidos a perfeccionarse en temas educacionales. En marzo del 2020 por gestiones de Hogar de Cristo USA con la organización Chile Massachusetts Alliance (ChileMass) postularon a la docente como candidata para adjudicarse una beca de ChileMass Teachers Program; pero la ya conocida pandemia aplazó y cambió todo y fue recién finalizando el año que Erika recibió la confirmación formal de la adjudicación de la beca.
Chile Mass nace de uno de los principales pilares de la política internacional chilena, la cual busca fomentar la innovación en tecnología, energía, educación y desarrollo de la economía, con el fin de insertar al país en la cuarta revolución industrial. Antes de la pandemia el programa estaba estructurado para dos meses completos de inmersión en Framingham State University (FSU), ubicada en Boston. Sin embargo, la actual crisis sanitaria implicó realizar ajustes al programa, el cual se realizará en dos fases. La primera en enero y febrero de este año con clases virtuales en vivo con FSU; la segunda con clases presenciales intensivas en la misma Framingham State University, con fechas estimadas para mayo o septiembre del 2021, dependiendo de la pandemia.
En total son siete los profesores que obtuvieron la beca ChileMass 2021 y son la segunda generación de docentes que participa en este programa que busca transferir conocimientos y herramientas educacionales en un mundo cada vez más globalizado. “Es una oportunidad magnífica, enriquecedora, porque me va a permitir actualizarme y tener un training de perfeccionamiento para poder atender con altura a los jóvenes. Además, me da la posibilidad de generar cambios, practicar el idioma y, lo más valioso, compartir con otros becados nuestra experiencia docente, fortalecernos, crecer e intercambiar las praxis educativas. Todo esto me permitirá estar mejor preparada para lo que somos: agentes de cambio en nuestras aulas”, dice Erika, viñamarina que está desde hace cuatro años en la escuela ubicada en Maipú.
Lleva recién una semana de clases virtuales y está entusiasmadísima. Dice que ha aprendido mucho, por ejemplo, sobre estrategias del habla, un área muy importante de abordar con los estudiantes que asisten a las escuelas de reingreso de Súmate. “Por lo general no hablan mucho, dicen frases muy cortas, entonces estoy aprendiendo a cómo los empoderamos para que se enfrenten en la vida”, cuenta Erika.
Y desde ya está preparando el proyecto final que contempla el curso. Sobre ello, comenta: “Estaba pensando en trabajar sobre cómo las emociones afectan el aprendizaje, relacionado con la motivación, que es lo que más necesitan los estudiantes”, dice acerca de la realidad que enfrentan los jóvenes con los que trabaja, que en algunos casos dista mucho de lo que ocurre en otras escuelas. Se trata de estudiantes que han estado fuera del sistema escolar por distintas razones y a quienes les es muy difícil retomar su trayectoria educativa ya que enfrentan muchos problemas.
Precisamente, Erika espera poder traspasar a sus colegas y estudiantes lo que aprenderá durante estos meses, pues el trabajo en equipo de los profesores es esencial para el desarrollo escolar de los jóvenes que asisten a las escuelas de reingreso.
-¿Qué es lo que buscas como profesora de inglés en tus estudiantes? ¿Es complejo el aprendizaje de inglés en jóvenes con rezago escolar?
-El trabajo es complejo porque son hartos años de desnivelación, algunos están recién en el proceso de lecto-escritura, entonces cómo llegas y les enseñas otro idioma en donde si en castellano le dices que el adjetivo va acá, en inglés va al otro lado. O llegan al colegio y es primera vez que van a estudiar inglés en su vida. Y vuelvo al tema de las emociones, algunos están con baja autoestima y les da vergüenza pronunciar palabras en otro idioma. El desafío es no frustrarlos, que tengan la motivación de aprender. Unos me dicen: ‘para qué, si no voy a ir a Estados Unidos’, entonces además es cambiarles el switch que no es porque van a ir a Estados Unidos, sino porque es un idioma que está en este mundo globalizado, que lo usan en las redes sociales, los juegos, la música. Es hacerles cambiar ese paradigma. Es contarles que el inglés abre puertas, oportunidades”.
¿Te interesa contribuir con las escuelas y programas de reingreso de Fundación Súmate? Entonces…