“Hay mucho más adulto mayor en calle”
Aún no parte el invierno y ya se siente el acuciante frío al caer la noche en la capital. El grupo de riesgo más extremo frente a la pandemia pernocta al aire libre, pero no vive ajeno al coronavirus. Aquí, el relato de la monitora a cargo de un recorrido Ruta Protege Calle que Hogar de Cristo ejecuta para el Ministerio de Desarrollo Social, inquieta por el aumento de mayores en total indefensión.
Por María Teresa Villafrade
2 Junio 2020 a las 12:28
Bien protegido, con buzo, cubrecalzado, antiparras, guantes, mascarillas, pechera y escudo facial, el equipo conformado por una monitora social y una técnica en enfermería del Hogar de Cristo a cargo de la ruta Protege Calle Covid 19 sale valientemente cada día, de lunes a sábado, entre las 3 y las 8 de la tarde, a recorrer dos comunas de la capital para cuidar de las personas en situación de calle que se encuentran allí: Quinta Normal y Estación Central.
Premunidas con cajas de colaciones frías y kits que incluyen mascarillas, guantes y jabón, tienen la misión de entregarles estos vitales elementos. Hay otras 60 rutas calle de emergencia –adicionales al Plan de Invierno tradicional- que al igual que las que el Hogar de Cristo ejecuta, van de ruco en ruco, de plaza en plaza, en otras comunas de la ciudad, pesquisando y tomando la temperatura corporal a la población de mayor riesgo en esta pandemia para indagar casos de contagio.
Pero sabemos que no son suficientes. Según el Registro Calle (2017) del Ministerio de Desarrollo Social, hay 11.623 personas en situación de calle en el país, de las cuales el 85% de ellas son hombres. De acuerdo a los números del Hogar de Cristo hasta antes de la pandemia esa cifra supera las 15 mil personas, que son las que la fundación asistió en 2019. La edad promedio es de 46 años, pero hay casi 2.000 personas que son mayores de 60 años.
Margarita Jiménez, monitora social del Hogar de Cristo, lleva el registro diario de los puntos calle que son visitados por ella y la técnica en enfermería (Tens) que la acompaña. Van alternando cada día las comunas para alcanzar a cubrir todos los puntos. En esta ocasión, recorren primero el costado de Quinta Normal con Portales y luego salen a Matucana y entran al paseo peatonal de la Gruta de Lourdes.
“Son lugares que ya conocemos, pero siempre aparece gente nueva, porque las personas se van trasladando de un punto a otro. En las cercanías de la Gruta de Lourdes el más joven tiene 50. Lo que me he dado cuenta es que hay mucho más adulto mayor en calle, me ha sorprendido porque años anteriores en programas de invierno, no era tanta. Personas sobre 80 años, por ejemplo. Hay uno que cada vez que lo vamos a ver nos da un nombre distinto. Lo que hacemos es un levantamiento de estos casos y los informamos al ministerio”, explica.
Siguen hasta Radal con San Pablo, otro lugar neurálgico donde se reúnen muchas personas en situación de calle. Avanzan hacia Martínez de Rosas y Samuel Izquierdo, y recorren las plazas Lo Boza y Garín, donde también abundan los más vulnerables y expuestos. Luego, en la Municipalidad de Quinta Normal atienden a un adulto mayor de 83 años que Margarita conoce desde hace tres. No quiere fotos ni que se sepa su nombre.
El último punto es Mendoza con Carrascal donde se reúnen muchos rucos. Justo en ese momento Margarita recibe un llamado de emergencia de la Central de Coordinación que le pide acuda hasta la calle Comandante Chacón, ya que hubo un aviso de que allí estaba una persona en situación de calle desprovista de abrigo y alimento. “No encontramos a nadie, desgraciadamente”, se lamenta.
“Nuestra labor consiste en tomarles a todos la temperatura y consultarles si están con algún síntoma, para informarlo a la Central de Coordinación del Ministerio de Desarrollo Social o a Salud Responde para que ellos determinen qué va a ocurrir con los casos que nosotros detectemos como sospechoso de Covid-19. Hasta ahora no hemos visto ninguno. Nuestra tarea exclusiva es entregar la información”, señala la monitoria social.
Eso a la autoridad, porque a las personas en calle lo que sí les recomiendan a todos es que, en caso de sentirse mal, vayan en primera instancia a un consultorio de atención primaria, nunca a un hospital. “Eso, porque no sabemos en qué condición estará el recinto. En el consultorio pueden analizar el tema de la saturación y derivarlos en caso de ser necesario”, precisa.
-¿Cómo es la actitud de las personas en situación de calle frente a la pandemia? ¿Están inquietos?
-Nos preguntan mucho sobre cuáles son los síntomas y cuándo deben preocuparse. Algunos echan la talla diciendo que no les va a pasar nada porque se mantienen en alcohol, ya que la mayoría tiene consumo problemático. La verdad es que han sido bastante prudentes, la gran mayoría usa mascarilla y cuando no tienen, nos piden. Son muy pocos los que no usan mascarilla y no lo hacen porque se ahogan. Además, han tomado bastante conciencia y siempre mantienen con nosotras la distancia social.
-¿Y qué dicen de las colaciones frías?
-Ya no se entregan calientes como antes por la pandemia y consisten en dos porciones de canelones de carne para calentar, agua mineral, dos sobres de café, jugo, compota y azúcar. Ellos jamás reclaman por la comida fría o porque no llevemos té caliente, todo lo que sea para comer lo agradecen, los chicos de calle son unos sobrevivientes. Se las arreglan como mejor pueden”.
Margarita Jiménez tampoco teme enfermarse. “En algún minuto todos nos vamos a contagiar y lo peor que nos puede pasar es tener miedo, porque de lo contrario no estaría aquí, estaría guardada en mi casa. Lo importante es tomar las medidas de protección y si el virus nos pilla, que nos pille bien parados nomás. La verdad es que es muy incómodo trabajar con buzo, pechera, guantes, cubrecalzado y antiparras. El escudo facial se empaña con el frío y con nuestra respiración, pero hay que cuidarse, no queda otra”.