Una exitosa campaña organizada por el “Taller del Lago” reclutó a tejedoras dispuestas a abrigar a usuarios de Hogar de Cristo con mantas hechas a mano. El asunto no terminó ahí, fue tan buena la respuesta, que lo que partió con la idea de 30 cobijas se multiplicó por 3 con la ayuda de la reconocida tienda de manualidades, Revés Derecho, y se amplió a kits personalizados de regalo.
Por Daniela Calderón
10 Septiembre 2020 a las
18:10
Ana María Castellón, dueña de la tienda de insumos para manualidades, “Taller del Lago”, se le ocurrió convocar a toda la comunidad portovarina a participar de la campaña “Tejiendo con amor” para donar 30 mantas a los adultos mayores del Programa de Atención Domiciliaria (PADAM) del Hogar de Cristo en Puerto Varas, quienes se encuentran en cuarentena preventiva desde marzo.
“La idea era para donar una manta de un metro tejida a mano, porque la idea es que estuviera hecha con amor y dedicación a otro. Creo mucho en la energía positiva que uno le da a las cosas, por eso creía importante que la gente visualizara que había adultos mayores que necesitaban apoyo y que las mantas serían un aporte bonito, todo un gesto para ellos, en estos días de frio”, comenta Ana María, sobre el llamado que hizo a través de redes sociales.
Lo que no se esperaba era que, tras ese primer llamado, más de 60 mujeres tejedoras de Puerto Varas se inscribieran para participar, lo que la obligó a pedir apoyo a la tienda de manualidades de Santiago, Revés Derecho. “Me comuniqué con ellos y les conté de este proyecto. Ellos nos enviaron una donación de 10 kilos de lana lo que nos permitió convocar a una mayor cantidad de tejedoras. Gracias a este aporte finalmente de 30 mantas subimos a 90, lo que nos permitió también donar mantas a residencias de adultos mayores en Puerto Montt y de Puerto Varas, además de a los usuarios del PADAM de Hogar de Cristo”, cuenta orgullosa de la convocatoria.
Aunque Ana María no pudo estar presente en la entrega de las mantas debido a los resguardos sanitarios por la pandemia del coronavirus, sí recibió fotos de los adultos mayores felices con sus regalos hechos a mano. Ver las caras de felicidad de “esa gente grande y sola” emocionó a las tejedoras tras este proyecto. “Cada manta era distinta y se notaba que había mucho amor en ellas, unas las bordaron, otras les pusieron detalles con diseños y colores vivos. Aunque no pude estar presente en la entrega de las mantas, Roxana Barrientos, jefa del programa del Hogar de Cristo, me envió las fotos y al verlas se me recogió el alma. Cuando visualizas que tu regalo llegó a las manos de una persona es muy emocionante”, afirma.
Roxana Barrientos, Jefa del Programa de Atención Domiciliaria (PADAM) del Hogar de Cristo en Puerto Varas, agregó que “cada vez que podemos nos apoyamos de grupos de voluntariado para que nos ayuden a convocar a otros a visibilizar la temática del adulto mayor en la ciudad. Sobre todo en Puerto Varas, que es una ciudad turística, con espacios y lugares muy lindos pero que tiene una gran población de adultos mayores de los que no se habla y con los que nosotros trabajamos. Gracias a estos voluntariados damos a conocer la situación de muchos adultos mayores de la ciudad que viven en condiciones de mucha vulnerabilidad”.
Tras este primer llamado, Ana María y la nueva comunidad de tejedoras no se quedaron con los brazos cruzados y decidieron seguir apoyando a los adultos mayores más vulnerables de la ciudad. “Ahora que ya los teníamos abrigados, nos propusimos entretenerlos y con la ayuda de la jefa del PADAM se hizo un catastro. Yo le llamo ´la encuesta de los deseos´, de sus gustos y requerimientos. Entonces si a la señora Juanita le gustaba tejer, le armamos un kit de con materiales para tejer. Se hicieron 32 kit personalizados y con eso pusimos fin a la campaña. Gracias a estas dos convocatorias, se generó una comunidad que hoy se llama Tejedoras de Puerto Varas. Son 60 mujeres tejedoras que hoy están dispuestas a regalar y trabajar por los más vulnerables de nuestra ciudad”.