“En el Hogar nadie tiene que ocultar su esencia”
Hace años lidera el Programa de Atención Domiciliaria para Adultos Mayores en Curepto, región del Maule. Valora los esfuerzos de la institución para abordar la diversidad y recuerda cuando quiso contarles a sus colegas que era homosexual. Aunque no había señales de un ambiente hostil, tenía dudas de la reacción. Tardó poco en darse cuenta de que el prejuicio era suyo.
Vicente Vásquez Feres
28 Junio 2024 a las 12:00
En 2017, tras dos años trabajando en el Hogar de Cristo, cuando Rodrigo Lazo (35) decidió contarle a sus compañeros de trabajo que su pareja no era una mujer, sino un hombre, se sacó un peso de encima. Ya no tenía que mentir ni callar. “Muchas veces, cuando conversábamos, me preguntaban: ‘¿Y tu polola?’ Era todos los días, tratando de inventar algo para evitar el tema. Cuando lo dije abiertamente, sentí esa liberación”, confiesa.
A Rodrigo no le interesaba gritar a los cuatro vientos a quién amaba, solo dejar de sentir la incomodidad ante una situación cotidiana. Tenía una gran razón para hacerlo: “Sentía que ocultaba parte de mi vida a las personas con las que comparto a diario, que son mi familia después de todo, no estaba siendo cien por ciento sincero”. Sin embargo, destaca que las dudas previas correspondían a su propio prejuicio. Nunca tuvo señales de un ambiente homofóbico o discriminatorio en el Programa de Atención Domiciliaria para Adultos Mayores (PADAM) de Curepto, donde es el líder.
–En ningún momento me trataron mal o me hostigaron, todo lo contrario. Cada vez que impulsamos espacios a las personas de la diversidad, cuando buscamos que puedan ser ellos mismos, es súper bien recibido por mis colegas. Todos estamos en esa visión, que nadie tenga que ocultar su esencia. Eso es maravilloso.
Hoy es el Jefe del PADAM en aquel rincón de la Región del Maule. Viaja 40 kilómetros cada mañana desde Hualañé, donde vive junto a su familia. “Sigo siendo el Rodrigo de siempre y no hay variaciones. Para mí fue bonito apreciar la mirada de mis colegas y del Hogar. No se trata de ‘quedar marcados’. Nada ha cambiado desde que lo conté, eso tengo que retratar: la Fundación está abierta a trabajar con personas y potenciarlas para que no tengan miedo”.
Rodrigo formó parte de las primeras reuniones de Espacio Inclusive, una iniciativa autoconvocada por trabajadores que surgió en 2019 para favorecer una cultura organizacional más diversa. En la misma época, Hogar de Cristo creó la comisión ESLAVG (Espacios Libres de Acoso y Violencia de Género). Estas dos instancias fueron un punto de partida para hacer diagnósticos, estrategias y protocolos. Del mismo modo, son ejemplos de una búsqueda constante de la institución de cambiar la mirada sobre la igualdad de género y la inclusión de la comunidad LGTBIQ+.
“Gracias a estos movimientos, se logró visibilizar la importancia de tener un espacio seguro para las personas de la comunidad y esto fue bien tomado por la comisión. Como el Hogar abre la posibilidad a entender y valorar a estas personas, se sienten más cómodas en sus lugares de trabajo”, explica Rodrigo.
Uno de los avances de Hogar de Cristo es la participación en Pride Connection Chile, una red de empresas que, según su sitio web, “busca promover espacios de trabajo inclusivos para la diversidad sexual y generar lazos para la atracción de talento LGBT a las distintas organizaciones que la componen”.
Cada año, Pride Connection hace una radiografía a los distintos compromisos que asumen las instituciones que forman parte de la red, divididas en varios aspectos que asignan puntaje. Los resultados del estudio en 2024 arrojan que Hogar de Cristo creció 15 puntos en relación a la medición anterior y es una empresa con calificación “C”. Esto implica que debe seguir creciendo en esta materia y, para hacerlo, se sugiere considerar las recomendaciones presentadas.
Dentro de las acciones positivas que toma en cuenta la “Radiografía Pride Connection y Equidad CL”, está que la institución cuenta con las siguientes instancias:
Lazo valora que “el Hogar siempre está actualizado en las nuevas formas de ver la vida y la sociedad. Que está impulsando instancias de innovación dentro de su accionar, ya sean los programas sociales como también preocupado de las distintas políticas que tienen que ver con el trato de los trabajadores”.
El Día Internacional del Orgullo LGBT se celebra el 28 de junio en conmemoración de los disturbios ocurridos en 1969. Una redada de la policía estadounidense en el pub Stonewall Inn de Nueva York encontró respuesta de la comunidad gay de Greenwich Village, una zona liberal de la costa este. La tensión creció y las manifestaciones duraron varios días, lo que sirvió como puntapié inicial para proporcionar espacios más seguros alrededor del mundo.
En Chile, fue clave la marcha homosexual del 22 de abril de 1973. Aquella tarde, en plena Plaza de Armas de Santiago, un grupo de jóvenes protestaron y demandaron que se terminara el acoso policial. También, que se entregaran ciertos derechos civiles, como el matrimonio.
Sin embargo, aquellas “efemérides” por sí mismas no bastan para cambiar paradigmas ni percepciones a largo plazo. Rodrigo lo sabe bien y lo refleja en la siguiente anécdota:
“Yo no tocaba el tema con mi adultos mayores (del Programa de Atención Domiciliaria), porque uno sabe que vienen de otra crianza, tienen otra forma de ver la vida, un poco más resguardada, más segura, según los conocimientos y culturales que tiene muy arraigados. Hace un tiempo nos ganamos un proyecto como Región del Maule para implementar una serie de talleres y charlas que hablaban de la equidad de género y la diversidad sexual, enfocados en las personas mayores”.
Cuando comenzaron, las personas mayores de mi programa se mostraron bastante receptivas. De hecho, decían: ‘Qué importante la temática, porque si yo tuviese una nieta, que me dijera que no le gustan los hombres y sí las mujeres, entonces yo voy a saber cómo actuar, brindarle mi apoyo en vez de discriminarla’”.
–Basta con que una persona haga un cambio para que los demás lo puedan visualizar –concluye.