Valentina Villalobos resultó ganadora del premio “Malala” en el concurso de la Pastoral Hogar de Cristo, Resurrección en 100 Palabras. La joven, que sueña con ser profesora, escribió este microcuento en homenaje a su abuela materna recién fallecida: una costurera luchadora que se vino del campo a la capital para sacar adelante a sus 5 hijos.
Por María Teresa Villafrade
22 Abril 2022 a las
20:34
En el colegio Tupahue de Puente Alto, donde Valentina Villalobos cursa tercero medio, motivaron a los alumnos a escribir micro cuentos para el concurso Santiago en 100 Palabras. Dado que su familia había sufrido recién la muerte de la abuela materna, la joven se inspiró en ella para escribir el texto que tituló “Más allá del sol”:
“La última vez que te vi me dijiste “nos vemos allá”, pensé que tu avejentada mente estaba desvariando pues no había contexto para decir aquello. Posiblemente no tendrías un “allá” donde llegar, ya que según el doctor tu última morada sería aquel hospital. No entendí lo que dijiste hasta cuando te vi en esa cajita de madera, rodeada de flores y escuché al pastor de la iglesia: “Más allá del sol, yo tengo un hogar”, cantó él. Espero, ese hospital no haya sido tu última morada, nos vemos allá, abuela”.
Valentina le mostró el escrito a su mamá, Janeth Flores, quien es TENS y trabaja en el Programa de Atención Domiciliaria Adulto Mayor (PADAM) del Hogar de Cristo en Puente Alto.
“Mi mamá se emocionó mucho porque se trataba de su madre que murió hace un mes y me contó del concurso Resurrección en 100 Palabras de la fundación. Me explicó de qué se trataba y me preguntó si quería enviarlo. Le dije que bueno, porque para ella el Hogar de Cristo es muy importante, lleva muchos años trabajando allí”, relata la estudiante.
Valentina Villalobos Flores.
Cuenta que en el colegio se inclina por los ramos humanistas y su electivo favorito es Literatura porque “me gusta mucho leer y escribir”. Reconoce que últimamente había dejado de lado la escritura y fue entonces que surgieron las iniciativas de los cuentos, por lo que retomó el hábito.
“Me gustaría ser profesora para motivar a la gente a escribir y a leer, porque veo que esto se ha perdido mucho con el avance de internet y los celulares”, agrega.
“NO PUEDO CREER QUE UNA HUASA DE CAMPO HAYA LOGRADO TANTO”
-¿Por qué escogiste la figura de tu abuela?
-Ella se llamaba Magdalena Nieto y tenía 79 años al momento de morir. Yo le decía simplemente abueli Maggi. Nunca vivió con nosotros, pero sus últimos meses de vida mi mamá la iba a ver mucho a su casa en La Pintana. Tengo muy presente las palabras de mi tío en su funeral que dijo: no puedo creer que una huasa de campo haya logrado tanto. Hizo que todos sus cinco hijos estudiaran y fueran profesionales. Para lograrlo, ella se vino de Rengo a Santiago y siempre trabajó duro como costurera”.
Valentina la destaca como un ejemplo de esfuerzo y de resiliencia. “Luchó hasta el último contra el cáncer, aguantó harto. Y a lo largo de su vida, gracias a su trabajo, sacó adelante sola a todos sus hijos. De mi abuelo solo sé que era un alcohólico, un borracho, la típica historia, ni siquiera alcancé a conocerlo”, agrega.
La estudiante también valora el trabajo de su mamá, la TENS Janeth Flores, en el PADAM de Puente Alto.
“Ella se encarga de la salud de los adultos mayores que son acompañados por el programa, que son muy pobres y están muy solos. Por su trabajo, el tema de los adultos mayores me toca mucho, siempre la escucho hablar del respeto que se les debe. Mi mamá también hace un trabajo admirable”, finaliza.
¿QUIÉN ES MALALA?
Es una joven activista nacida en Pakistán que, a la edad de 13 años, escribía un blog bajo el seudónimo Gul Makai, ligado a la cadena BBC. Allí contaba cómo era ser niña bajo el régimen del Tehrik, una organización terrorista asociada al movimiento talibán.
En los años 2003 a 2009, el régimen del talibán prohibió la educación a las niñas. Malala describía todo esto en su blog hasta que fue atacada mientras iba a la escuela en un bus.