Recibimos la visita del gringo de “Aquí te las traigo Peter”
El famoso conductor del programa de TVN, Peter Murphy, quiso venir a conocer el Hogar de Cristo motivado por un interés social que data de su niñez cuando acompañaba a su padre en labores de voluntariado. Hoy, él quiere hacer lo mismo con Quentin, su hijo de dos años y medio. He aquí su primer acercamiento hacia esa meta.
Por María Teresa Villafrade
6 Junio 2019 a las
14:51
Pocos saben que Peter Murphy, el famoso gringo que aprende con mucha gracia y humor los oficios de los chilenos en el programa de TVN, “Aquí te las traigo Peter”, es sociólogo de profesión. Y también ignoran que su primer empleo en su país natal, Estados Unidos, consistió en acompañar a personas en situación de calle con VIH.
“Siendo papá y trabajando desde hace años en colegios vulnerables con los programas educacionales y salidas pedagógicas de La Bicicleta Verde, me siento responsable de aportar y contribuir con mi experiencia personal y profesional para los contextos en que mi hijo y los niños se están desarrollando. Hemos ayudado desde el nivel educativo, pero como papá también tengo un deber fuera del horario del colegio. Que nuestros esfuerzos sean pequeños, no son excusa para dejar de realizarlos. Yo quiero enseñarle a mi hijo Quentin lo mismo que mis padres me enseñaron desde pequeño y es a preocuparme por otros, a realizar labores de voluntariado en mis tiempos libres”, dice mientras recorre la casa de acogida Josse Van Der Rest que da techo, comida y cuidados a 90 adultos mayores en situación de alta vulnerabilidad.
Afable, llano y muy cordial, Peter saluda calurosamente a todos y posa para las selfies como una celebridad sin realmente serlo en su interior. Nos cuenta que desde que llegó a Chile hace 14 años, tiene dos emprendimientos enfocados principalmente en los turistas: La bicicleta verde y Tours 4 Tips, que entrega tours a cambio de propinas. Pero lo que le ha dado más notoriedad, ha sido el programa cultural de televisión que en julio comenzará una nueva temporada los días domingo y en el que un día es organillero, otro es volantinero, aprendiz de poll dance y suma y sigue.
“Soy muy feliz de conocer los pueblos más pequeños, sus costumbres. Me gusta mucho este país. Mi pareja es chilena y mi hijo es gringo-chileno, y paso con él todo el tiempo que puedo. Quiero hacer voluntariado con Quentin, en la medida en que ambos podamos, porque igual viajo unas seis o siete veces al año a Estados Unidos”, relata en perfecto español.
Uno de los acogidos, Cristián Martinic, que vivió en Nueva York casi toda su vida, aprovechó de intercambiar palabras en inglés con Peter Murphy, quien se sorprendió gratamente por su impecable acento. “Te felicito”, le dijo.
UNA VISITA QUE TOCA EL CORAZÓN
Justo el día de su visita, se encontraba funcionando el taller de Fundación Expreso que cada lunes y miércoles realiza un trabajo cooperativo con los acogidos del Hogar de Cristo, en el que labran maderas recicladas y hacen hermosas tablas que después salen a la venta.
Francisco Dittborn, encargado voluntario del taller, quien se desplaza en silla de ruedas y tiene dificultad para comunicarse, le escribió en su pizarra: “Necesitamos tu ayuda”, a lo que Peter se comprometió gustoso dar, prometiendo difundir en sus redes sociales la importante tarea que desempeñan al devolver dignidad a quienes lo han perdido todo.
Claudio Leiva, Jefe de la Casa de Acogida Josse Van Der Rest, le cuenta al visitante todas las otras actividades que otros voluntarios desempeñan y le invita a sumarse cuando pueda y cuando quiera. Porque las puertas del Hogar de Cristo están siempre abiertas para todos.
Finalmente le preguntamos a Peter Murphy qué le pareció la experiencia de conocer el Hogar de Cristo y responde: “Toca el corazón. Una mezcla de alegría que alguien lo esté haciendo, una pena que no estemos haciendo más, una vergüenza que yo no haya estado más presente aportando cuando pueda, cuando deba. Mi primer trabajo al salir de la universidad en Estados Unidos fue acoger a las personas con SIDA que vivían en la calle y ayudarles a tener mayor apoyo, acompañaarles para que pueden encontrar casas de acogida tal cual como el Hogar de Cristo. Ese trabajo fue uno de los mejores momentos de mi vida. Así que visitar estos recuerdos antiguos nuevamente, pero en Chile, me toca el corazón”.